4.- Fui secuestrado

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Ya casi al anochecer se despidió de su amigo. Le abrazó intentando dejar algo de la esperanza que secretamente albergaba, de que un día Taehyung se convencería de que él en su totalidad era una persona realmente asombrosa. Subió al coche y se dirigió rumbo al Hotel. Taehyung nunca le ofreció pasar una noche en su casa. Jimin sabía que Taehyung tenía miedo de sí mismo, pues según él, sus monstruos hacían cosas abominables.

La carretera estaba desierta. Era una zona de playa lo suficientemente alejada como para que nadie se aventurase por ahí. El acceso era difícil incluso en coche. Taehyung la eligió pensando en aislarse y en que el mar le calmaba, incluso enfurecido, el mar era mejor que muchas de sus medicinas. Mientras zigzagueaba por el camino, un recuerdo cruzó su mente. Uno de esos que no podía compartir con Taehyung, porque este, primero moriría de vergüenza, para luego caer en depresión.

Park Jimin ― Una voz grave tronó a su espalda. Se giró solo para sorprenderse. El rubio frente a él sonrió amistosamente ― ¿Me recuerdas? ¡Soy V! ― Jimin le observó en detalle. La primera vez que lo vio se dio cuenta de que era un chico atractivo, incluso en las circunstancias en las que se encontraba, pero Park Ji Min no estaba preparado para lo que veían sus ojos ― ¡Wow! ― La exclamación se escapó de su boca limpiamente ― Has mejorado... demasiado ― V sonrió seductoramente ― ¿Te parece? Créeme. Tu apariencia es irreal ― V se acercó y golpeo la espalda de Jimin cálidamente ― ¿A dónde vas? ¿Tienes tiempo para unas copas? ―.

Un conejo cruzó la carretera temerariamente y Jimin atento a ella le esquivó. Sonrió ante su habilidad al volante. Volvió a sus recuerdos. Así es, Jimin conoció a V mucho antes que a Taehyung y fue con V con quien estableció un lazo de amistad importante, que podría haber llamado estrecho y mutuo, si no fuese por las ambigüedades y secretos de este. Luego lo entendería, pero en aquel tiempo llegó a ser verdaderamente desquiciante.

¿Dónde te has metido?― Preguntó Jimin curioso ― Fui secuestrado ― Las respuestas de V siempre eran en un tono natural como su forma de estar en la vida ― ¿No hablas en serio, verdad? ― V asintió serio ― No te preocupes. Suele ocurrir, pero siempre consigo escapar. Mi secuestrador es bastante ingenuo ― Jimin miraba desconcertado a su alrededor, intentando dar cierta cuota de credibilidad a las palabras de su amigo. Cuando V empezaba con esas historias de secuestro, Jimin tenía la impresión de que el rubio se drogaba o tal vez tenía esquizofrenia. También su comportamiento lo sorprendía. Jimin percibía que el tiempo que estaba con él, era como si V tuviese que disfrutar al máximo y él realmente era bueno en ello. Se conocía los mejores sitios para pasar veladas desenfrenadas ― Sin arrepentimientos ¡Ehh! Jimin ― Era lo que siempre decía. Jimin le vio disfrutar de noche y de día, de chicos y chicas, sobrio y ebrio... En lo que V llamaba "tiempo de libertad". Él realmente vivía como si necesitase guardar recuerdos y energía para aquellos días en los que simplemente desaparecía. Jimin se mordió los labios ante aquel pensamiento. Sintió tristeza. V era un loco, pero también era un gran tipo.

Taehyung veía su reflejo en el cristal del ventanal. La oscuridad cubría todo y en el silencio reinante, a lo lejos, solo el leve murmullo del mar le llegaba. Su mirada estaba totalmente absorta en su propio reflejo. Hundido en sus recuerdos se reprendió a sí mismo por darse permiso para vagar en ellos. Sabía que no era bueno para su tranquilidad volver a revivir tanta amargura, pero a veces su mente era más poderosa y obedecía a su propia voz sin tener en cuenta el frágil corazón de Taehyung.

¿Eres un bebé Taehyung? ― Los ojos del pequeño se agrandaron curiosos ante la pregunta. Sus manos estaban llenas de la espuma que flotaba en la bañera. Su delgado cuerpo estaba medio sumergido en las tibias aguas ― ― Respondió dudoso. El rostro de su madre se contrajo agriamente ― ¡No! No lo soy ― Se apresuró a decir. La mujer no suavizó el rictus del rostro. Le miró fríamente, escrutando en los ojos del niño frente a ella, que ahora sutilmente bajaba la cabeza y enjuagaba sus manos y cuerpo quitando toda la espuma acumulada. La mujer se giró rápida y habló secamente a la niñera tras ella ― No más juegos a la hora del baño. Sáquelo de ahí. Esta noche a la cama sin cenar ― La mujer desapareció sin esperar respuesta alguna y desapareció por la puerta. Taehyung vio el rostro de la niñera secarse frente a él y se preparó, su corazón latiendo apresurado. Observó la espuma empezar a desaparecer de la bañera cuando el tapón fue retirado bruscamente y un chorro de agua golpeó en ella primero para luego ir directo a su cuerpo. Sintió el frío empezar a rebotar sobre su piel en forma de gordas líneas de agua. Se estremeció y apretó los dientes ― ¡A la cama sin cenar! ― Repitió enfadada la niñera.

En el corazón del pequeño se acumulaban escenas como esas. Siempre la misma pregunta ¿Eres un bebé Taehyung? Él había aprendido muy temprano a callar la voz de su niño interior. La escondió en alguna parte, porque el niño siempre era un problema. Jamás hacía nada que fuese digno de elogio, jamás hacía nada que fuese comprendido como una fase de su propio crecimiento, necesaria para su evolución como persona, para el desarrollo de su carácter y personalidad ¿Eres un bebé? ¡No, no lo soy! Cada día, durante su niñez ¡No, no lo soy!

En el cristal de la ventana, Taehyung vio sus ojos nublarse. Los cerró con fuerza. Ojalá pudiese simplemente cerrar su mente a todo.

Cada capítulo se irá entendiendo un poco más cómo y por qué surgen las personalidades de Tae.

Pronto aparecerá Kookie. Paciencia.

Gracias por leer. 

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