10.- ¡Cuidado! ¡Va a por ti¡

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Jimin estaba de pie en el jardín, mirando el océano que se presentaba infinito frente a sus ojos. Decidió salir a respirar el aire de la mañana aprovechando que el café estaba casi a punto en la cafetera. Unos minutos y podría disfrutar de su calidez.

Era la primera vez que dormía en casa de Taehyung, o de V en este caso. Había extrañado realmente ese punto de complicidad que tenía con esta personalidad de Taehyung. Charlar hasta altas horas de la madrugada, beber cerveza, comer porquerías, dormir bajo el mismo techo, era algo que Taehyung no permitía. Ahí donde V normalizaba la situación y hasta le encontraba gracia, Taehyung la rechazaba absolutamente.

Jimin se mordió el labio y apretó sus puños con nerviosismo ¿Cómo iba a explicar a Taehyung la situación cuando regresase? Tenía un serio problema y V no estaría ahí para ayudarle. Movió la cabeza con desanimo. Trabajar para Taehyung tenía esta clase de inconvenientes y Jimin lo sabía. No tenía un jefe, tenía cuatro y el que menos guerra le daba era Tae Tae, pero temblaba de solo pensar que se presentase el S. Kim nuevamente. Eso podía ser un gran problema para todos.

En el fondo de su corazón sabía que llegaría un punto de inflexión para Taehyung, un día tendría que enfrentarse a sus personalidades quisiera o no, en vez de esconderse de la forma en que lo hacía. Jimin a veces fantaseaba con la idea de que los cuatro fuesen realmente uno. No era capaz de imaginar qué tipo de ser humano podría resultar de aquello. Sin duda alguno que no pasaría desapercibido. La suma de todas las personalidades debería recrear un hombre de cualidades extremas. Suspiró profundamente llevando el aire a sus pulmones y llenándoles. Todo llegaría. Lo sabía, y algo le decía que no sería muy allá.

Su mirada se trasladó por la playa y vio a alguien en la distancia. Supo inmediatamente que era el vecino y a juzgar por la velocidad con que se movía, debía estar corriendo. Es una buena hora para correr pensó Jimin, siguiendo la figura. Se sintió tentado en caminar hacía la playa y provocar un encuentro, pero se quedó ahí plantado solo observando. Sonrió para sus adentros recordando la conversación que había tenido con V después de la visita del jovencito ¡Cuidado! ¡Va a por ti! Pensó divertido mientras veía al joven acercarse. Tan ensimismado estaba en el chico que no se dio cuenta de que V había salido de la casa y se había posicionado tras él apenas a un par de pasos. Totalmente desnudo.

Vio que el muchacho que corría le miraba y volteaba el rostro, volvía a mirar y a voltear el rostro casi nerviosamente. Jimin saludó con una amplia sonrisa y movió la mano para acompañar el gesto, pero el chico no le devolvió el saludo, al contrario. Bajó la cabeza y aceleró aún más la marcha, porque en nada ya casi era un punto en las arenas. Jimin no supo qué pensar. De pronto recordó su café y volteo para entrar en la casa ― ¡V! ¡Por todos los cielos! ¿Qué mierda haces? ― V le saludó sonriendo ― Buenos días Jimin

Lo asustaste y lo sabes. A saber qué habrá pensado de nosotros si apareces así. De verdad tu límite es no tener límites ― V se encogió de hombros mientras seguía saboreando su café ― No hice nada malo. Solo salí en tu busca ― Jimin alzó las cejas ― Completamente desnudo ― V hizo una mueca con el rostro quitando importancia al asunto ― Sabes que duermo desnudo, me gusta estar así en casa y por ultimo ¿Cuál es el problema? ¿Él te interesa? ― Jimin casi se atragantó ― No, no y no. Mis preferencias no han cambiado y no me preocupa... es solo que fue incómodo para el chico ― V arrugó la nariz interesado ― ¿Cómo lo sabes? ― Jimin suspiró. Daba igual qué personalidad tuviese frente a él, siempre terminaba saliendo a la luz esa beta de inocencia que rallaba en la estupidez ― ¿Tal vez porque huyó despavorido? ― Aunque V no hizo ningún comentario más y siguió con su desayuno como si nada hubiese pasado, Jimin sabía que en el fondo le daría vueltas al asunto, así de esa forma tan casual o natural que tenía él de tomarse la vida, y respecto al chico, por supuesto que se había sentido como poco, incómodo.

V por su parte pensaba, que aunque estaba lejos, pudo observar claramente como el chico le miraba, a él, no a Jimin y eso en el fondo le gustó de una forma confusa. Parecía absorto en sus tostadas, pero en realidad solo vagaba en su mente el rostro casi infantil del vecino ―Definitivamente delicioso― ¿Qué has dicho? ― Interrogó Jimin ― Qué el café está delicioso

Jungkook había llegado a su casa y se había maldecido mil veces por salir a correr a esa hora. No volvería a hacerlo. Podía haberse ahorrado la imagen de sus vecinos. Esa imagen tan íntima que no era capaz de quitar de su retina. Se dirigió al baño rápidamente y se deshizo de su ropa en un abrir y cerrar de ojos y dejó que el agua fría corriese por su cuerpo, con más intención de calmar sus pensamientos que de limpiar su cuerpo. Se sentía sofocado por la imagen, por la imagen del chico desnudo, desnudo y medio empalmado. Jungkook cerró los ojos y por un momento solo se permitió sentir su propio cuerpo inquietándose ante esas imágenes. Los abrió y miró su pene endureciéndose ― ¡Mierda, mierda, mierda! ¡No puede ser! ― Pero, era.

Sed felices, es mi mejor deseo

Se acerca el cumple de Jungkook y promete.

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