15.- No eres tú, soy yo

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Jungkook sopesó la situación y contra todo pronóstico tuvo la fuerza de voluntad suficiente como para alejar al chico que le sostenía y que se le acercaba peligrosamente ― Alto ahí. No tan rápido ― Lejos de sorprenderse V rio alto. El moreno a su lado era realmente encantador ― ¿Demasiado riesgo como para ir rápido?― Jungkook se había alejado un poco, le miró a los ojos. Por supuesto que era un riesgo y visto así de cerca, era un riesgo maravilloso. El caso es que Jungkook se sentía inseguro sobre la situación, pero estaba al mismo tiempo muy claro que sentía una profunda atracción por su vecino, o sus vecinos mejor dicho ― ¿No deberíamos hablar? ― V lo sabía. Jungkook era un chico de relaciones serias y él, bueno él era un mal bicho en el buen sentido. Él no se daba tiempo para seriedad, palabras, historias, porque en realidad él no tenía tiempo. Le miró tragándose sus intenciones ― ¿Es absolutamente necesario?Es complicado y lo sabes ― V no se dio cuenta en como entraron en la dinámica de las palabras ― No tiene por qué serlo. Te gusto, me gustas ― Jungkook bajó la cabeza algo avergonzado con esa afirmación y declaración ― Taehyung no opina lo mismoAhora mismo soy solo yo¿Quieres un lio de un rato? ― V suspiró ― No puedo ofrecerte tiempo. No dispongo siempre de el ― Jungkook entendía y le entristecía la situación. Movió la cabeza negando ― Me siento confundido. Me atraes y no lo negaré, pero ― De pronto un silencio extraño se formó entre ambos. Un silencio que V supo traducir muy bien ― Sigue. No tengas miedoTemo de mí mismo y de lo que pueda llegar a sentir por ti. Así es que no eres tú, soy yo ― Jungkook le vio coger una botella del bar y dar un sorbo largo de la misma ― ¿Es broma? ¿Es  porque soy yo? O ¿Llevas así todas tus relaciones? ― Jungkook también necesitaba un trago y cogió la botella que aun descansaba entre las manos de V ― De verdad, mis relaciones han sido una mierda y no quiero más de eso en la vida. Yo lo siento... No es porque seas tú, no es por lo que sucede contigo... Es por mí. Vine aquí a sanarme de un mal amor... ― El rubio le observaba mientras hablaba. Su perfil, sus labios, el brillo de sus ojos. A V nunca le fueron las palabras, nunca le fueron las historias, él iba a lo que iba. Sin embargo estaba ahí, viendo al niño hermoso y doloroso frente a sus ojos, al contar sus temores y algo muy dentro de él se retorció y le provocó una angustia desconocida. Se acercó a Jungkook y sin preguntarle lo abrazó. No fue un abrazo pasional. No lo hizo con segundas intenciones. Incluso llegó a pensar por un momento que TaeTae se había apoderado del control. Esa acción era más propia de él que de sí mismo. Jungkook se dejó abrazar. Se cobijó en ese cuerpo que se pegaba a él dulcemente y se sintió en paz por primera vez en mucho tiempo ― No puedo prometer nada ―.

Después de un rato pegado el uno al otro se soltaron y sonrieron a la vez. Jungkook habría jurado ver una pizca de ternura en los ojos de V, no obstante esa pizca se entremezclaba con muchas otras pizcas que no tenían nada de tiernas. Jungkook sabía que V era un jugador y si él era absolutamente honesto, esa parte de él le encantaba y le nublaba la mente, pero también sabía que V era igual a peligro y a un peligro demasiado grande.

Jaló de él hasta donde estaba el corro de sus amigos. Llevaron una botella de vodka a medio llenar y una bolsa de patatas.

Jungkook le presentó a sus amigos más cercanos y se sentaron junto a ellos, mientras compartían la bolsa de patatas. V sintió las miradas de varios chicos sobre él. No tuvo muy claro qué clase de miradas eran. Tampoco le importó mucho. Pero, Jungkook si fue consiente de aquellas miradas. Las de admiración y las de despecho. Se enfocó solo en V.

Al rato apareció Jimin y se unió a ellos. La extranjera ahora colgada de su brazo también se unió y empezaron a compartir tragos y comentarios al azar los unos con los otros. Jimin en varias ocasiones lanzó miradas profundas tanto a Jungkook como a V. Jungkook no pudo evadir esas miradas que claramente estaban llenas de preguntas. No ahora Jimin. Ni siquiera yo sé qué es lo que está pasando conmigo pensó el pelinegro acunado entre los brazos de V que posesivos se cernían alrededor de sus hombros.

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