5.- La edad de las estrellas

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Los primeros rayos de sol aparecían tímidos por sobre el borde costero. A esa hora de la mañana el mar lucía un manto verde y la brisa apenas zigzagueaba en la arena. Jungkook suspiró feliz. Casi en la orilla, descalzó sus pies y dejó que el agua marina les bañase. Estaba fría a esas horas y le provocó un leve escalofrío. Sonrió satisfecho, era justo lo que necesitaba. Miró largo rato el horizonte mientras dejaba que las olas jugasen entre sus pies. De vez en cuando elevaba la vista para descubrir algún ave sobrevolar el cielo en busca de alimento.

Se sentía pletórico, totalmente satisfecho. Mantener la herencia dejada por sus abuelos había sido la mejor idea. Apenas vio el lugar por fotografías supo que era especial y que debía mantenerlo para él.

Empezó a caminar por la playa lentamente. Con los bajos de su tejano totalmente mojados, sus zapatillas colgaban de su mano derecha sostenidas de los pasadores. Sus pensamientos volaron a Tokio y a su bullicio ensordecedor. Realmente necesitaba esto. Fugazmente el recuerdo de Riki cruzó por su mente. Apretó los labios con fuerza sin ser apenas consiente de la utilizada. Una mueca de disgusto consigo mismo terminó por quitar el pensamiento de su mente. Suspirando profundo se dijo a sí mismo Es pasado. Ya no existe Jungkook sabía que se mentía, pero por ahora ese pensamiento era todo lo que necesitaba para seguir sonriendo. Miró a su alrededor necesitando embriagarse del paisaje y de pronto, su mirada se topó con él. Desde la distancia un poco más que una silueta escarbando en la arena. Frunció el ceño.

A medida que avanzaba sus ojos fueron dando forma a la figura que a ratos se escondía y a ratos emergía del agujero, hasta que la tubo lo suficientemente cerca como para darse cuenta que se trataba de un chico. Se acercó ― Hola. Buenos días ― Vio como el pequeño al principio se sorprendía al verle, para luego mirarle con algo de desconfianza. Tardó más de lo que debería en responder, pero al final con voz titubeante murmuró un leve ― Buenos días ― Inclinándose para saludar. Jungkook sonrió amigablemente, pensando que podía ser poco menor que él ―Mi nombre es Jeon Jungkook. Vivo en la ladera Sur ― Comentó indicando con su dedo la dirección dada. El chico siguió el dedo con curiosidad, asintiendo ― Mi nombre es TaeTae. Vivo en aquella casa ― También el dedo índice de TaeTae viajó hacía un punto en la playa que Jungkook siguió, encontrando tras un grupo de arbustos la casa que el chico mencionaba ― No creí que nadie más viviese aquí ― Jungkook dijo eso, poniendo atención a la figura del jovencito ¿Qué edad tendrá? Se preguntó, pero no le pareció adecuado preguntarlo tan de golpe. Se fijó en la bolsa llena de piedras que el chico tenía al lado del agujero. TaeTae también le observaba. Aunque no debía hablar con extraños, este precisamente le parecía bastante amigable. Además consideró el hecho de que eran vecinos. La idea le agradó. A veces se sentía realmente solo en ese lugar ― Quiero hacer un castillo. Hice uno hace unos días, pero creo que el mar lo destruyó. No puedo reprochárselo ya que lo hice muy cerca de la orilla ― Jungkook observó con cuidado las expresiones adorables en el rostro del muchacho, incluida la última con morrito elevado. No pudo más que sonreír ― Puedo ayudarte... si quieres ― Jungkook no alcanzó a procesar el por qué ofreció su ayuda al en apariencia más joven, no era su estilo el ser demasiado amistoso. El rostro del chico se iluminó más aún si cabía, empezando a dar pequeños saltos en el agujero ― ¡Jungkook me ayudará! ¡Jungkook será mi amigo! ― Jungkook intentó aparcar los pensamientos sobre la actitud infantil del chico, aunque le parecía que podían tener la misma edad. En el fondo le parecía adorable la forma en que actuaba. Soltó sus zapatillas, y se dispuso a seguir las instrucciones de TaeTae para comenzar la obra. Después de todo por ahora, no tenía nada mejor que hacer. 

Después de dos horas de trabajo intenso descubrió dos cosas. A TaeTae se le daba muy bien hacer castillos y sus comentarios no tenían lógica ninguna. Esto llevó a Jungkook a pensar en que el chico pudiese tener algún déficit atencional, pero seguía manteniendo firme el pensamiento de que era adorable, y ahora agregaba el hecho de que le parecía casi angelical ― TaeTae debó irme ― TaeTae ni siquiera le miró. Continuó a lo suyo, pero preguntó― ¿Por qué te vas? ― Jungkook se sacudía un poco la arena acumulada en sus tejanos y en su camisa ― Vendrán unos amigos ― Esta vez TaeTae si elevó el rostro curioso Demasiado adorable Pensó Jungkook ― ¿Amigos?Sí. Vendrán a la inauguración de mi nueva casa ― TaeTae observó un rato la nada, pensando que él no había realizado ninguna inauguración de la suya, pero luego volvió a la tarea de construir una torre para su castillo ― Espero que te diviertas ― Jungkook respondió con un ―Gracias. Nos vemos ― Girando lentamente mientras su mirada se mantenía fija en el rostro del chico demasiado concentrado como para decir nada más. Pensó en el que podría haberle invitado, después de todo eran vecinos, pero desechó el pensamiento ¿Qué podría hacer TaeTae en el grupo, salvo perder su inocencia? Volvió a mirarle mientras se alejaba. Seguía concentrado en su trabajo. Movió la cabeza sonriendo, mientras recordaba el par de veces en que intentó que TaeTae le dijese su edad. Primero intentó saberlo de forma indirecta ― ¿Estudias TaeTae?No¿No?― No de la forma que piensas¿A qué te refieres?¿Sabes que la hembra Hipocampo deposita 1500 huevos en el macho para que este los guarde durante su maduración? Y que han sido identificados aproximadamente 40 tipos de Hipocampos, si bien todos tienen características comunes, también existen diferencias suficientes como para ubicarlas en varias categorías. Por ejemplo hay algunos que incluso son capaces de cambiar de color, logrando mezclarse perfectamente con su entorno ― Jungkook detuvo lo que hacía para observar su rostro al escucharle decir tristemente ― De los 1500 solo el 1% sobrevive

La siguiente vez Jungkook fue directo ― ¿Qué edad tienes TaeTae? ― Este movió la cabeza pensativo, como buscando dentro de si la respuesta a algo que realmente no terminaba de comprender ― Mi maestro decía que tengo la edad de las estrellas, puesto que estoy formado de polvo de ellas. Aunque honestamente, me siento bastante más joven

Jungkook no volvió a preguntar. Aunque no se sintió satisfecho con las evasivas de TaeTae, al menos aquella mañana templada, jugó a hacer un castillo de arena con un jovencito de cabellos rubios, que tenía la edad del universo puesto que estaba hecho de polvo de estrellas y aprendió sobre la triste vida de los hipocampos y sobre que aquella arena que pisaba descuidadamente era rica en sílice y sosa de la mejor calidad. Pero, que no debía mencionarlo a nadie, pues vendrían a quitarla de la orilla para hacer cristales que luego se romperían en las fiestas de adultos.

Aparece TaeTae en la vida de Jungkook y este será un ente transformador en su vida.

Actualizaré pronto.

Besotes.

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