23.- Y quería vivir allí incluso si era maldito por ello

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Jungkook se levantó con toda la cautela posible, intentando no hacer demasiado ruido, pues Tae tae aun dormía. La madrugada estaba fría y el fuego casi apagado. Se desperezó y estiró su cuerpo antes de abrigarse para ir a por más leña. Miró de reojo al chico que dormía dulcemente "No debimos dormirnos aquí. Ahora le dolerá el cuerpo" pensó.

Cuando regresó, venía aún más entumecido. Se había levantado el viento del oeste y pegaba de plano contra la casa. Al acercarse con los leños al salón vio que Taetae ya estaba despierto ― ¿Has dormido bien dormilón? Deberíamos haber ido a la habitación, el sofá es demasiado duro para ti ― Dándole la espalda mientras hablaba, Jungkook removió las brasas y puso más leña en rededor. Con algunas ramas secas, azuzó el fuego hasta que encendió. Conforme con la labor cumplida se dio vuelta observando a Taetae con entusiasmo ― ¿Tienes hambre? ― El silencio le pareció algo extraño cuando aún estaba de espalda, pero a Taetae le pasaba como a él, le costaba un poco arrancar por las mañanas, no obstante ahora mirando al chico de frente se dio cuenta que algo había cambiado en su mirada. Se paró en seco. Un largo silencio se instaló entre ambos. Jungkook tuvo la certeza casi inmediatamente de quien estaba frente a él y se preparó para lo peor.

Tengo hambre, sí ― Fue la respuesta de Taehyung mientras se levantaba lentamente, como para evaluar sobre la marcha cuan doloroso le era aún estar de pie. Se dio cuenta que ya casi no dolía. Por lo visto había pasado mucho tiempo junto a Jungkook. Se dirigió a la que suponía era su habitación en busca de asearse y cambiarse de ropa.

Jungkook tragó saliva, pero al verle en movimiento no dijo nada más. Nerviosamente se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Ni siquiera pensó en cambiarse de ropa, estaba nervioso y preocupado por la actitud que tomaría Taehyung con él, no obstante ¿Qué podía hacer? Solo esperar y prepararse para lo peor.

Para cuando el rubio regresó, Jungkook pensó dos cosas al verle. La primera que de alguna manera extrañaba la brillante sonrisa de Tae Tae ahora convertida en un rictus de seriedad en el rostro de Taehyung. La segunda que incluso sin sonreír, Taehyung se veía realmente hermoso aquella mañana.

Se sentaron frente a frente y después de servirse durante algunos minutos lo que Jungkook había preparado, este no aguantó más el silencio del rubio y habló ― Sobre esto yo... ― Fue secamente interrumpido ― No quiero hablar de esto ahora Jungkook... Por favor, más tarde ― Jungkook le miró tragando todas sus dudas y temores y asintió.

Decidió darle el tiempo que necesitase, después de todo en ningún momento habló de marcharse o se mostró molesto. Solo se veía sumamente reflexivo y eso, supuso Jungkook no era del todo malo.

Horas más tarde, Jungkook había seguido más o menos la rutina que solía tener con Taehyung, y esta vez sí que se hizo cuesta arriba, después de pasar las últimas semanas con Tae Tae que prácticamente no se despegaba de su lado, la distancia de Taehyung le resultaba un abismo difícil de franquear. Pero, a cada rato se decía a sí mismo que debía tener paciencia y se descubría mirándole con cara de bobo, porque claramente Taehyung despertaba en él un nivel de atracción que no podía ignorar.

Lo que no sabía Jungkook es que Taehyung a pesar de parecer muy concentrado en el periódico que leía, no perdía detalles de Jungkook y de su ir y venir por la casa. Quiso imaginar cómo habría sido este tiempo junto a él comportándose como el niño en el que se convertía y se sintió morir de vergüenza. Había visto la ropa en la habitación, las gorras, las sudaderas, las deportivas... Realmente no quería pensar en ello porque se sentía sumamente avergonzado de sus comportamientos con esa personalidad. Tal vez no tan avergonzado como con V, pero casi.

Jimin llamó cuando ya casi oscurecía y Jungkook agradeció la llamada pues ya no sabía qué más hacer para distraerse. Le contó que Taehyung había regresado y que por el momento no se había ido a su casa. Comentó sus aprensiones sobre si decirle de la visita de su madre o simplemente esperar un momento más adecuado. Jimin por supuesto le aconsejó cautela. Él conocía el carácter de Taehyung y sabía que podría sentirse acorralado. Jungkook tuvo que estar de acuerdo con esto.

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