- ¿Eres virgen? - Me pregunta, mirándome fijamente, aún con ambos brazos recargados. Comienzo a ponerme roja e incomoda a su lado.
- Te... quiero, _____. - Dice Thomas antes de caer en un sueño profundo a mi lado.
- Es que... ¡No se como decirle! ¡N...
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_____'s POV
— Así que... tú y el chico rubio, ¿ah? — Dice Shelley levantando una de sus cejas.
— Si, pero shhhhh.... nos van a oír. — Le informo, colocando mi dedo índice sobre mis labios.
— ¡Claro que no! Están en la otra tienda, no se oye nada, te lo prometo— Me dice Shelley y yo asiento —, ¿cómo dices que se llama?
— Thomas... — Respondo rodando los ojos con una sonrisa.
— ¡Ah! Cierto — Voltea esta vez hacia Britt —, y tú y... Dylan, ¿verdad?
— Si, tenemos más de un año de relación, Shelley. — Responde Britt con una tímida sonrisa que es respondida por Shelley.
— ¿Tú y Daniel? — Pregunto ladeando levemente la cabeza.
— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Solo estamos juntos para poder sobrevivir! Y no solo estamos el y yo, también está Tyler...
La observo con los ojos abiertos, Shelley esta con una sonrisa burlona y Britt nos mira realmente confundida. Parece que no puede controlarse más y la pregunta sale de su boca.
— ¿Quién es Tyler?
— El mejor amigo de Dylan, y por un tiempo _____ estuvo enamorada de él. Incluso tuvieron una relación en secreto. — Contesta Shelley y Britt me ve fijamente, solo asiento.
— Pero... no funcionó. — Aclaro mordiendo mis uñas.
Antes de que Shelley se agrava a decir algo más que me meta en aprietos. Decido intervenir.
— Si están con Tyler, ¿dónde está el? — Pregunto, para cambiar un tema que no quiero tocar en este momento. Ni nunca.
— Yo creo que en un momento el va a llegar, normalmente le gusta estar solo. Aunque siempre nos pone los nervios de punta y no podemos dormir hasta que el este de regreso — Responde Shelley —. Cambiando de tema, _____ ¿sigue siendo la chica virgen que tenía miedo del sexo?
Me quedo callada y miro a otro lado ignorando su pregunta.
— El silencio es mi respuesta — Me guiña el ojo y luego se voltea para buscar entre sus pertenencias, toma algo y estira su brazo hacia mi, con su puño cerrado —. ¡¿Qué esperas?! ¡Es para ti! ¡Tómalo! ¡Los empaque por cualquier cosa, pero no los he ocupado! ¡No se ha dado el momento!
Frunzo el ceño antes de estirar mi palma abierta, Shelley coloca su puño cerrado sobre mi palma y lo abre dejando a la vista un sobre plateado, muy conocido para mi.
— ¡¡Shelley!! ¡Nunca vas a cambiar, ¿verdad?! — Grito entre risas, mi risa se contagia a ambas chicas, quienes también empiezan a reír de manera incontrolable.
