DOS

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DOS: Que Incómodo...

_____'s POV

Nos encontramos en la mesa, con nuestros platos frente a nosotros casi vacíos, todos comemos, disfrutando cada bocado que damos. Tenía mucho tiempo que no comía algo tan delicioso; Thomas come algo rápido, tal vez porque no ha comido en días o porque de verdad esto quedó demasiado rico.

Termino de comer, espero a que los chicos terminen también y recojo los platos, los llevo a la cocina y los lavo, mientras los chicos van a hacer sus cosas. Al terminar, subo a mi cuarto, cuando entro, me encuentro con Dani, sentado en la orilla de su cama, con una cerveza en la mano.

Cuando me ve, me dedica una gran sonrisa, se levanta, saca la hielera que está debajo de uno de los tablones del cuarto, la abre y me pasa una de ellas, se la recibo y comienzo a tomarla mientras me siento en mi cama y Dani guarda la hielera.

(...)

Después de que el sol se ocultara, comenzamos a platicar sonrientemente. No estamos borrachos, o, eso pienso... solo nos tomamos dos cervezas cada uno, al menos a mí, no me pega tan rápido. Mi cara esta roja por el alcohol que está ahora corriendo por mi sistema y termino mi cerveza dándole un gran trago.

— ¿Quieres otra? — Me dice Dani entre risas.

— No gracias, terminare muy borracha, eso no estaría nada padre y ni hablar de la resaca. — Le digo entregándole la botella vacía.

— Bueno... yo si me tomaré otra más. — Me dice, sólo niego con la cabeza sonriendo.

Saca la hielera de nuevo, pero cuando iba a tomar otra botella, alguien toca a nuestra puerta.

Ambos brincamos, sobresaltados, Dani guarda la hielera y le coloca el tablón encima. Guardamos las botellas vacías debajo de la cama, o bajo la almohada.

— Daniel, _____, abran la puerta. Necesito decirles algo. — Dice la voz de mi hermano desde afuera de la habitación.

Por el susto, se nos bajó lo poco borrachos que estábamos, nos miramos fijamente con una mirada nerviosa.

— ¿Qué vamos a hacer? Estamos rojos y él se va a dar cuenta. — Dice el ojo gris, aún en cuclillas en el suelo.

— Mmmm... pues... abre la puerta, son mucho más blanca que tú y cuando me pongo roja se me nota mil veces más que a la gente con un color de piel normal, sólo me sentare en la cama. ¿Te parece? — Digo, Daniel asiente y se dirige hacia la puerta.

La abre completamente, dejando ver a Dylan con los brazos cruzados, serio, mirándonos con una ceja levantada. Niega con la cabeza y suelta un suspiro.

— De verdad que ambos son peores que los niños. Sólo les vengo a decir que voy a salir. — Ambos lo miramos confundidos, él nota nuestra confusión y vuelve a suspirar. — La Jeep se descompuso, y necesito algunas piezas para arreglarla, iré a la ciudad a buscar alguna refaccionaría y regresaré. No nos daremos el lujo de perder uno de nuestros medios de transporte más valioso.

— Sólo cuídate... y lleva un arma, Dylan. — Le comenta Dani.

— Siempre lo hago, hermano. Cuida a _____, te la encargo; es lo más preciado que tengo. — Informa Dylan, dedicándome una sonrisa de boca cerrada.

Yo le sonrío diciendo con los labios 'Te quiero mucho, hermano', él me responde con un movimiento mudo que forman las palabras 'Y yo a ti'.

Termina de hablar y se va, Dani cierra la puerta y ambos soltamos el aire que teníamos contenido.

— ¿Sabes qué? Voy a ir por un vaso de agua a la cocina. — Le digo.

— Vale, me traes uno a mi, por favor. — Me dice, simplemente asiento y salgo de la habitación.

¿Sin humanos? (Thomas Brodie-Sangster y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora