- ¿Eres virgen? - Me pregunta, mirándome fijamente, aún con ambos brazos recargados. Comienzo a ponerme roja e incomoda a su lado.
- Te... quiero, _____. - Dice Thomas antes de caer en un sueño profundo a mi lado.
- Es que... ¡No se como decirle! ¡N...
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Dylan's POV
Entro a la casa con un ramo de flores, para ser más específico rosas rojas. Tengo puesto unos pantalones negros, con un cinturón del mismo color al igual que los zapatos, una camisa blanca abotonada y la hebilla plateada resaltando entre todas las prendas.
Me acerco a la habitación en donde antes dormíamos los dos juntos, cuando Shelley me abrazaba y ponía sentir su respiración golpeando la pálida piel de mi pecho. Es raro, extraño esos momentos, pero supongo que es la costumbre.
Levanto mi brazo y toco tres veces la puerta con mis nudillos. Al no obtener respuesta, solo entro.
Al cruzar la puerta, me encuentro con Shelley, frente al tocador dando los últimos detalles a su precioso maquillaje. Me quedo perplejo, observándola de arriba a abajo.
Sus prendas acentúan tanto su cuerpo y unos converse negros con blanco decoran sus pies. Me aclaro la garganta y ella me mira desde el espejo y pero la desvía para concentrarse en sus labios.
Me acerco a ella con pasos cautelosos, hasta quedar a su lado y estiro mi brazo, con la rosas sostenidas por mis manos. Shelley gira sobre sus talones, dejando el labial sobre la madera del tocador y me mira, con unos ojos tristes. Estira ambas manos y rodea los tallos de las flores para quitármelas de manera delicada.
— ¿A qué se debe esto? — Me pregunta, refiriéndose a las rosas.
— He sido un imbecil de primera y lo sé.
— ¿Entonces crees que con un ramo de flores se arreglará todo? — Me da una sonrisa incrédula.
— No — Afirmo —. Pero supongo que una buena forma para empezar desde cero.
Ella desvía un Segundo la mirada, como si pensara todo lo que ha pasado y si debería o no darme otra oportunidad. Tomo su barbilla y levanto su rostro, Shelley me mira y yo sonrío.
Me inclino un poco para que mi nariz haga contacto con la suya. Nuestros ojos quedan separados por poca distancia al igual que nuestros labios.
— Entonces, ¿me das o no otra oportunidad? — Le pregunto, de verdad arrepentido.
— Bueno — Dice finalmente —. Pero no lo eches a perder, Dylan.
— No lo haré.
Deslizo mi mano por su rostro hasta que queda sobre su mejilla. Con mi dedo pulgar la acaricio suavemente, coloca su mano sobre la mía y le da un ligero apretón. Mi brazo libre se extiende, buscando su mano, al encontrarla, entrelazo nuestros dedos.
Shelley parece sorprendida por mi gesto, nunca la había tratado así, de esta manera, pero quiero hacerlo, quiero que ella se sienta bien, que no esté sufriendo, menos ahora que me convertirá en padre.
Ladeo mi cabeza para poder unir nuestros labios. Pasando de ser un beso presión a uno apasionado y adictivo. Shelley toma mi labio inferior entre los suyos para chuparlo y darle un suave mordisco.
Sus manos buscan rodear mi cuello lo antes posible, pegando mucho más nuestros cuerpos, ella acaricia mi nuca mientras nos besamos una vez más. Las mías van directamente a su cintura, cuando le doy paso para que introduzca su lengua y entonces comenzamos a caminar.
La parte trasera de sus rodillas choca con el límite del colchón, ella poco a poco se deja caer hacia atrás, con mi cuerpo guiándola. Mis manos acomodan su delgado cuerpo debajo de mi, para seguidamente irse a los lados de su cara, en un intento de no aplastarla.
Sus manos acarician mi espalda por encima de la camiseta. Como me lo esperaba, Shelley me da la vuelta, colocándose ella ahora sobre mi. Sentada sobre mis muslos y yo gozando de la vista desde abajo. Sus dedos sostienen el límite de su prenda superior y se la quita por encima de su cabeza, mostrando su sostén negro de encaje que presiona la parte inferior de sus pechos haciéndolos lucir aún más grandes de lo que ya son.
Sus manos se deslizan por mi torso hasta la hebilla de mi cinturón la cual desabrocha rápidamente, sus dedos sosteniendo el botón que con un jalón ya está abierto. Coloco mis manos a los lados de mi y me levanto ligeramente, elevando a Shelley quien me quita los pantalones de un tirón junto con mis bóxers.
Me siento sobre la cama para quitarme mi camiseta y ahora si quedar desnudo frente a ella. Shelley se sube su falda ajustada hasta donde le llega y rápidamente se quita la única tela que nos separa.
La tomo de las caderas y la giro, quedando yo arriba esta vez. Mi agarre se vuelve más fuerte y me posicionó en medio de sus piernas. Y la penetro, en un movimiento.
Shelley suelta un gemido y posiciona sus manos en mi espalda. Cuando pronuncia mi nombre sé que puedo empezar a moverme. Comienzo a hacerlo en movimientos lentos, mi cuerpo se va adelante y atrás, hasta que me doy cuenta de que esto necesita más velocidad.
👔👔👔
Caigo a su lado rendido. Mi pecho subiendo y bajando con rapidez al igual que el de ella. Shelley se quita todas las prendas quedando en ropa interior y se pone a mi lado con las sábanas hasta su cadera.
Yo me pongo mis bóxers y me acerco a ella. Tomo su mano, entrelazando nuestros dedos una vez más y luego dirijo su pequeña mano hasta mi boca para depositar un cálido beso, después le robo uno en sus suaves labios. Shelley sonríe.
Pongo mi palma sobre su abultado vientre y acerco mi rostro para presionar mis labios contra su barriga.
— Hola, preciosa. — Comienzo a decir. Shelley acaricia mi nuca, su sonrisa sigue en su rostro.
— ¿Cómo sabes que es niña, Dylan? — Me pregunta con un tono de confusión.
— Yo sé y siento que va a ser una hermosa niña — Miro a Shelley a los ojos —. Como su madre, pero un padre realmente celoso.
— Eso no lo dudo ni un segundo. — Ella se agacha para darme un beso en la comisura de mis labios.
— Oye, bonita — La llamo, Shelley me mira —. Hay que dormir, ya es un poco tarde y tenemos que estar bien descansados. Pronto nos iremos.
Shelley se tensa y lo noto. Pone su peso de su lado derecho, dándome la espalda.
— ¿Crees que eso sea lo mejor para todos? — Me pregunta y sinceramente no sé una respuesta directa a eso.
— No lo sé por completo. Pero por ahora si, necesitamos que todo se despeje un poco, todos tenemos recuerdos muy malos en este lugar y no dudo que llegaran mas.
Me pego a su cuerpo y estiro mi brazo pero lo retraigo, dudando. Me acerco a su oído hasta que mi aliento choca con su piel y ella se retuerce un poco a mi lado.
— ¿Te puedo abrazar? — Shelley asiente y entonces rodeo su delgado cuerpo.
Sonrió al volver a sentir el bultito de su estómago. Beso su hombro y cierro mis ojos.
