- ¿Eres virgen? - Me pregunta, mirándome fijamente, aún con ambos brazos recargados. Comienzo a ponerme roja e incomoda a su lado.
- Te... quiero, _____. - Dice Thomas antes de caer en un sueño profundo a mi lado.
- Es que... ¡No se como decirle! ¡N...
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_____'s POV
Yo recostada an la cama deshecha desde ace varios días. Boca abajo, recostada sobre mi propia transpiración corporal. El cuarto huele a encerrado y a humedad.
La puerta de la habitación se abre por primera vez en mucho tiempo, por alguien que no sea yo. No volteo, no estoy de humor. Sólo suelto un gruñido cuando siento cómo se sienta a mi lado, yo dándole la espalda, dándole una señal con mi lenguaje corporal:
No hablare con nadie. Vete. Probablemente no te dirigiré ninguna palabra si tratas de iniciar una conversación.
Siento una mano en mi cintura, quito la extremidad gentil pero al mismo tiempo de una manera grosera. Escuché un suspiro de su parte.
— _____ — Mi nombre sale de la boca de Shelley. Sigo en silencio —. ______ — Pronuncia de nuevo —.
Se levanta de mi lado, pero no oigo pasos alejándose. Supongo que está esperando una respuesta de mi parte pacientemente. Al esperar varios segundos, se da la vuelta. Dudo un segundo antes de hacer el primer sonido.
— ¿Huh?
Puedo sentir como hay un poco de esperanza en mi mejor amiga, puedo imaginarla con una sonrisa de lado, regresando a mi lado.
— Vamos a hablar — Me toma del brazo para jalarme hacia ella. Niego con la cabeza —. No te estoy preguntando, _____. Tú y yo tenemos muchas cosas que comentar.
Desvío la mirada. Creo que me vendría bien charlar un poco, pero cuando trato de hablar se me hace un nudo en la garganta, no puedo sostener la mirada durante mucho tiempo, no puedo mirar a los ojos de una persona durante un largo periodo de segundos, me siento intimidada, juzgada.
— Estas enferma, cariño. ¿Lo sabes? Estas deprimida, y entiendo que yo no puedo sacarte de ese agujero negro, tampoco Dylan, Thomas, Tyler o Daniel; eres tú la que debe salir de ahí. Y sólo si tú quieres hacerlo, sino la ayuda que nosotros proporcionemos no servirá de nada.
Me siento en la cama, mi cabeza da vueltas. El estar tanto tiempo acostada no trajo cosas muy buenas a mi cuerpo. Paso mis dedos por la parte superior de mi cabello graso, si lo apago en la parte inferior se atorarían por tantos nudos.
— ¿Tú me entiendes? — Suelto y la miro a los ojos, sus ojos miel, tratando de buscar entre su actitud corporal.
— ¿Eh? — Parece que mi pregunta le cayó de sorpresa —. Pues... no en realidad.
— Entonces, por favor, te lo pido, Shelley. No me juzgues, no lo hagas, no me mires con lastima. No necesito eso.
— No lo hago.
— Claro que lo haces. No puedes entender algo hasta que no te pase a ti, no me puedes decir lo contrario — Hago una pausa, pensando —. No podemos entender el sufrimiento de Dylan ante la muerte de Britt, porque nunca hemos pasado por eso. No entendemos a Holland, porque nunca hemos perdido a un bebé, porque nunca vivimos lo que ella vivió con Griffin. No entendemos a Galen, porque nunca viviremos una salida del closet.
