Capítulo 25. La caja

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1 mes después...

—Rachel tienes que parar esto—.
Me detengo y giro para ver a mi madre, quién está en la puerta de mi habitación.
—¿Parar qué?—. Murmuro regresando la vista a mi mochila.
—Lo que sea que estás haciendo, esas salidas en la noche ¿A dónde vas con esa mochila todos los días? ¿Qué pasa con la escuela? Tu padre y yo decidimos darte un tiempo por...
—La escuela no irá a ninguna parte, estará ahí el año siguiente y el siguiente—.
—¿Entonces planeas estar aquí sin hacer nada dos años o más? Esto tiene que terminar, tienes que avanzar sin él—.
El dolor me atraviesa, sólo hay un "él" aquí.
—Lo sé...
Murmuro.
—¿Qué dices?—.
—¡Que ya lo sé, mamá! Sé que debo avanzar, es lo que todos han hecho pero yo no, no puedo—mi voz se quiebra—no puedo, no... no sé cómo hacerlo... no puedo seguir sin él...
—Cariño...
Mi madre se acerca a mi y me abraza con fuera, sin embargo no es suficiente, me desmorono como siempre, igual que cada noche cuando todo lo que puedo pensar es en que he perdido a Logan, que nada podrá traerlo de vuelta, que no podré oír su risa una vez más, ni sus comentarios sarcásticos, los malos chistes o sentirlo a mi lado compartiendo un buen momento.
Se ha ido.
—No, no, cielo él vive en nuestros corazones, siempre estará contigo de esa manera—.
—No lo quiero de esa manera, lo quiero junto a mi—. Sollozo.
No sé por cuánto tiempo lloro pero mi mamá se queda todo el tiempo.
En algún momento nos trasladamos a la cama y se queda conmigo hasta que cree que me he dormido.
Pero no, ya no puedo dormir como antes, en el último mes me he dedicado a seguir el mapa que Logan dejó para mí durante la noche y tratar de dormir en el día o descifrar la siguiente pista.
Creo que ahora estoy más cerca del final y no quiero que eso suceda. Este camino que él trazó para mí antes de irse es lo único que me mantiene con un propósito.
¿Cuando esto acabe?
No sé qué haré.
La escuela ya no llama mi atención como antes, salir con los chicos es como un infierno.
Ellos se ven bien cuando salimos pero sabemos que Logan hace falta, dejó un hueco imposible de llenar y todos lo notan, sin embargo tratan de estar bien por mi.
Así que ya no los frecuento, no quiero recibir esa mirada que me lanzan cuando creen que no me doy cuenta, ni ir a lugares a los que iba con Logan, a menos que sean los que dejó en el mapa.
Hasta ahora llevo nueve lugares:
Empecé en mi casa, después seguí en el parque y de ahí me trasladé al cine, a la tienda de CD's, la librería, la estación de policía, la pizzería, la casa de Derek y... También la suya.
Esa había sido difícil, estar ahí trajo un millón de recuerdos y fue muy difícil contarle a su madre lo que estaba haciendo, lo que él había dejado para mi en ciertos puntos del mapa.
Ambas lloramos y al final encontramos la siguiente pista en la ventana, cerca de una maceta de sombra y las llaves de su coche.
Logan quería que lo usara para el último paso pero yo le dije a su madre que no podía, que sería demasiado para mi.
Así que ayer había tomado las llaves de mi padre y ahora estaba planeado robar su coche para la última parada.
Mis padres se molestarían pero ¿Qué importaba ya?
No tenía nada que perder ahora, los castigos ya me daban igual y después de esto no tendría nada más que hacer.
—Hagamos esto—.
Busqué las coordenadas de la siguiente parada, era a las afueras de la ciudad, una hora y media desde mi casa ¡Y mira eso!
No había tráfico.
Claro, ¿Quién saldría a las dos de la mañana?
Tomo la mochila que preparé horas antes y voy de puntillas a la salida.
Mi mamá debió anticipar esto y quedarse conmigo toda la noche.
Es una noche fría, voy tranquilamente al coche y lo abro sin problemas, con suerte mis padres creerán que sólo es  el ruido de un automóvil pasando.
Y así de fácil voy a la siguiente pista.

--------------★--------------

El timbre de mi teléfono es lo único que rompe el silencio del coche después de 40 minutos.
Contesto y pongo el altavoz.
—Hey Jeremy—.
—James—. Saluda.
—¿Supervisando que no me cuelgue de una viga?—.
—Nah, sabes que no eres estúpida, pero tus padres están preocupados—.
—Genial—. Así que notaron mi huída.
—¿Dónde estás?—.
—En la carretera, tengo que... Logan dejo...
No puedo seguir. Decir su nombre es... Como perforarme la garganta o algo así.
—Bien, vale, sólo... regresa ¿quieres?—.
—Hecho, diles que no tardaré, estoy bien... ¿y que haces además de supervisarme—.
—Pues... en realidad—duda unos segundos—voy a salir—.
—¿Salir? como... ¿en una cita? ¿Y a esta hora?—.
Mi risa burbujea.
—Es en serio Rachel, y no, mañana saldré—.
—No me malinterpretes, es genial, me hace feliz que salgas otra vez—.
—Si, a mi también—.
—¿Y quién es la chica?—.
—La conocí en un Starbucks, estaba leyendo a Dante—. Casi oculta su emoción. Casi.
—Y claro, enloqueciste—.
—¡No enloquecí!—se defiende—es sólo... me pareció genial que le gustara, actualmente no encuentras a nadie con buenos gustos—.
Me río. Jeremy aún puede hacerme reír después de todo.
—Saldremos a cenar y... Ya  veremos qué pasa—.
—Me alegra, no quiero que te comportes como un tonto Lucas, se te da bien cuando estás nervioso—.
—¡Oh cállate! No estoy para tus sermones—.
Nos reímos y luego todo se queda en silencio.
—Quiero que seas feliz, Jeremy, siempre serás mi mejor amigo y quiero lo mejor para ti—.
—¿Ya estamos de sentimentales? Ok, estoy jugando, tú también eres mi mejor amiga Reich—.
—Lo sé. Debo irme. Aún tengo carretera por delante—.
—¿Me dirás a dónde vas?—.
—No, lo siento—.
—Ok, sólo no hagas nada estúpido—.
Sonrío.
—Adiós, Jeremy—. Canturreo y cuelgo.

--------------♥--------------

Media hora más tarde llego al lugar, es donde vinimos a acampar.
Lo recorro con rapidez, está oscuro aquí y es de madrugada, así que todas esa películas de miedo que he visto hacen efecto en mi y me meten prisa para salir de aquí.
Voy al punto que marca mi GPS y veo que es el árbol donde nos sentamos aquella vez.
La última que estuvo bien.
Mi garganta se cierra al recordar, ha sido tan poco el tiempo que no ha estado aquí y yo ya siento que han sido años.
No hay nada a simple vista, toco el tronco del árbol y alumbro con mi celular buscando algo...
¡Ajá!
Hay una marca en el tronco, casi una cruz de tesoro.
Sin dudarlo me pongo a excavar con las manos sin importarme nada.
No pasa mucho tiempo cuando encuentro una caja, o lo que es su tapa.
Sonrío y la tomo sin molestarme en regresar la tierra a donde pertenecía.
Una vez que vuelvo al coche y me encierro en el, enciendo la luz del interior y abro la caja.
Jadeo al ver su contenido, son demasiadas fotografías; de nosotros, nuestros amigos, nuestra familia.
Parece que Logan imprimió todo su teléfono.
No he visto ni diez cuando tomo un sobre rotulado con plumones que sobresale y al ver que tiene escrito mi nombre lo abro rápidamente para sacar un pedazo de papel de su interior y una USB.

No te lo dije pero yo también tenía un lugar para almacenar recuerdos como el tuyo.
Es increíble lo lleno que quedó en tan poco tiempo.
Gracias otra vez, R.
Nos volveremos a ver.
Tuyo por siempre,
Logan.

P.D. Hice una playlist final para que, de alguna manera, yo te acompañe siempre.

Rápidamente tomo el dispositivo y lo conecto al estéreo del coche.
All I want is you de U2 comienza a sonar y yo me llevo una mano a la cara.
—¡Vete a la mierda Logan!—.
Grito al oír la canción saliendo de los altavoces del coche.
Quería seguir destrozandome después de haberse ido, como si lo del hospital no me hubiera dejado hecha mierda ya.
No quería eso, sólo quería que lo recordaras, a los dos les gustaba U2 y esta canción fue la que bailaron aquella noche en el bosque.
Maldita voz en mi cabeza.
Siempre tiene razón.
Sonrío a pesar del dolor en mi pecho por los recuerdos pero aún así mis ojos ya están inundados en lágrimas, ¿Qué hago aquí?
No sé qué pensaba que pasaría al realizar toda esta travesía sino recordarme una y otra vez que él ya no estaba aquí.
Que se había ido para siempre.
No lo vería una última vez, nuestro tiempo había terminado y era hora de avanzar.
Tal como tenía que haberlo hecho desde hace dos semanas y no involucrarme en todo esto que sólo hacía imposible que mi herida se cerrara.
Tenía que dejarlo ir...
Me limpio las lágrimas pero es imposible, siguen saliendo y saliendo mientras intento poner el coche en marcha y se reproducen canciones que me traen recuerdos.
Mi cabeza comienza a punzar y no ayuda que mi teléfono suene en mi bolsillo.
Intento tomarlo pero la maldita cosa se cae y ahí es cuando todo se va al demonio.
Un segundo miro dónde cayó y al siguiente unas luces me deslumbran desde el frente del coche.
No tengo tiempo ni de gritar.
Estoy cayendo y golpeandome el cuerpo con todo pero no me duele. Parece un sueño, o algo que estoy viendo desde una pantalla.
En algún momento de la caída todas las luces se apagan.

¿Ves esa estrella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora