Matt
—Pásame una— Pidió Zac escurriendo el agua de su rostro hacia arriba para pasarla a su cabello y de ahí a su nuca.
Tomé un envase extra y me levanté encaminándome hacia el morocho, abriéndolo le extendí su pedido, me senté en el borde de la piscina frente a él y dejé caer mis pies dentro de la helada agua.
—El sol pegará fuerte este verano— Comenté con el amarronado pico sobre mis labios.
Con la gélida cerveza en su mano se deslizó a través del refrescante fluido mezclado con cloro, apoyando sus antebrazos sobre el borde, elevó sus piernas dejando que estas flotaran.
—Será insufrible dentro del patrullero— Echó a reír a la vez que jugaba con el agua que lo cubría.
—Por lo menos en la empresa tenemos aire acondicionado— Me burlé arqueando una ceja.
—En tanto no prendas fuego tu oficina— Bufó esbozando una ladeada sonrisa, relamiendo mis labios volví a sentir el amargo sabor de la etílica bebida —Por cierto, ¿Cómo están las cosas con Samantha después la cena de la otra noche?
Dejando a un lado la botella, aferré mis manos al borde y aludí lo sucedido después de retirarnos del restorán. Durante todo el camino hasta su casa la rubia no habló conmigo, tampoco me miraba, la veía incómoda e incluso molesta. Era más que seguro que había deducido la verdadera identidad de Natalia y que nuestra relación nunca fue de amistad.
—No lo sé, creo que se molestó por algo, no me ha llamado y eso es raro. Igualmente, hoy debo ir a trabajar, asique supongo que hablaré con ella— Hincándome de hombros redirigí mi vista hacia el cielo.
—¿Y tú? ¿Cómo te has sentido después de verla?
—Estoy bien, descubrí que puedo lidiar con ello.
Mirando mi reflejo debajo de mí, recordé su rostro, sus brillantes y verdosos iris, su sonrisa, su voz. Cerré los ojos alejando su imagen de mi cabeza, y en cuanto los abrí me encontré con la incriminadora mirada de Zac, poniendo los ojos en blanco le di otro sorbo la cerveza que reposaba a mi lado.
—¿Refrescándose antes del trabajo?— La voz de mi papá obligó a nuestras pupilas a fijarse en las suyas.
—¿Quiere unirse, señor Bolton?— Preguntó Zac divertido haciéndonos reír.
Negando con la cabeza mi padre se acercó a nosotros —Gracias por la oferta Zaqui, pero me reuniré con una persona en unos minutos— Ojeando su reloj afirmó sus palabras.
—¿Una madrastra para Matt?— Se burló el oji-amarillo ocasionando que mi mandíbula se trabara y un revoltijo de mariposas zombis en mi vientre naciera.
Tomé la tapa de la cerveza que le había dado anteriormente y se la arrogué, la pequeña chapa dio justo contra su frente haciéndonos reír a mi y a Alexander. Mientras que mi mejor amigo sobaba la zona de impacto y se quejaba por lo bajo, miré a mi progenitor.
—¿Con quién te reunirás, papá?— Cuestioné cruzado de brazos.
—Con una vieja amistad, es todo lo que te diré— Afirmó señalándome, sin poder dejar de sonreír asentí. Acomodando las mangas de su traje, acotó —Los veré a la noche, los invitaré a cenar.
—Claro, nos vemos a la noche, Alex— Se despidió mi amigo, yo solo moví mi mano en forma de saludo y le guiñé un ojo.
Con la figura de Alexander alejándose observé al morocho con la botella sobre sus labios y las comisuras de estos elevadas. Iba a reclamarle por su mal chiste, pero preferí dejarlo pasar y relajarme unos minutos más antes de tener que ir a la empresa.
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Siempre hemos sido nosotros
RomanceSEGUNDA PARTE de "Siempre has sido Tú". "Sufrí horrores su recuerdo, añoré incontables noches su amor, rompí huesos desesperado ante su falta, viví golpeado por extrañarla. Siempre supe que volvería. Ahora, ¿yo estaba dispuesto a volver?" Borrador. ...