Las cosas que deberían ser

256 15 1
                                    

Ninsun tan solo había dicho un par de palabras, salio de Dilmun y viajo hasta Uruk para consolar a su hijo. Sus deseos eran como los de cualquier madre y sin querelo había marcado una nueva meta para el rey, que en un instante desecho la tristeza, surgiendo dentro de si la esperanza de encontrar salvación en la inmortalidad.

Al día siguiente de su visita, Gilgamesh emprendió un viaje para encontrar a Utnapishtim, la diosa no le confeso su ubicación exacta pero no era un problema, estaba dispuesto a ir hasta el fin del mundo... Y así lo hizo. 

Vago por los desiertos y mesetas desesperado, durante días infinitos que se convirtieron en insoportables meses, ignorando todo el tiempo que llevaba buscando al hombre, había veces en que su voluntad se quebraba y otras donde su animo crecía.

Pasaron 20 años de angustia, el hambre y el clima le eran indiferentes, su única ilusión era que todo estuviera por resolverse, los seres que le ayudaban eran su única guía hasta que una mujer lo vio agotado, se acerco ofreciéndole agua y descanso, en su hogar le presento a su marido y el desdichado rey se sintió poderoso de nuevo.

Su estadía con los inmortales fue estimulante, el secreto para no morir estaba a punto de mostrarse ante sus ojos melancólicos. Y una vez con el sabría que todas sus amarguras habían valido la pena, la injusticia contra Enkidu seria vengada, sus proezas no tendrían fin y esta seria la mayor de todas. Realmente estaba feliz, podría volver a su reino con la frente en alto, sin temor a absolutamente nada.

Utnapishtim fue brutalmente directo, su bendición la había obtenido por honrar a los dioses mientras estaba rodeado de humanos viles e ingratos. Enlil dispuso un castigo para ellos enviando un gran diluvio que acabo con los infieles y como señal de "gratitud" por su fe, el mismo dios les otorgó vida eterna.

De acuerdo a esa historia, la inmortalidad para alguien tan perverso como Gilgamesh era imposible de lograr. Pero el hombre bendito se conmovió y decidió contarle sobre una alternativa...

Se trataba de una planta que crecía en las profundidades del mar, esta le concedería la gracia para vivir siempre con el único requisito de tragarla. La idea agrado tanto a Gilgamesh que salio rápidamente. Conseguirla no fue sencillo, arriesgo su integridad por una rama y con el sol de la mañana, regreso a la superficie con ese invaluable tesoro.

Experimento por primera vez una genuina plenitud, los recuerdos de esa aventura tan penosa le hicieron darse cuenta de su grandeza y superioridad, a pesar de nacer con 1/3 de humanidad había luchado por ganar un nivel sobre los mismos dioses que nadie podría igualar.

O eso pensó... El destino, la vida, sus dioses lo atormentaban. Por un descuido, la felicidad se esfumo. Una maldita serpiente devoró y no dejo restos de la milagrosa hierba, mostrando orgullosa una brillante y fresca piel, dejando con burla su original cascarón seco, alejándose rápidamente del solitario rey, que derrotado nuevamente decidió reírse de su propia tontería. Al final no se trataba de inmortalidad, solo juventud.

Su regreso a Uruk con las manos vacías no fue juzgado por nadie en voz alta, entró con los brazos cruzados, la mirada siempre por encima de los demás, decidido a retomar su trono y obligaciones, cansado de la vida, pero sin afligirse.

Las personas al reconocerlo se inclinaban asustadas, Gilgamesh no lo entendía, había salido con 22 años y no creía verse como un hombre viejo... Su percepción del tiempo estaba muy afectada. Mientras paseaba por los pasillos de palacio se cruzo con el espíritu manso que lo acompaño en su juventud.

El rey de los héroes pensó que lo engañaban sus ojos, no podía estar vivo Enkidu... No había palabras para su reencuentro, pero ambos se  sonrieron.

La muñeca de arcilla había llegado al inframundo para recibir su eterno castigo con el resto de las almas, pero logró ganarse la confianza de la deidad gobernante. Enkidu no olvidaba a su amigo y siempre pedía permiso para regresar, en seis meses finalmente salió triunfante.

No sólo había regresado del reino de los muertos, había gobernado todo ese tiempo en nombre del rey,  pero tenia otra gran sorpresa para Gilgamesh... La piadosa Ereshkigal para hacer menos amarga su estancia en la tierra mientras esperaba a que su amigo volviera, le obsequio una exótica hierba que hacia recobrar la juventud.

El rey de Uruk se puso eufórico, abrazo con fuerza a Enkidu y agradeció su ayuda desinteresada. Arrebató la planta de las delicadas manos del chico y la engulló deprisa. Sintió la fuerza volver a su cuerpo, ya no percibía desgaste en sus extremidades, inmediatamente buscó un espejo y contemplo su rostro satisfecho. No había ningún rastro del tiempo sobre la piel.

Lo tenia todo, los dioses rabiaban ante su gloriosidad, esperaban a que muriera rodeado de miseria, querían observarlo en un estado patético, pero no fue así.

...

Tiempo después se celebro una majestuosa boda, Gilgamesh había decidido que cuando pasaran muchos años y la muerte lo buscara, su reino le pertenecería a la criatura que portara su sangre. Sus deseos no se cumplieron cuando la gran esposa real dio a luz un niño muerto, luego fue una hija que murió en el vientre, más tarde perdió otro varón, se sumaron otras 3 niñas y el último hijo murió con su madre.

Se realizó otra unión y de ella no hubo herederos, el primogénito fue abortado y después nacieron niñas, las tres fueron muy pequeñas y ninguna sobrevivió su primer noche en la tierra, la consorte murió de tristeza.

Tantas desgracias no podían ser coincidencia, el rey de los héroes ordenó traer a los sabios de toda Mesopotamia para que le ayudaran a resolver su problema, se determino que había una poderosa maldición, Gilgamesh enfureció por aquella noticia y no le sorprendió saber quien lo había hechizado. Con esa grave sentencia tuvo que considerar reconocer a sus hijos ilegítimos...

Se convirtió en padre a los 15 años, su primer hijo se llamaba Ur, ya era adulto, mando buscarlo y en lugar de recibirlo se entero que había sido víctima de un animal salvaje el mismo día que salieron por él.

Había otro varón, Nungal, pero el joven apareció ahogado a las orillas del Tigris. Zomaris agonizó hasta la muerte por una infección en la pierna que no se pudo curar. Varse, fue asesinado durante una riña, recibiendo 14 puñaladas en el estomago.

Con todos sus bastardos muertos, pensó en coronar a sus hijas, pero Lyss, Ecadee y Orian fallecieron en la misma noche, se quejaron de intensos dolores abdominales y al amanecer las encontraron con gusanos, víboras y alacranes devorando su interior.

Oficialmente no tenia sucesor

//////////////////////////////////////////////////////
Hola a todos :), esto es realmente sorprendente. Cuando empecé mi único lector era yo mero y mi hermana (mi crítico) ahora se que hay más personas y eso me entusiasma mucho.

Por lo tanto quiero agradecerles, en especial a las dos autoras que admiro mucho: AbaddonDeWitt y ValeryLandero9

¡Gracias totales! \:v/

Respecto al capítulo... Revivir al buen Enkidu me parece justificable, tiene mucha importancia para Gilgamesh y los Donnuts... El rey de los héroes justamente tiene 42 años, pero gracias a la planta se ve chavo (no digan que por su edad ya no es capaz de engendrar niños :v) y... Ahora si aparecerá el hermoso rey de los caballeros.


La epopeya de los DonutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora