La esperada respuesta de los dioses

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-¿Ya terminaste de atormentar a este pobre pájaro?

-No soy un pájaro-bufo molesto con la frecuencia de ronroneos

Zulgamesh no se atrevió a hacerle ninguna pregunta por incomodidad, aunque el monstruo tenía un aspecto feroz su condición física era terrible,  su piel café opaca y áspera, los huesos marcados, despojado de su majestuoso plumaje, garras cortadas y sus patas mutiladas por las cadenas ¿Los Donuts le habían hecho eso? 

Dominique volvió con una enorme vasija llena de corazones humanos crudos en trozos, mezclados con pasta y con cuidado alimentaba al ave en su pico. Cuando término, acomodó a Omeyocan en el colchón y miro fijamente a Zulgamesh, quien estaba preocupado por esa criatura.

-El rey quería que confesara la ubicación de tesoros aztecas-explico

-¿Por qué?, ¿Quien eres?-Omeyocan se replegó en sus alas y busco apoyo en la chica-No voy a lastimarte, busco a mis hermanos ¿Sabes donde están?-el monstruo asintió levemente e hizo un gesto hacia la rubia quien acerco uno de los cofres y lo abrió ante el príncipe, contenía cientos de monedas 

-Puedes llevártelo y dejarlos en paz-Zulgamesh la observo con gesto desafiante, tomo una pieza y la rompió, se convirtió instantáneamente en fina arena del desierto

Había observado a su alrededor y percibió oro más brillante que otro, la dichosa fortuna que guardaba Felipe II era solo una ilusión. Pateó el baúl lejos, no estaba allí para cazar a los Donuts, que tantas personas los protegieran era un hecho admirable. Estaba dispuesto a encarar al pajarraco cuando este ladeó la cabeza y emitió un suave bufido ronroneante.

-Me agradas-desplegó sus alas y se movió para hacerle un espacio en el colchón-Te contare lo que se

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Atravesaron el continente buscando una aventura pero se habían alejado demasiado, para el atardecer encontraron insignificante arena dorada a su alrededor y notaron su descuido, la nube no resistiría en esas condiciones extremas y decidieron establecer su campamento junto a una gran roca lisa.

Gilbert construía un refugio de telas y pieles, mientras Levinanika preparaba los alimentos, se sentían tristes al recordar la experiencia de dormir en esos parajes, en especial la princesa, quien descargo su furia contra la piedra, usando una espada dio varios cortes profundos hasta que perdió su filo.

Entre los trozos caídos, Gilbert distinguió grabados extraños, se aproximó al área  desbastada y noto un débil resplandor metálico debajo del sedimento. Pidió a Levinanika acercar el fuego y prestarle su arma, removieron juntos el exceso de suciedad y encontraron un texto en hebreo.

"Debido a que el pueblo de Israel se atemorizó por la tardanza de Moisés en el monte Sinaí, fueron a ver a Aarón y le dijeron: «Haznos un dios, porque no sabemos qué fue de Moisés», Aarón les dijo: «Quiten los pendientes de oro de sus mujeres, hijos e hijas, y tráiganmelos»

Todos lo hicieron, y Aarón les dio forma de un becerro dorado, levantaron un altar. Y proclamaron: «Israel, ¡Este es el dios que te saco de Egipto!, ¡Celebraremos en su honor!» Presentaron ofrendas, comieron y bebieron, divirtiéndose y regocijando en medio del campamento.

Cambiaron la gloria Dios por una cosa creada, una abominable imagen de animal, adoraron y sirvieron a la criatura mentirosa en lugar del Creador. Por esto vagarán en el desierto 10 años y ninguno de los seguidores a este ídolo pisará la tierra prometida."

La epopeya de los DonutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora