Objetivo pendiente

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Arturia despertó pensando que todo lo anterior se trataba de una pesadilla. Con movimientos torpes se puso de pie e inspecciono su alcoba, buscaba una clase de prueba sobre los eventos del día anterior que desmintieran su sueño, pero entonces reconoció que no se encontraba en su castillo.

Era un espacio pequeño e iluminado, una habitación rústica con pocos muebles y detalles sobre su dueño. Las ventanas no tenían una vista ordinaria, sólo podía verse un blanco infinito. Vacío. No había voces ni movimiento fuera del cuarto cerrado, la cama de la cual se había levantado había desaparecido.

Un ligero escalofrío recorrió todo su cuerpo, estaba muy confundida, necesitaba saber que había pasado desde su partida y en ese mismo instante. El ruido de unas pisadas hicieron que la reina se mantuviera expectante sobre su situación. La puerta se abrió silenciosamente y parte de sus dudas se aclararon. Morgana observo con fiereza a su hermana menor, frunció los labios y le lanzo toda su amargura.

-Mantienen secuestrada a mi hijita por tu culpa-Arturia contuvo el aliento y agacho la cabeza, estaba perpleja, confirmar que todo había sucedido de verdad le causo estrés

Pero, a pesar de la mentira que habían creado, su consanguínea se refería a Mordred como suya. Eso la hirió. Como madre también estaba angustiada por la pequeña, culparla no remediaría la crítica situación.

La hechicera se mantuvo imponente, con las manos descansando sobre sus caderas y su mirada de hielo en la frágil reina. Decidió no dar un paso más dentro de la habitación, estaba convencida de que tal declaración sería suficiente para provocar a la menor, pero nada sucedió. La tensión reinaba y simplemente la luz del vacío hacia todo más dramático.

No había alternativas para Arturia. Si quería recuperar a su hija tenía que aceptar a ese miserable rey extranjero como esposo, a Morgana le parecía una solución sencilla. Mucho más que una cacería o negociaciones diplomáticas. El infeliz soberano sabía lo que quería y los medios para obtenerlo, pero la negativa que Arturia mostró al desmayarse fue el colmo.

...

Habían irrumpido en su corte de un modo escandaloso. Miles de soldados extranjeros con fiero aspecto rodearon el jardín donde se encontraban jugando sus niños, avanzaron amenazando a todos los presentes para no interferir. Acto seguido capturaron a Mordred aún cuando sus hermanos mayores trataron de impedirlo y se la entregaron a un joven peliverde que les ordeno retirarse inmediatamente.

Al enterarse Lot de los hechos, enfureció y acuso a su mujer por descuidar sus obligaciones. El rey demando que fuera separada de sus hijos para ser enviada a Camelot, donde se decidiría su castigo. Ser llamada irresponsable, pérfida y madre desnaturalizada causo que toda su ira se mostrara ante Arturia.

...

Desde el cruel asesinato de su padre a manos de Uther Pendragon, Morgana vio como su existencia estaba condenada a la infelicidad. Su madre se había convertido en un objeto, "esposa" le decían, cuando era una esclava sexual. 

Ella y su hermana, Elaine, fueron enviadas a conventos diferentes, donde vivieron humildemente, sin tratos especiales y completamente olvidadas. Cuando nació su media hermana, el frustrado rey decidió casar a sus hijastras con ilustres personalidades y tener alianzas beneficiosas. 

Mientras Elaine se unió con el joven y apuesto Urien, rey de Gorre, con todos los honores y delicadeza. Morgana tuvo por marido a un hombre 20 años mayor, de trato duro e indiferente que la orillo al aprendizaje de artes ocultas como único medio de escape a su vida aburrida.

Al cumplir 20 nació su primer hijo, Gawain, en años consecutivos llegaron Gaheris, Gareth y Agravain. La corte presiono a la pareja durante mucho tiempo, argumentando que la esposa del rey Urien había dado 9 hijos sanos al monarca. Tales habladurías no le gustaron a Lot, quien declaro abiertamente que todos eran bastardos y Elaine una mujer de cascos ligeros.

La epopeya de los DonutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora