Del otro lado del mar

247 14 0
                                    

El imperio romano era enorme, tenia ricas provincias en casi todo Oriente, pero a pesar de su control sobre la tierra, la distante isla llamada Británia se independizó por un general inconforme. Se proclamó rey y confronto a muchos enemigos para mantenerse en el poder durante varios años.

Al momento de elegir un heredero, decidió sortear entre sus familiares cercanos, su primo Gorlois, duque de Cornwall era el predilecto, pero el único nieto del soberano, Uther, lo aparto de su destino... En una noche fría y tormentosa atacó la residencia del duque con sus mejores hombres, ordenando asesinar a todos sin piedad y no satisfecho, tomo a la bellísima duquesa como esposa.

Desde ese momento Inglaterra seria gobernada por la casa Pendragon y la familia real estaba a punto de crecer por el nacimiento de un príncipe. Igrainne a pesar de haber sido humillada, herida y ultrajada por Uther, amaba al ser que crecía en su vientre, pero estaba asustada. Le preocupaba su futuro aunque todos supieran que era desolador ¿Y su hijo?, ¿Que seria de su vida con un padre tan violento?

Había resultado una niña y la frágil reina no paraba de llorar, se culpaba por no engendrar varones, se aferro temblando a su bebé, deseando que la muerte se las llevara, que alguien dijera algo, siquiera un momento de calma en la sala donde se encontraba sola. 

Estaba completamente abandonada, no podía defenderse ni librarse de su maldita suerte, hombres y mujeres pasaban a su alrededor preparándose para recibir al soberano, pero todos las ignoraban.

Igrainne se apeno con la decisión que tomo su marido respecto a la pequeña. La arrancaron de su pecho para entregarla a un señor de poca monta en un pueblo olvidado por la corona. El mago de la corte había profetizado que Inglaterra seria poderosa al ser gobernada por un rey nacido de Uther y este no quería desperdiciar atenciones en una princesa, la buscaría después, cuando pudiera hacer una alianza matrimonial.

Pasaron 14 años y la niña de ojos verdes como esmeraldas, heredados de su madre, cabello dorado pálido como su padre, tez blanca inmaculada, rostro angelical, figura armoniosa y el porte elegante de un miembro de la nobleza, creció en el hogar del humilde caballero recibiendo el tratamiento de un hombre, por lo tanto no conocía sobre delicadeza o sumisión, era una orgullosa joven que dominaba las armas, particularmente la espada, con un fuerte sentido del deber hacia su país y familia.

Los días en el pueblo eran tranquilos, Arturia desconocía su estirpe, practicaba con su hermano mayor Kaay y vivía como una persona normal sin grandes preocupaciones, hasta que llegó una noticia que nadie pudo ignorar...

"Quien sea que logre desprender a Caliburn de la piedra se convertirá en el próximo rey de toda Inglaterra"

El matrimonio real no tuvo más hijos, el rey había caído enfermo por mantener demasiados vicios. Al darse cuenta de que era inútil embarazar a su mujer del prodigioso príncipe, decidió realizar un evento donde aparecería la persona capaz de llevar su corona. Combatirían, a pie y sobre caballo, con armas, escudos, lanzas y espadas para ganar honor y fama. 

Camelot estuvo a reventar de nobles, caballeros y gente ansiosa de convertirse en el heredero al trono. Cada día se presentaban los aspirantes y tenían su oportunidad de sacar la espada, pero nadie logro moverla. Las expectativas estaban muy altas, a cada intento se mantenía atención, hombres de todas las edades pasaban esperanzados y salían derrotados.

Ahora era el turno de Kaay, uso demasiada fuerza y resbaló, provocando las burlas de todos los presentes, Arturia hablo en su defensa y un hombre prepotente la reto a sacar la espada sagrada sin hacer el ridículo. Entonces la multitud quedo atónita ante la visión de una chica levantado a Caliburn con facilidad, envuelta en una luz divina que acentuó su derecho sobre el trono. 

La epopeya de los DonutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora