-Los Donuts no roban-sentenció Omeyocan-Tener deudas y no pagarlas es un privilegio exclusivo de ellos
-No todos lo entienden así-se burlo el príncipe
-Los nobles tienen mala memoria-añadió el monstruo, restándole importancia - Felipe ya habrá olvidado lo que le hicieron
Zulgamesh no quería aceptar una verdad tan dolorosa como aquella, si la fuerza de los Donuts estaba basada en algo que les enseñaron los dioses, estaba claro que sería muy difícil enfrentarlos. A ese paso destruirían el mundo.
...Uruk...
Hace tiempo nacieron tres príncipes en cierta noche de caluroso verano, cuando las estrellas relucían en el firmamento. La reina estaba exhausta en todos los sentidos y se resistió con fiereza a que la alejarán de sus bebés, incluso si se arriesgaba a morir.
Por otra parte, el rey decidió celebrar ese milagroso acontecimiento con grandes festejos que fueron recordados entre la gente por su esplendor. Gilgamesh decidió que él mismo educaría a sus hijos con rigor hasta volverlos dignos de su legado, apartándolos de Arturia quién no podía hacer mucho al respecto ya que todos la culpaban por la malcrianza de los Donuts.
Su noble corazón término por romperse ante la pena. Mordred vivía muy lejos de ella y jamás podría confesarle ser su verdadera madre. Nadie sabía cual fue el destino de sus mellizos y ahora la hacían a un lado de los tres niños que con tantos esfuerzos y sacrificios había alumbrado.
Los buscaba secretamente en diferentes horarios, evitaba a los espías de su marido e incluso comenzó a amenazar a las criadas para que se los entregaran. Abandonaba sus rutinas y compromisos por escucharlos balbucear y reír, pero siempre estuvo apartada de sus vidas.
Tiempo después se le permitió convivir con ellos cuando eran niños durante la comida, celebrando sus ocurrencias y tratándolos con ternura a diferencia de sus malhumorado tutores. Soporto todos esos años a Gilgamesh con tal de no abandonar a sus retoños y verlos crecer.
Jamás se resignaría a perderlos y ellos entendían que su ausencia no era por gusto, simplemente la vida era así. Tenían tantas dudas sobre su existencia que nadie podía responderlas. Sólo sabían que su futuro sería gobernar y que ninguno era indispensable.
Esa educación los distancio lentamente. Conscientes de la estricta vigilancia e incesante monitoreo de su aprendizaje. Vivían con la amenaza de perder sus escasos privilegios a la menor falla, obligándose a pensar que sus hermanos eran peligrosos rivales. Comprendieron que debían sobresalir en cosas diferentes para lograr armoniosidad y así lo hicieron.
La mayor de todos, Demi, era poseedora de una gran belleza que ningún artista podía reflejar en sus cantos y poemas. Su carácter dulce y bondadoso la hacían muy popular entre los ciudadanos. Muchos hombres le rogaban un gesto de interés y a cambio le ofrecían sus reinos y títulos.
Se decía de Lionelorc que a una temprana edad llego a adquirir toda la sabiduría humana como un regalo de los dioses y una sola frase dicha por él podría dejar boquiabiertos a los hombres más letrados. Siempre absorto en sus lecturas y silencios reflexivos.
Zulgamesh tenía una mente brillante para las estrategias políticas y le sobraba valor para el combate, logrando ser nombrado caballero a pesar de ser un niño por la mismísima reina. Heredaría Inglaterra a la muerte de su abuelo materno y el honor de llevar la legendaria espada Excalibur.
Cinco años después de ellos nació la siguiente generación de príncipes...
Mina, una niña tan hermosa como el sol, de finísimas hebras rubias, tez blanca cual reflejo de luna, brillantes luceros dorados de pupila normal, más bella que Demi. El príncipe Roseures era muy entusiasta, con suaves rizos chocolate y la mirada carmín. El tierno Lisandro tenía una oscura melena castaña con ojitos grises de reptil.
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La epopeya de los Donuts
FanfictionEl reino de Uruk enfrenta la ausencia de sus nobles príncipes que desde hace varios años fueron expulsados injustamente por su padre. Por eso, el joven príncipe Zul ha decidido partir en su búsqueda para traerlos como los gloriosos herederos al tron...