Perdón por desaparecer un rato. Las quiero <3
Lamento decirles que aca no va a haber sexo gg Sé que es SMUT CHALLENGE pero trate de verlo mas por el lado de la ternura y el tacto de manos.
Joel y Erick son dioses. Joel de la guerra y Erick del amor.
Se llevan demasiado bien pero no son mejores amigos. Prefieren estar mas lejos que cerca. Cada uno tiene tres esposas y dos hijos. Y se molestan por tener tanto en común, por la única razón que comparten tiempo juntos, es por que son dioses distintos.
Erick puede controlar el amor, puede hacer que una persona tenga al amor de su vida, o puede hacer que alguien aprenda su lección por ser infiel, castigandolo y que no pueda volver a ser amado.
Joel controla la guerra. Puede otorgarle a una persona ganar todas sus batallas o puede darle la desgracia de morir en una. Nunca usó ese poder como un beneficio para él, por que ama ganar sus batallas sin ayuda de nadie.
Ambos odian estar en el templo, decidiendo a quien de sus hijos otorgarle el poder.
-¿Por qué no solo podemos darle el poder en privado y ya? -pregunta el rizado mientras toca su cabeza con sus dedos.
-Por que esto es algo que tenga que saberse. O lo tiene tu nuevo hijo o lo tiene el que tu elijes -el ojiverde toma de la copa de vino.
-Hagamos una guerra -habla Johann, el dios mayor. -Los hijos de cada familia combatirán por el poder.
-¿Y mi nuevo hijo? -pregunta Joel.
-Bueno, tú decides si lo tiene él o prefieres la guerra.
-¿Podemos hablar de esto mañana?-el ojiverde mira a su alrededor y ve a todos asentir- En vez de esto tendríamos que pensar en como salvar el reino, la economía no está siendo muy buena... Y nosotros preocupandonos por quien recibe el poder...
-A ver, Erick -suelta Joel y ve que la mayoría ya se fue- Comprendo que seas cupido falso, pero así no son las cosas.
-¿Prefieres que uno de tus hijos muera?
-Sabes que puedo hacer que no lo hagan.
-Tal vez tú, Joel. Pero nadie mas es dios de la guerra, no todos quedarán con sus hijos completos. -con indignación, Erick toma el último trago de vino y mira a su alrededor. No hay nadie mas, aparte de Joel.
-Está bien, apoyo tu idea.
-Deja de verte tan bonito cuando hablas con claridad -suelta el rizado y lo mira a los ojos.
-No de nuevo, Joel, sabes que el pasado no importa en este momento.
-¿Y si nunca dejó de importarme? -sus ojos se conectaron como nunca antes.
-Ya tendriamos que empezar a olvidarlo.
-Eres el dios del amor, sabes perfectamente que es imposible olvidar a una persona cuando sabes que es el amor de tu vida.
-Ese no es mi caso...
-Claro que lo es, te la pasas dandole lo mejor a la gente. Comprendería si me dijieras que no sientes nada por mi, pero sé que es lo contrario, por eso quiero ser lo mejor para ti.
-Joel...
-Dejame intentarlo -el mayor acaricia la mejilla del ojiverde y siente una punzada en su corazón.
-Y-ya fuiste flechado... -dice nervioso, mientras percibe la energía de su punzón.
-Lo fuí antes, cuando te conocí.
Sus labios se juntan y Joel baja una mano hacia la cintura de Erick para acariciarla con mas firmeza.
Erick se dedica a disfrutar de sus labios mientras coloca sus manos en su pecho y acaricia hasta sus hombros una y otra vez. Joel abre los ojos y aprecia la belleza de su flechazo. Una sonrisa se dibuja en ambas caras cuando se separan y se abrazan con mucho sentimiento y delicadeza.
-Sé que llegué tarde, pero nunca desapareció esto que siento por ti.
-Creeme que has llegado mas temprano que yo -susurra en su oido y baja las manos hasta las caderas de su dios y levantar la túnica que llevaba puesta.
Joel junto ambos pechos y empezó a frotarlos suavemente, mientras se movian en un vaivén.
-Ahora... hay que asumirlo.
-¿T-tú crees?
-Erick, no voy a esperar otros 50 años finjiendo que no te tolero, mientras por dentro me muero por ti.
-No puedo creer que el dios de la guerra tenga mejores sentimientos que yo...
-Y tu sabes desatar una guerra entre mi cabeza y mi corazón -sonrieron- En fin, yo lo asumo, me presento con mis esposas y les digo que ya... Ya no quiero mas relación con ninguna.
-Yo no sé como enfrentarme...
-¿Me amas?
-Mucho más de lo que imaginas...
-Entonces ya pasó la batalla, solo queda hablar con ellas. Y si quieren hacerte algo, yo voy a estar ahí, para protegerte.
-¿Tanto me amas?
-Erick... Lucharia contra todo aquel que quiera verte mal. Si el mundo se pone contra nosotros, yo voy a salvarte del mundo.
Mientras las caricias eran dueñas de sus acciones y sus bocas se unian en un dulce compas, el corazón de Erick volvia a ser flechazo, y por el mismo hombre.