Joel 38
Erick 17
Sus ojos pasan por la suave piel de su inquilino, su madre va a matarlo, pero no puede resistirse, es muy sexy.
Joel Pimentel.
Nunca pensó que un hombre, cerca de los 40, lo estaría volviendo loco.
Tampoco pensó que tendría sexo con uno.
Pero él es tan... Joel.
Acaricia un poco su pecho, bajando hacía su abdomen y dibujando un poco, de forma invisible. Luego por el ombligo, después baja suavemente hacía su entre pierna, agarrándola y deseando volver a tenerla dentro.
Se endereza sobre sus rodillas y se coloca arriba del hombre, que aún duerme.
Su tracero le duele, por que le dio la mejor cogida de su vida, lo tomó como nunca antes lo había hecho.
Y es que él pequeño era demasiado tierno y exoticamente erótico.
Colocó su pene en su entrada y se sentó, metiendo todo su largo en su interior, soltando un gemido ahogado y despertando a Joel, que tomó sus caderas apenas empezó a moverse.
Sus caderas hacen movimientos circulares y obtiene un gruñido de su parte, se estira hacía sus labios y los besa tan apasionadamente que no le basta con solo tener a su pequeño montandolo.
Lleva una mano a su entre pierna y comienza a moverla, mansturbando con tanto potencial, haciendo suaves movimientos en el glande y fuertes por todo el tronco.
La otra la lleva hacia una de sus tetillas, la comienza a triturar y los gemidos son incontrolables. Muerde sus labios y me gime en los suyos, le desespera tanto no poder vivir de sexo con él, pero será divertido estar ocultandolo.
Se mantiene sobre sus rodillas y comienza a ir mas rápido, subiendo y bajando, una y otra vez, su hermoso y excitante trasero.
El sonido de sus pieles chocando, va a ser uno de sus favoritos.
-Eres tan... Grandioso -suelta el mayor entre gruñidos y algunos gemidos.
El menor sólo ríe y vuelve a gemir de un grito cuando la punta choca con su próstata.
Se mantiene un poco ahí y mueve aún mas sus caderas circularmente, masajeando su punto de placer.
Toma potencia y vuelve a moverse saltando, golpeando y golpeando.
El climax se hace presente, soltando todos sus fluidos en el abdomen de su señor, tan fuertes que llegan hasta sus labios, y este corresponde lamiendolos y haciendo un movimiento rápido para quedar arriba.
-Necesito tener esto por el resto de mi vida.
Erick rodea lo ojos de una manera divertida y sabe que tiene que prepararse para su segundo orgasmo.
Abre sus piernas un poco mas, por que necesita tenerlo muy adentro.
Joel comienza de una manera fuerte, vaivén bruto y placentero.
Volviendo a golpear el punto G del pequeño ojiverde.
Sabe que puede aguantar mas, y le da tanta satisfacción ver la manera en que el ojiverde se retuerse por tener su pene dentro, la manera en la que agarra las sabanas, como sus labios son apretados por sus dientes, como sus gemidos fuertes expresan que es el mejor pene. Está tan jodidamente excitado.
Mueve aún mas sus caderas, su pene comienza a arder por que necesita venirse, el placer es tan fuerte y tan mutuo, que para ambos va a ser la mejor cogida de su vida.
-A-ah, -susurra cuando su segundo climax vuelve a presentarse y vuelve a soltar sus fluidos, esta vez como grifo abierto a mas no poder- ¡D-dios!
Salpica todo en su pecho y gotea, y es suficiente como para venirse en su interior.
Ambos se vienen tan fuerte.
Retira su miebro de su entrada y se vuelve a acurrucar a su lado, Erick se acuesta sobre su pecho, donde aún quedan sus fluidos.
-¿No es asqueroso, pequeño?
-Puedo oler el placer máximo... -se sube sobre su cuerpo y comienza a lamerlo.
Joel observa fascinado, el menor le puede mucho.
-Quiero hacerte tantas cosas... -susurra cerca de sus labios y Erick lo mira inocente- Es lo mejor que vamos a hacer...
-Aún no conoces lo mejor -una sonrisa aparece en su rostro y luego en el de Joel, cuando entiende.
-¿Ah... No?
-Tenemos que probar mis juguetes, señor... -lleva su mano a la mesita de luz que se encuentra al lado de la cama, abre el último cajon y saca varias cosas.
Toma una gargantilla y se la coloca en el cuello sin abrocharla.
-¿Le gusta? Señor... -susurra inocentemente y la vuelve a dejar en el cajón, suelta una risa antes de pararse y entrar al baño.
Joel queda fascinado, él pequeño, es su pequeño.
Luego de unos minutos, Erick abre la puerta lentamente y Joel mira, esperando que salga.
Aparece su silueta, con lenceria que nunca antes habia visto, pero le parece tan bonito y tan cogible, a la vez.
El pequeño se sienta sobre la cama y Joel no sabe si besarlo, o cogerlo.
-Digame que le gusta, señor... -recalca el "señor" y lo hace mas largo.
El pene de Joel despierta pero el sonido de la puerta de entrada los alarma.
-Me voy, pequeño, pero te veo esta noche -susurra y Erick hace un puchero, Joel lo besa y sale de su cuerto, yendo al suyo.
Erick sonrie y abraza el gran oso que le regaló Joel.
Huele a su pene.
Esperen al de juguetes para ver lo que pasa.💜.