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Joel 35
Erick 16
Erick es el hijo de su vecina.
Su corazón late profundamente, mientras el miedo se exparse por todo su cuerpo, siente como la sangre va hacía su cerebro y vuelve a mirar sus muñecas, atadas en el apoyabrazos de la silla, sus pies inmoviles por el cable que los mantenía.
Hasta que el ruido de la puerta indica su presencia, la presencia de su secuestrador.
Su respiración se comienza a alarmar, mueve sus muñecas, tratando de safarse.
-Cariño, no saldrás nunca de aquí. No hagas que me enoje... -susurra mientras coloca sus ojos marrones en frente de los suyos.
Se acerca hacía su cuello y lo muerde, ocasionando escalofrios por todo su cuerpo.
No niega que Joel es bien sexy, pero es un enfermo.
Se ha mansturbado viendolo por la ventana, se ha excitado cuando su madre lo mandaba a pedirle favores, se ha imaginado tenerlo entre sus piernas, cogiendolo duro y sin compasión.
-Eres un puto fetichista -susurra y una sonrisa se forma en su excitante rostro.
-Ven conmigo, necesitamos cosas para nuestro nuevo hogar -lleva sus manos a las muñecas atadas de Erick, las deja libres.
Por un momento Erick piensa escapar, pero sería inutil el resultado, Joel es muy fuerte.
Va de copiloto en su auto y mira la ventana, tratando de sacar algo bueno de esto, Joel no va a matarlo, solo está obsesionado con él.
Ambos llegan a la tienda de muebles y le susurra algo rápido, antes de entrar.
-Te quiero cerca mio, lo sé, suena enfermo pero no te alejes mucho.
Erick asiente, no es mala idea quedarse por un tiempo.
Camina un poco hacía las variedades de sillones, quiere preguntar cuánto cuesta cada uno pero no hay nadie cerca.
Terminan llevando uno de color rosita y luego vendrán los demás por envio.
Suspiran cuando empieza a atardecer y es raro estar tomando un batido con tu secuestrador en un parque.
Creé que puede acostumbrarse y le gusta.
Mira a Joel, que le da el reflejo del sol y hace lo que siempre quiso para satisfacer a sus labios, se sube sobre su regazo y lo besa, toma su cabeza y enreda sus dedos en sus magnificos rulos, mordisquea un poco y se aleja para mirar a su alrededor, no hay nadie y su pene empieza a despertar cuando siente la dureza de el de Joel, entre sus nalgas.
-Eres rápido, bebé -dice y lo sienta en la banca y abre sus piernas, baja sus pantalones y su boxer, su piel se estremece cuando el aire frio toca con la de su pene.
Suelta un leve gemido cuando siente el tacto de sus dedos que tocan su glande, la masajea un poco y Joel lleva sus labios humedecidos, empezando a estimular con su lengua.
Erick se agarra de la madera del banco y clava sus uñas ahí, por que era un fetiche el hecho de que Joel se la mamara.
Llevo su otra mano libre hacia la cabeza de Joel, para hundirlo mas y esté comienza a mover sus labios, su lengua lame el tronco mientras su cabeza se mueve de arriba a abajo.
Los gemidos incontrobles de Erick, llenan el pequeño parque, murmura algo que Joel no entiende y le folla la boca provocandole una arcada.
El climax se hace presente y suelta todos sus fluidos en su ganganta, Joel traga un poco y besa los labios del ojiverde, estremeciendose cuando siente su propio semen.
-¿Cojemos aquí? -susurra tomando sus caderas- Es que mi pene tambien necesita ser atendido y no podré aguantar un minuto más.
