Dulce: hola preciosa
Anahi: hola desaparecida….ayer te esperé y nunca llegaste
Dulce: lo siento, pero digamos que tuve unos contactos en Houston, pero tan molesta estas que no me abres la puerta para subir a tu coche?
Anahi: lo siento, me distrajiste con tu Houston
Dulce: bueno vale, entonces para que soy buena
Anahi: para perderme
Dulce: que!!!....como es eso
Anahi: estoy harta con toda la presión de la boda y todo, me siento asfixiada, necesito un poco de paz y olvidarme de todo al menos por unas horas, por favor si?
Dulce: pues señorita ha venido al lugar indicado con la persona indicada, te voy a hacer olvidar todo muñeca, pero primero yo manejo sino no voy a ningún lado – tomó la mano de Anahi y se la llevó a la boca y le plantó un beso –
Anahi: bueno, pero sólo porque eres tu – se bajó del asiento del conductor y cruzando al frente del auto cambiaron de sitios, Dulce acomodó a Anahi e incluso le colocó el cinturón de seguridad –
Dulce: así bien segura quiero que vayas, no quiero que te pase nada linda – le guiño el ojo y colocándose su cinturón le dio una última mirada a Anahi –
Anahi: y a donde vamos mujer
Dulce: sorpresa preciosa
El auto partió como un rayo, dejando leves marcas en el pavimento del chirrido que dieron las llantas al acelerarse, Anahi no sabía que tenía planeado Dulce, pero no le importaba, ella sabía muy bien que Dulce era experta en hacerte salir del mundo y regresar a veces hasta con sólo unas palabras, así que no había temor ni nada, sólo el deseo de que ese día sea inolvidable…y vaya que lo sería.
Las imágenes pasaban rápidamente por la ventana, a Dulce le encantaba la velocidad, y los coches eran su mejor complemento en esa afición, a Anahi al principio no le agradaba esa sensación de sentirte casi salir del asiento con cada freno intempestivo pero con el tiempo eso se había hecho parte de su vida y le encantaba, y como lo había extrañado el tiempo que habían estado distanciadas, Dulce sólo sonreía al ver en la cara de Anahi la mezcla de temor y satisfacción por la velocidad, pero lo que más le agradaba es que iba aferrada de su brazo mientras ella hacía los cambios….el camino fue en silencio y sólo la música de AC/DC las acompaño, de rato en rato Dulce daba un pequeño aullido al compas de un coro que le encantaba y Anahi solamente sonreía por eso, y así sin palabras llegaron a un campo, donde había bastante gente, y donde todos estaban bien animados, en una especie de feria…Dulce no dijo nada, sólo aparcó el coche e hizo bajar a Anahi.