CAPITULO 9 - 1ra Parte

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Era ella no había ya más duda era Dulce, pero que hacía ahí se preguntaba Anahi, que hacía en el DF?, no entendía nada…estaba segura que Poncho le había dicho que ella ya no vivía allí, pero entonces que paso?, se seguía interrogando mientras su amante se impacientaba por hacerla salir de su absorta trifulca mental, lo que provocaba una gran molestia a su amante descuidada por el estado de shock en el que quedó Anahi al presenciar a esa mujer…..a Dulce…..esa mujer….y en su mente se repetía…..esa mujer, su Dulce…….esa Dulce que en ese momento se encontraba manejando por el Distrito Federal, esquivando coches, y tratando de reconocer la ciudad que había dejado hacía 3 años, una ciudad que en estructura no había cambiado casi nada, pero que en ambiente, en gente y en atmósfera había cambiado demasiado para su gusto, recién había llegado pero ya estaba extrañando Guadalajara y la cierta tranquilidad que le daba conocer todo y a todos, y no sentirse casi esquiva tratando de alejar recuerdos de ciertos sitios, y una que otra anécdota pero aún así tratando de olvidar o mejor tratando de no recordar y casi sin darse cuenta llegó al lugar que siempre dijo que sería el primero al que regresaría cuando volviera al DF, ni bien llegó frente a la que fue su casa no pudo evitar derramar un par de lágrimas, esa casa que la albergó durante casi toda su vida ahora lucía deslucida, descolorida y muy maltratada, como si de verdad estuviera abandonada, pero Dulce no entendía por qué estaba así su casa, si ella bien recuerda Poncho le había dicho que se había vendido, pero al parecer nadie se atrevió a habitarla, y ahora al estar frente a ella Dulce recordó todo, lo bueno, lo malo, lo feo, lo bonito y lo más hermoso….el amor….el amor que hubo en esa casa.

 

Pilar: que te pasa Annie?....estas toda distraída quieres tener se.xo o no? – le decía a Anahi mientras dejaba su cuello donde se había prendido a besos –

 

Anahi: claro que quiero Pili, como voy a decir que no a una sesión de se.xo contigo mujer por Dios ni que estuviera enferma – lo dijo con toda la voz de seguridad pero, en realidad su amante tenía toda la razón, ella aún seguía en esa esquina y rememorando ese auto y a ella….a Dulce –

 

Pilar: pero entonces pon empeño que parece que no quie…- Anahi no dejó que terminara de decir nada, y con todas sus fuerzas, la volteó en la cama y quedando encima de ella, la miró con lujuria, con deseo y con todo lo que la pasión puede provocar en un cuerpo y la beso tan ardientemente que Pilar soltó un gemido sentido y sonoro al aire –

 

Anahi: y aún sigues diciendo que no quiero?

 

Pilar: shhh cállate y hazme gemir de placer….uhmmmmmm….ahhhhh si así…..ahhhhh

 

Anahi regresaba a su papel de dominante y de amante casi salvaje, y es que en ese cuarto no cabía la dulzura ni caricias tiernas, ahí sólo había se.xo y más se.xo, pero nada de amor o cariño, Anahi comenzó a dar de nalgadas a la mujer desnuda que tenía debajo y comenzó a llamarla de los miles de colores de los que se puede vestir las pu.tas más corrientes, pero eso a Pilar le encantaba, le gustaba y la excitaba, y Anahi lo sabía y así con esas ganas y las suyas sumadas, le gritaba las cosas más sucias y poco decentes que se le vinieran a la mente….

 

Anahi se dio una mirada en el espejo encima de la cama y pudo ver el cuadro deplorable en el que se reflejaba, estaba con la camisa a medio abotonar con uno de sus pechos asomándose por encima del sujetador, con todo el labial corrido, sin pantalón y sin bragas, con la mano toda mojada por todos los fluidos de esa mujer, y esa imagen reflejada, la quiso detallar, pero le dolió, y hasta asco le causo, que tuvo que bajar la mirada y observar a la mujer que le acababa de dar un glorioso orgasmo tirada aún con los tacones puestos , y las bragas a media pierna y con el sujetador aún puesto, y no lo podía creer, en que se había convertido? Pensaba y le dolía, aún con la respiración jadeante y mirándose la mano empapada no entendía ya lo que hacía, cuando de pronto siente como unos labios húmedos y ávidos de dar pasión, la empezaron a besar por el cuello terminando de sacarle la camisa y el sujetador, y aunque no quería sentirse así otra vez….vacia….se dejó seducir y calentar, y de las maneras más retorcidas y las maneras que de sutilidad no llevaban nada Pilar le dio se.xo, caricias brutas, ásperas, era lo común y cotidiano a lo que Anahi estaba acostumbrada, tanto que Anahi ya había olvidado cómo era ser tratada y como tratar con cariño a alguien en la cama, ni siquiera con Lorenzo, el sólo la estocaba como un animal y ella sólo disfrutaba, pero eso era todo, y mientras su amante la hacía gemir y sudar de placer, al mirar su mano apoyada en la cama mientras su amante le daba el se.xo oral más espectacular, deseó que volvieran los besos y caricias….como lo hacía Dulce, pensó.

 

Sentada sobre la cama, de espaldas al cuerpo desnudo de esa escultural mujer que casi 10 años menor que ella la había extasiado y agotado en un par de horas de se.xo, Anahi se miró las manos y estaban todas temblorosas, al igual que sus piernas y pensó que de verdad esa niña había querido destruirla en la cama, pero ella debía ir donde su novio, se lo había prometido, y así tendría que ser….se paró con mucho cuidado tratando de no despertar a Pilar, y volteando a verla, se deleito, con el cuerpo tan espectacular que tenía que apenas cubiertas sus piernas por la sábana blanca era el deseo, sueño y fantasía de muchos y ella tenía la potestad de tenerla cuando quisiera y eso la hacía sentir con un cierto sentimiento de satisfacción y victoria, pero otra vez regresaba el vacío…poseer su cuerpo, su se.xo, sus labios, sus pechos, pero que más?....se preguntaba, como ella se decía, nadie la poseía a ella, nadie poseía a Anahi Puente… su cuerpo habrá sudado encima y debajo de muchos cuerpos, pero nada más, nadie la poseyó ni en cuerpo ni mucho menos en alma, al menos nadie como lo hizo Dulce, y eso la confundía, y no entendía como después de tanto tiempo aún Dulce estaba tan presente– es que aún la amo? – se pregunto en un susurro, pero no hubo respuesta, y su amante casi se despierta, por lo que dejó de admirarla y comenzó a recoger toda su ropa, y a salir del cuarto y en el salón a vestirse cuando de pronto la imagen impecablemente desnuda de Pilar se asomó y la sorprendió en el umbral del dormitorio mientras la miraba como se cambiaba.

 

Pilar: ya te ibas y sin despedirte? – le dijo mientras se acercaba a ella, y posar sus brazos alrededor de su cuello – creo que me merezco un beso porque me he portado bien no?

 

Anahi: - Anahi esbozó una sonrisa discreta y le dijo – has sido muy buena niña, pero esta mujer se tiene que ir, se me ha hecho tarde, te llamo si?

 

Pilar: pensé que te había dejado exhausta y ya no irías donde ese estu.pido y te quedarías conmigo

 

Anahi: pues piensas mal pequeña, mi novio me espera y yo cumplo lo que prometo – se acercó para darle un beso y ella movió la cara – no empieces Pilar, el es mi novio y pronto mi esposo, y eso tu bien lo sabes

 

Pilar: claro que lo sé Annie, tu tampoco eres exclusiva en mi cama

 

Anahi: lo ves entonces nos entendemos bien…chao preciosa – le dio un beso pequeño en los labios y deshaciendo el cruzado de sus brazos en su cuello se dispuso a salir -

 

Pilar: espera espera Annie…..es que mujer ya te vas a casar y se que esto va a acabar y yo no puedo negar que tu eres muy buena en la cama y pues te voy a extrañar, y pues quiero aprovechar todo el tiempo que me queda contigo cariño – la miró tiernamente mientras aún sostenía su mano para evitar que se fuera –

 

Anahi: no te preocupes cariño que aunque me case, tu y yo siempre nos encontraremos, tu crees que puedo renunciar a tan buen se.xo? – lo dijo mientras separaba su mano de la de Pilar –

 

Pilar: lo dices de verdad cariño? – la mirada de emoción y ternura que le dio esa mujer a Anahi la delató completamente y ahí supo Anahi que esa relación o lo que fuera que tenían entre ellas debía terminar….o todo acabaría mal –

 

Anahi: claro cariño, y ahora si me voy, te llamo si?

 

Pilar: ok te espero, chao preciosa – lo dijo dándole un beso intenso –

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