CAPITULO 9 - 2da Parte

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Dulce se preguntaba qué cara pondría su amigo cuando la viera, pero la emoción ante presentarse frente a su amigo era más por volver a ver a la pequeña Dulce que desde su bautizo no había vuelto a ver hace casi 2 años, se apuró a guardar, unas cajas que aún seguían en su coche a pesar de ya ser casi una semana que se había mudado, las cargó y las puso en el suelo donde había una que otra caja más, lo único que Dulce tenía bien puesto en ese nuevo hogar era el colchón en el suelo y la cafetera, el resto que no era mucho aún seguía en cajas, y es que aún no estaba segura de quedarse, por esa misma razón de Guadalajara sólo había traído ropa para trabajar y sus herramientas, y el resto quedó en la otra ciudad, donde ni siquiera se había atrevido a entregar el piso por su inseguridad de quedarse en el DF….su nuevo piso era pequeño pero tenía dos dormitorios, pensando que debía tener un cuarto extra para cuando viniera Max a visitarla….a la empresa ya se había presentado y ya conocía todo y hasta su oficina ya la tenía asignada pero trabajar en serio recién empezaría al día siguiente con un proyecto que no era de su rama de trabajo pero que el jefe le exigía que cumpliera era algo de una investigación legal acerca de unos accidentes y para eso debía instruir a los abogados acusadores acerca del funcionamiento, ensamble y demás de los motores de un coche específico, a Dulce no le agradaba la asignación pero igual debía acatar órdenes así que sólo esperaba que ese trabajo se diera rápido y que el abogado no sea un cabeza de corcho y que entendiera todo pronto para no pasarse la semana de profesora…ese día sería su último día de descanso se podría decir por lo cual decidió utilizarlo para llamar y hablar casi horas con Max, a quién lo noto un poco triste pero no le dijo nada especifico y con Teresa….. esa mujer siempre andaba loca pensaba Dulce, para luego ir a buscar a su amigo Poncho que hasta ahora no sabía de su regreso a la ciudad y por lo tanto quería darle una sorpresa…termino de bajar las últimas cajas y tratando de darse un descanso se tiró sobre el colchón que acomodado en el centro de la habitación sólo tenía al frente un televisor y una silla con toda la ropa doblada y nada más, Dulce vio el espectáculo de su habitación vacía y se convenció que debía comprar algunos muebles, pero ese día no lo haría, y al dar una vuelta casi violenta para pararse se golpeó la parte de atrás de la cabeza con la mesa de noche y maldijo a todos, los santos, diablos y todo lo que se pudiera maldecir y luego se echo a reír y recordó cuantas veces se había golpeado la frente arreglando los motores cuando estaba debajo de ellos, y no pudo evitar recordar cómo Anahi hacía que ella se golpeara casi a propósito, y como ella salía corriendo para atraparla y hacerla pagar su travesura para que al final terminaran las dos llenas de risa en el suelo y llegando al pacto de besos para la reconciliación por la pequeña travesura….vaya tiempos aquellos pensaba Dulce – pero son pasado y yo ya la olvide – se dijo en voz alta como para tratar de convencerse de que aquello era cierto cuando sabía muy bien, que tanto tiempo sin poder encontrar una pareja era porque Anahi nunca había salido de su corazón ni de su mente, pero para Dulce….Anahi ya no era nada.

 

Dulce: buenos días por favor me puede decir si la familia Herrera Perroni vive aquí? – lo dijo tratando de modular su voz a través del intercomunicador para que no sea reconocida –

 

Maite: si es la familia Herrera Perroni que desea?

 

Dulce: estoy buscando al Señor Alfonso Herrera

 

Maite: si es mi esposo, ha pasado algo?

 

Dulce: no sólo dígale que su mejor amiga Dulce está en la puerta esperando

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