Dulce: uhmmm amor….espera mi amor….uhmmm….espera….el móvil
Anahi: mi amor no contestes, no me dejes así mira que te necesito….mi amor
Dulce: - trataba de alejar a Anahi mientras con un brazo alcanzar el móvil que estaba en la mesa de noche – mi amor…puede ser del hospital….uhmmmm
Anahi: esta bien sólo porque tienes razón – se movió de encima de Dulce y se echó a su costado, acomodando su cabeza en el pecho de Dulce y con una mano acariciando su abdomen –
Dulce: Dulce Espinoza con quien hablo?....que!!....pero a que hora – Dulce se paró de golpe sin importar que Anahi estaba aún apoyada en su pecho – pero porque no me llamaron – Anahi miraba con mucha duda, porque no entendía nada – noooooo no me diga eso….noooooo – Anahi no entendía nada y las lágrimas de Dulce corrían por su rostro – voy ya voy..
Anahi: que pasó mi amor, porque lloras?
Dulce: mi papá….mi papá……
Anahi: - volteó a Dulce para que la mirara de frente y se percato que ella sólo tenía los ojos cerrados y seguí repitiendo papá – que pasó?!
Dulce: está muerto
Anahi: QUE!!!! – quiso abrazar a Dulce pero ella no la dejo y se paró casi como una rayo de la cama y se puso rápidamente su ropa mientras Anahi la miraba sin entender o sin querer entender lo que le acababa de decir, y vio como sin decirle nada salió del cuarto –
Anahi trato rápidamente de ponerse ropa, y salir al encuentro de Dulce que había salido como una loca sin decir una palabra del lugar pero cuando llego al salón ella ya se había ido, salió hasta la calle a ver si aún estaba allí pero no había rastro de Dulce, se acomodó las zapatillas que llevaba en la mano y paró un taxi, le dijo donde ir y partió hacia el hospital…el camino hacia el hospital fue difícil, doloroso, y muy desconcertante, no entendía porque Dulce se había marchado así, pero no la podía culpar ni nada, ella sufría por su padre que era su pilar y eso no lo entiende nadie por más que se intente, así que supuso que era una reacción normal de ella y de su dolor…el taxi llego más rápido de lo pensado, y Anahi entro de frente al lugar donde quedaba el cuarto de Felipe, pero se fijo que la cama estaba tendida y que no había nadie, y fue en ese momento que cayó en realidad que Felipe de verdad estaba muerto, que no fue un chiste, ni una broma, ni nada, Felipe de verdad ya no estaba más con ellas, y fue ahí cuando el dolor también la invadió y no pudo aguantar arrodillarse en el piso y llorar apoyada a la puerta de esa HABITACIÓN ahora vacia, cuando sintió el abrazo de alguien que por atrás suyo trato de ayudarla a levantarse.
Anahi: déjeme aquí por favor necesito llorar por favor….
Poncho: Anahi no te hace bien estar aquí, vamos a la sala de espera – Anahi reconoció la voz de su amigo y se abrazó a su pecho y continuó llorando mientras el la llevaba a la sala de espera –