Anahi: y que tal si fuera una mujer quien me hizo sentir todo eso
Alejandro: mie.rdaa…..yo sabía que esa amistad con esa anormal de Dulce te iba a traer problemas, seguro una de sus amigas raras te engatusó, maldita sea, se aprovecharon de ti de mi hija pura, de mi hija intachable, seguro que una de esas marimachas amigas de Dulce lo hiso no?
Anahi: papá….como puedes hablar así….eso no se pega, ni se engatusa….se es o no así….nunca pensé que fueras tan intolerante….yo que te admiraba por tu imparcialidad frente a temas de gobierno y ahora no eres más que una mente cerrada
Alejandro: mente cerrada me dices……ERES MI HIJA….Y AHORA ME DICES QUE ERES LESBIANA?...tu no eres asuntos de gobierno…..como quieres que sea imparcial eres mi hija y ahora me dices que te acostaste con una mujer…..como quieres que reaccione que te celebre, que haga una fiesta y te prenda velas, noooooooo…..MI HIJA UNA LESBIANA…..car.ajo la voy a matar a Dulce si no me dice quien te convirtió en esta anormalidad
Anahi: - Anahi no podía creer lo que escuchaba de la boca de su padre, la poca tolerancia que gritaba y pregonaba parecía que no era de el padre que ella tanto adoraba y que ahora aborrecía – con Dulce no te metas, y ella no tiene nada que ver en esto, es más te prohíbo que hables de ella
Alejandro: pero que estú.pido fui…..claro, que amiga ni que amiga…..es Dulce no?.....Dulce es tu amante…..Car.ajoooooooooo!!!.....y yo que le tenía lástima a esa chica, mientras ella se dedicaba a seducirte y pervertirte…..te juro que me las va a pagar – sea acercó a su hija con los puños apretados y tratando de controlar su ira –
Anahi: no jures nada Alejandro, que te juro que entonces no vuelves a saber de mí y sí es Dulce…a ella la amo…y nada de lo que digas o hagas podrá hacer que cambie mis sentimientos hacia ella….viví demasiado tiempo engañándome, mintiéndome para no causar decepciones en ustedes….en TI….pero de que me sirvió…soy feliz con ella y si te gusta o no…NO ME IMPORTA…porque por primera vez y última vez te lo diré que esta vez la que elige soy yo y es a Dulce a la que elijo para ser feliz – miró a su padre con una mirada casi asesina y sin dejar que él le contestara salió del estudio y con premura se fue hasta su habitación
Todos desde el salón vieron como Anahi subía con toda prisa hasta su habitación, y detrás de ella su padre con lagrimas en los ojos la observaba desde el pasillo como se alejaba en lo alto de los escalones, todos estaban desconcertados, nadie sabía nada y Alejandro tampoco quiso hablar, sólo atinó a tomar un vaso el cual lleno de whisky y se lo bebió de un sorbo mientras su mujer lo increpaba de que sucedía con su hija, pero el simplemente estaba como ausente, sin pronunciar palabra y con la mirada totalmente perdida en la nada.
Dulce sentía un dolor profundo, sentía otra vez dolor, ese dolor que había jurado no volver a sentir por amor, y ahora en menos de un día había pasado del la felicidad más grande al dolor más asfixiante, su mente volaba al igual que la aguja del velocímetro del tablero del coche, estaba a más de 100 y Daniela con cara de asustada aferrándose al asiento y con el cinturón bien sujeto a su cuerpo le gritaba a Dulce que bajara la velocidad, pero Dulce no escuchaba, su mente no estaba allí, ella sólo aceleraba y aceleraba, sin ni siquiera fijarse si las luces estaban rojas o verdes, si había un coche al frente o no, su mente sólo pensaba en Anahi, y como la hiso sufrir, hasta que Daniela, tomó uno de los brazos de Dulce y viró con fuerza el timón perdiendo el control del vehículo….el auto cual serpiente se movía en el pavimento, Dulce sujetó con más fuerza el timón que temblaba al compás de las llantas chirriando pero al final pudo controlar el vehículo sin salirse de la vía, pero Dulce no iba a parar, el coche aún mantenía la velocidad, mientras Daniela se aferraba con las dos manos puestas en el tablero del coche.