CAPITULO 8 - 2da Parte

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Poncho no llevo cuenta de cuánto tiempo había estado abrazando a Dulce ni en que momento ella dejó de llorar pero se había quedado totalmente dormida en su pecho, así que acomodándose un poco levantó a su amiga en brazos y la acostó en la cama, y mientras acariciaba su mejilla y el mechón de pelo que caía sobre su rostro, se preguntaba como alguien podía hacerle tanto daño, siendo ella una mujer con todas sus letras, simplemente Poncho no entendía como Anahi le pudo haber hecho eso, y en ese momento y en ese lugar juro al cielo a Felipe que no permitiría que a su amiga nadie la volvería a hacer sufrir…..mientras Poncho velaba el sueño y la tranquilidad de su amiga, por otro lado de la ciudad estaba Anahi muy complaciente con Lorenzo, y aunque no cedió a sus insinuaciones, el cariño y apego que él deseaba no desapareció y que no sólo que hasta incrementarían hasta casi doblegar su voluntad y el amor por Dulce….Anahi estimaba a Lorenzo pero ni siquiera llegaba a quererlo, ella amaba a Dulce, pero ella la había abandonado, sin ni siquiera darle chance de que hablaran ni nada, sólo desapareció sin pensar en ella y en su dolor, y ese dolor parecía disminuir cuando Lorenzo la trataba bien y la hacía sentir querida y quizás sea eso se preguntaba Anahi, quizás sea eso lo que la llevaba a dejar que ese hombre intentara poseerla de la manera que sólo lo había hecho por más de 3 años Dulce, y como iban las cosas lo seguiría haciendo.

 

Maite: Estas segura Dulce?

 

Dulce: si preciosa….ya no puedo seguir viviendo con ustedes, y ya pronto nacerá la bebé y necesitan el cuarto

 

Poncho: ya te he dicho Dulce que el cuarto no es problema, la bebe dormirá en nuestro cuarto al menos hasta que tenga 15 años….ouch mi amor….

 

Dulce: jajajaja

 

Maite: como que 15 años?

 

Poncho: mi amor yo quiero tener bien vigilada a mi hija tu sabes tanto pervertido en la internet no no tengo que cuidarla

 

Dulce: jajaja

 

Maite: el pervertido parecerás tu durmiendo con tu hija hasta los 15 años….perdón Dulce, igual aunque nuestra hija no va a dormir hasta los 15 con nosotros, por el bien de Poncho y de nuestra casi nula intimidad, igual te puedes quedar hasta cuando desees, ya nos podemos acomodar

 

Dulce: gracias May, pero también quiero tomar ese puesto de trabajo que me ofrecieron en Guadalajara, si todo va bien, quizás hasta me pueda quedar definitivamente allí

 

Poncho: que!! Eso si que no…y tu sobrina ni siquiera la vas a visitar?

 

Dulce: jajaja…uno: mi sobrina todavía no ha nacido, falta un mes todavía, dos: claro que voy a venir a verla y ustedes también ir a visitarme, en Guadalajara hay playa saben?, y tres: jamás me alejaría de ustedes que son la única familia que tengo, jamás – lo dijo mientras acariciaba la barriga inmensa de Maite y se abrazaba a los dos mejores amigos que pudo tener –

 

Poncho: mira Dulce que si no vienes a vernos, te juro que de las orejas te traigo y le digo a tu papá que te jale los pies mientras duermes

 

Dulce: jajajaja prometido amigo…

 

Maite: y cuando te vas?

 

Dulce: mañana

 

Poncho: vaya tan rápido….y tus cosas que quieres que haga con ellas? Te las llevarás?

Dulce: no no quiero llevármelas, llevan demasiado recuerdos que no quiero….quiero empezar de nuevo vale, lo único que llevare de mi vida de aquí será a Dylan que es el mejor recuerdo de mi padre que puedo tener

 

Poncho: tienes razón, entonces mujer? Celebramos tu partida mañana?

 

Dulce: claro que si….si Maite nos da permiso claro

 

Maite: a ti Dulce todo el permiso porque se que eres muy responsable pero a Poncho no sé, pero como es tu última noche en el DF pues vayan que yo me ocupo de cuidar mi barriga….

 

Dulce: eso sí que no…celebramos todos o ninguno, Maite tu también, porque no vamos al autoshow y vemos unas carreras y comemos algo ahí y pasamos un buen rato

 

Poncho: me parece genial

 

Maite: acepto y me encanta

 

Dulce: entonces a celebrar se ha dicho

 

A la mañana siguiente la despedida entre medios llantos, entre excusas de basurita en los ojos, y abrazos eternos y sentidos, Dulce se despidió de sus amigos, y prometió llamar y estar siempre en contacto y venir a conocer a la pequeña bebé cuando naciera, y así los dos esposos vieron partir a Dylan y perderse en el horizonte, a lo que ellos desearon que sea un nuevo comienzo de su amiga y esperaban con el corazón que su padre desde el cielo la cuidara y que la vida y el amor la dejara de maltratar en lo que el amor se trataba, mientras Dulce se alejaba de la ciudad que la vio nacer, crecer y enamorarse, y sufrir, pensaba que ahora todo sería diferente y que la nueva vida en Guadalajara sería de lo mejor…..Anahi en esos mismos instantes sentada en las sillas alrededor de la mesa del jardín pensaba justo en aquella mujer que ese día decía adiós al DF, Anahi no sabía porque sentía una gran presión en el pecho y más específicamente en el corazón, no sabía que le causaba esa angustia y pena, todo estaba bien, o al menos todo parecía bien, Lorenzo había pedido formalmente querer ser su novio y ella aunque lo había dudado demasiado….termino aceptando, al principio pensó que 2 meses era algo apresurado de aceptar a alguien en su vida como pareja después de lo de Dulce, pero quien le ponía límites ni fechas de caducidad a las cosas, cuando a veces estas se estropeaban antes de probarlas u otras no tenían ni siquiera ese límite, y al final Lorenzo parecía quererla sinceramente y ella bueno…ella lo estimaba quizás un poco más que unos meses atrás, pero en ese instante mientras leía uno de sus resúmenes de un gran caso que tendría que defender dentro de dos días en la corte no pudo evitar recordar a Dulce, el caso era de un corredor de carros que se accidento a causa de una confección de la pista de carreras y ahora demandaba, y mientras leía el caso Anahi recordaba la velocidad y los vértigos que le hacía sentir Dulce en su auto, y la primera vez que la vio correr en una pista, trató de no pensar mucho más en eso, pero a cada página que volteaba y leía la recordaba y le dolía, y suspiraba al cielo, y con mucha terquedad se volvía acomodar y acomodar las gafas que de chuecas y de mal puestas no tenían nada, pero era un tic que tenía ella cuando se sentía impotente, nerviosa y miedosa, pero todo esos sentimientos, no sabía porque los sentía ahora que ya su vida parecía estar regresando al cause que su familia y padres deseaban tanto.

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