CAPITULO 8 - 5ta Parte

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Lorenzo: Buenas noches con todos, yo sólo quería hacer un brindis aprovechando que toda la familia está reunida, y a los que aún no me conocen soy el novio más afortunado de la tierra que tiene a la novia más hermosa del mundo…Anahi, bueno en esta noche y tomándome más del tiempo que debo para un brindis quería decirle a mi hermosa novia – Lorenzo sacó una cajita negra del bolsillo de su jersey y con la mirada fija en Anahi le dijo –

Anahi Puente te casarías conmigo? – Mientras hacía esto terminaba su declaración con una rodilla en el piso y la mirada fija en Anahi y la mano extendida con el anillo en la mano –

Anahi: - todos miraban a Anahi y ella ya sabiendo que esto sucedería, simplemente le dio trámite a lo que correspondía seguir y haciendo que Lorenzo se parará le susurró en el oído – si acepto mi amor…y ahora ponme el anillo – y con esas palabras y la gran sonrisa de Lorenzo, le puso el anillo, todos gritaron se abrazaron y felicitaron a los prometidos, y como era de esperar la fiesta y celebración de cumpleaños se extendió hasta largas horas de la noche donde Lorenzo termino totalmente ebrio y bueno Anahi termino encontrándose con una vieja amiga-amante en la fiesta con la que no dudo en darse un reencuentro como debían en uno de los baños de la casa.

 

La familia Puente estaba más que emocionada y feliz del reciente compromiso de la hija mayor, y como ya había sucedido, los Puente no querían tomar riesgos de que Anahi huyera o se arrepintiera o encontrara a alguien que la hiciera terminar el compromiso por lo cual acordaron que la boda se haría dentro de 3 meses, tiempo suficiente que la madre pensó que serviría para organizar la boda y el vestido a pedido de la madre y de la misma Anahi se compraría hecho para ahorrar tiempo, y así en una noche y un día se planeo que todo se haría en 3 meses y Anahi dejó claro que ella era una mujer ocupada y que de todo se ocupara su madre y hermana y Lorenzo bueno pues Lorenzo tampoco haría nada más que presentarse el día de la boda a la iglesia, todo esta dicho y sentenciado como algunos dicen, Anahi estaba de cierta forma contenta por el compromiso y la próxima boda pero más que por el hecho de unirse a un hombre por toda su vida era el hecho de poder cumplir sus deseos de imponer una nueva imagen en el estudio y así consolidar su posición como Socia principal y también en su nueva imagen dentro del partido popular donde su padre era parte esencial y donde deseaba que su hija inicie su vida política.

 

Dulce: Hola?...Teresa?

 

Teresa: si Dulce, como estas?

 

Dulce: bien bien que pasa porque me llamas a esta hora y que no se te escucha nada

 

Teresa: es Paola, ya esta por dar a luz y la estoy llevando al hospital y necesito que te quedes con Max

 

Dulce: vale vale no hay problema, paso por tu casa entonces

 

Teresa: Gracias, yo te llamo cualquier cosa vale?

 

Dulce: vale y suerte con Moby Di.ck

 

Teresa: tarada…chao

 

Dulce llego rápido a la casa de Teresa, Max ya la esperaba con un plato gigante de cereal, porque sabía que Dulce adoraba el cereal de animalitos, los dos como niños comieron el cereal frente al televisor y vieron caricaturas hasta que Max se quedo dormido, Dulce lo llevo cargado hasta su cuarto algo difícil ya que era un niño grande y pesado pero Dulce con los años había adquirido músculos en su cuerpo menudo que le permitían levantar al niño, ya eran las 7 de la mañana y ella no pudo dormir nada, estaba esperando noticias de Teresa cuando el móvil suena, pero no era Teresa si no Sofía

 

Sofía: Hola mi amor, te fui a buscar temprano a tu casa y no estabas, donde andas, no me estarás engañando no? – ay ya empezó pensaba Dulce mientras escuchaba a su novia –

 

Dulce: no mi amor, estoy donde Teresa cuidando a Max, que ella esta en el Hospital con Paola que ya va a dar a luz

 

Sofía: wow, que lindo, entonces a que hora vas a ir a tu casa para vernos?

 

Dulce: no lo sé tengo que esperar que me diga Teresa algo no puedo dejar a Max solo

 

Sofía: yo no sé hasta cuando vas a cuidar a ese niño, es el hijo de tu ex no tuyo

 

Dulce: no empecemos con eso, para mi Max es como mi hijo así que no empieces que te cuelgo

 

Sofía: lo siento mi amor, entonces te puedo ir a ver a donde Teresa, es que te extraño

 

Dulce: bueno pero me llamas primero

 

Sofía: que acaso tienes a otra metida ahí, o es que te estas revolcando con la misma Teresa?

 

Dulce: por Dios mujer, deja la paranoia, lo decía por si es que salgo con Max, me llamas si? Chao…

 

Sofía demasiado niña para Dulce pero a la vez demasiado mujer, ya había llegado al límite de todas sus relaciones, ya hasta Dulce se había dado cuenta que las cosas se estaban poniendo difíciles con la chava y sus celos, y niñerías que no hacían más que hartarla, y llegaba el tiempo….el tiempo límite de sus relaciones, dos meses era lo máximo que lograba con alguna mujer después de Teresa, aunque ella misma sabía que con Teresa no llego ni al mes pero por Max se logró un gran año, lleno de muchas infidelidades y peleas, pero eso es otro tema, ahora Dulce estaba que se debatía entre dejar a su niñita-mujer o quedarse con ella y tratar de mejorar, aunque eso era algo que ella misma sabía que no resultaría, quizás debía poner distancia pensaba, no hacía poco que le habían ofrecido a Dulce irse a trabajar a una corporación automotriz como diseñadora y realizadora de nuevas tecnologías automotrices en el DF, era una gran oportunidad, pero ella no estaba segura de aceptar por no querer separarse de Max, pero ahora que Sofía se estaba poniendo más cargosa quizás irse sería lo mejor, aunque significara que vería a Max con menos frecuencia, aunque Guadalajara no esta tan lejos del Distrito Federal, eran solo 6 horas en auto pensaba Dulce, pero aun no había tomado la decisión y se sentía muy indecisa de hacerlo aunque eso significara un mejor trabajo y sueldo pero para Dulce era más importante su tranquilidad, la paz, y su hijo.

 

Sólo había pasado una semana desde que Lorenzo había pedido su mano y Anahi se sentía demasiado estresada con las constantes llamadas de su madre para preguntarle del pastel, de las invitaciones, de la decoración, tanto que otra vez se encontraba frente a esa casa en plena mañana sentada dentro de su coche mirando la casa vacía, cuando de pronto miró una figura familiar acercarse por la calle con una niña en sus brazos y que se posó frente a la casa, a Anahi ese hombre se le hacía muy familiar pero no lograba reconocerlo, ni mucho menos tener amigos con hijos no recordaba tener, y como la curiosidad a veces es tan imperiosa, hizo que Anahi bajara del coche y le preguntara a ese hombre quien era.

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