CAPITULO 1 - 3ra Parte

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Dulce no sabía en qué momento Anahi se había ido de su lado, normalmente era ella la que se marchaba y dejaba a su amante preguntándose si fue verdad todo lo vivido, Dulce nunca pedía teléfono ni dirección ni daba mucha información de su vida ni quería saber tampoco de la vida de sus amantes, ella era clara en lo que quería….satisfacer su deseo carnal y seguir adelante con su vida el día después….bastante vacía y despreocupada pero así manejaba su vida porque para ella era la forma más segura de jamás enamorarse y volver a sufrir el dolor del desamor cuando te rompen el corazón como lo sufrió ella cuando su primer y único amor jugó con sus sentimientos y la dejó muy mal; pero anoche, anoche, fue una noche diferente, aquella noche dejó muy intrigada a Dulce, la compañía de esa mujer la sintió diferente, se entregó de manera diferente a como lo hacían otras, y ella también se dejó al sentir sin proponérselo, simplemente se dejó llevar, y esto último causaba temor en Dulce….miró por la ventana del bus como tratando de buscar respuestas en las calles vacías pero era absurdo, la ciudad no te da respuestas de sensaciones…..ya estaba cerca al lugar donde debía bajar, jaló el cordón y se movió del lugar que la acompaño y cobijó en sus recuerdos y sus disyuntivas, y esperó a que el bus parara para bajar….bajó con calma y empezó a caminar y mientras lo hacía trataba de no pensar y de arrepentirse de quizás tal vez haber preguntado el número de móvil, o quizás?.....nahh se decía a si misma, era mejor no haberlo hecho se decía mientras caminaba hasta la puerta de su hogar.

 

Anahi estaba sentada en su cama, en aquella cama inmensa que ocupaba sólo una pequeña parte de la inmensidad y amplitud de su dormitorio que era del tamaño de un piso, sobó un poco su cabello y luego se dejó caer otra vez en la cama, estaba dispersa, tenía la mente demasiado nublada y confundida, no entendía que había pasado anoche ni como dejó que pasara, no entendía nada, pero no podía dejar de recordar cada detalle y sonreír, le había gustado cada detalle, cada sensación, cada sentir, todo había sido maravilloso y eso era lo que más le aterraba – me gusto, demonios me gustó – se dijo a si misma en voz alta y no lo podía creer pero era cierto, le gusto mucho más de lo que pudiera imaginar y pensar – pero que me pasa esto no es real – se seguía diciendo tratando de convencerse que todo lo vivido fue sólo eso una curiosidad cumplida, sin más significado, se toco con dos dedos los labios y no pudo evitar cerrar instintivamente los ojos y volver a recordar todos los gemidos y suspiros que esa boca liberó frente la rendición a los besos de aquella mujer, de esa mujer, que de femenina al verla no tenía nada, pero que tenía un magnetismo y atractivo casi desquiciante, y que a pesar que aquella noche llevaba los pantalones más rotos que pudo encontrar y esa camiseta toda caída que no dejaba ver su silueta en lo más mínimo su mirada fue la protagonista, esos ojos marrones tan hermosos y ese cabello sedoso castaño oscuro que la hacía verse tan angelical….nada de femenina con ropa pero desnuda era la mujer más femenina que haya visto en su vida, las siluetas de su cuerpo parecían dibujadas por pincel y sus pechos perfectos para ser cobijados entre las manos, su ***********///////********//////******.o tan húmedo…Anahi se paró de la cama hasta con susto de recordar tanto detalle del cuerpo de esa mujer con morbo y con un deseo latente que hizo latir su entrepierna y acalorar todo su cuerpo, se quedó frente a la cama hasta que el toque en la puerta la saco de sus pensamientos.

 

Anahi: adelante – se abrió la puerta y entró una mujer mayor con cara de bonachona –

 

Cristina: buenos días mi niña, ya es tarde vamos vístete que hay que desayunar con los padres.

 

Anahi: si Nana, yo ya bajo si? – lo dijo con una mirada de cariño a esa mujer –

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