Capítulo 18

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Desde aquel encuentro con esa maldita mujer, no he dejado de entrenar y de buscarla por todos los rincones de éste país.

-Hey! Vamos concéntrate!- Sebastian grita al otro lado del enorme patio. Estamos en casa de Alex entrenando. Ya han pasado tres semanas desde ese maldito día y esa... Esa...

No puedo con la furia, nunca me había tocando un rival tan fuerte, aún así no pienso dejar que esto se quede así. Te encontré y te haré pagar cada uno de los golpeas maldita hija de....

Cuatro tipos corrieron hacia mi con las obvias intenciones de pelear. Sebastian observa cada uno de los movimientos que se presentan. Lo único que me imagino en estos tipos es el rostro de aquella mujer.

Golpeo cada vez con más fuerza, rompo brazos, piernas, costillas... No puedo creer que estos hombres se dejen hacer todo esto por dinero; pero no es del todo una sorpresa, es decir, la mayoría de la gente hace cualquier cosa por dinero.

A pesar de que logro terminar con ellos, también he recibido muchos golpes, siento como diferentes partes de mi cuerpo sangran. Me han clavado tantos cuchillos que ya no siento dolor.

Creo que ese es objetivo del entrenamiento de Sebastian, hacer que ya no sienta dolor, miedo; simplemente que sea como todo mundo nos define a los soldados "personas desalmadas y Frías".

Así es, nunca quise llegar a éste punto mientras estuve de servicio, pero, ahora me convenso de que hay veces en las que es la única manera para que no terminen contigo.

-Dinos... Tú qué opinas!?- Volvió a gritar Sebastian al mirar hacia balcón donde se encontraba Alex cruzado de brazos en cuanto terminé con el último sujeto.

McCoy seguía callado, pero podía sentir su penetrante mirada a pesar de que le daba la luz del sol en el rostro. Bajo por las escaleras aún con los brazos cruzados.

-Ok... Veamos si puedes con algo más grande. Dijo al llegar a pocos centímetros de mi. -Ohh...!- No me digan, Sebastian sabe lo que Alex tiene en mente.

Dicho y hecho. Se alejó de mi al quedar a la misma distancia que Sebastian, que serán... Tres metros lejos de mi?. Si, tal vez.

Alex colocó sus manos en las orillas de su playera color azul marino para así, subirla lentamente hasta lograr quitársela por completo dejando lucir todo su tatuado y bien musculoso cuerpo.

La dejó caer a un costado y dedicarme una sonrisa malvada. -No estarás pensando pelear conmigo!- Grité con burla. -McCoy estaba en posición con la misma sonrisa y sin decir una sola palabra.

-Bien!- Grité al prepararme. No importa que mi cuerpo sangre, quiero ver de qué realmente está hecho un demonio. Sigo creyendo que es una estupidez decir este tipo de cosas sobre demonios.

-Hasta matarse!- Gritó Sebastian muy contento. Alex y yo corrimos directamente con la misma sonrisa malvada. En cuanto estábamos por chocar entre nosotros; Tomé uno de sus brazos torciendolo por completo mientras que con la otra me sostuve de su hombro para inclinaron y darle un rodillazo en el estómago.

No le afecto, pues en el momento que baje mi rodilla, con ambas manos me tomó por los costados de mis piernas haciendo que mi cuerpo cayera con fuerza en el suelo.

Rodee su cintura con mis piernas, las cuales apreté con mucha fuerza. Quería atrapar su cuello por la parte de atrás para someterlo, pero no era fácil de lograr.

Golpeaba mis costillas como si quisiera despedazarlas. Así que con ambas manos sostuve su rostro y logré darle un fuerte cabezaso, haciéndolo caer a un costado mio.

Rápidamente me subo encima de él y con ambos puños bien cerrados golpeo ese rostro para borrar su sonrisa malvada. Sentí como su pie me elevó haciendo caer hacia atrás.

Trabajando Para Belial [ TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora