Capítulo 6

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Es una madrugada completamente helada, de hecho, aún el cielo está oscuro; Christian sigue durmiendo pero yo tengo que entrenar antes de ir con el patético de Alex.

Fui abajo y salí al patio trasero, llevaba puestos un short de licra color negro, un top y tenis del mismo color. El aire frío golpeaba mi rostro, cerré los ojos para disfrutarlo, comencé a estirar para relajar mis músculos y comenzar mi entrenamiento.

Hice caridio, lagartijas, una serie de abdominales... Lo de siempre, necesito sacar un poco de estrés.

-En serio aún entrenas?- Dylan estaba en el ventanal recargado con un par de tazas de café en las manos. -Un poco- Respondí con la respiración alterada y sudor.

Estiró su mano para darme una de las tazas de café. -Gracias- Le dedique una pequeña sonrisa. Nos sentamos a la orilla del ventanal viendo hacia arriba donde el sol ya comenzaba a iluminar levemente el cielo.

Hablábamos de nuestros deberes de hoy, claro que, los míos eran fatales, pero fuimos interrumpidos por el timbre de mi celular.

-Hablando del Rey de Roma...- Dijo Dylan en tono de burla, se levanto y se fue para darme privacidad. Di un gran suspiro y tome la llamada. -Qué?- Dije seca.

-Pero que linda manera de responder Jhonson- Dijo él tranquilo. -Qué quieres, jefe?- Quería reír por lo dicho. -Necesito que vengas a mi casa, te enseñaré algo así que no tardes- Sin decir más colgó la llamada.

-Enseñarme algo?- Susurré confundida. Ah si, se me había olvidado su "confesión" de anoche. Reí un poco y entre a casa, deje la taza vacía en la barra de la cocina y subí corriendo a mi habitación a darme una ducha para alistarme y salir de casa.

La misma rutina de siempre y mismo tipo de vestimenta, es lo más cómodo que puedo ir por cualquier tipo de situación a la que me tenga que enfrentar.

Voy en la moto rumbo a casa de Alex y puedo jurar que ya comienzo a estresarme de sólo pensar que estará irritadome una y otra vez.

Al llegar, la puerta ya estaba abierta así que entre sin dudarlo.

-¡¿McCoy?!- Grité mirando a mi alrededor. Creo que no hay nadie, seguramente me ha hecho venir en vano.

-¡Jhonson!- Gritó Alex cuando tomó mi brazo con una mano y la otra la colocó en mi hombro soltando al mismo tiempo un gran rodillazo en mi estómago haciendo que me inclinará para después golpearme con mi arma en mi nuca y hacerme caer por completo al suelo.

-Pero que...- Ni siquiera pude terminar de hablar ya que me había sacado el aire éste idiota. -En verdad una chica tan despistada y débil me protegerá?- Rió un poco dándome la espalda.

-Vayamos al despacho- Dijo al volver a tomar su Whisky de una pequeña mesa de madera. Me levante furiosa y camine detrás de él. -Me puedes decir que demonios te sucede?- Dije entre dientes aún con las manos sobre mi estómago.

-Calma Ámbar, sólo estaba probando que tal eras...Por cierto, eres pésima- Con su rostro de burla le dio un sorbo a su bebida. Siempre tiene que estar bebiendo?. -Perfecto entonces me largo- Dije encogiéndome hombros.

-Hey espera- Me tomó de la mano y me giró nuevamente hacia él. -Dime qué es lo que quieres y no me hagas perder mi tiempo- Dije al zafarme de su agarre.

-Estamos esperando a Sebastian, en cuanto llegue sabrás el por qué estás aquí, pero mientras eso pasa podemos divertirnos un poco- Con rostro provocativo comenzó a acercarse a mi lentamente, yo me iba haciendo hacia atrás hasta que quede pegada a uno de los libreros.

Alex puso ambas manos por los costados a la altura de mi rostro acorralándome, nos miramos en silencio un par de segundos hasta que fui bajando lentamente rozando el mueble logrando quedar a la altura de su cintura; pero no me mal entiendan, no es lo que piensan ni lo que él espera que yo haga.

Trabajando Para Belial [ TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora