Capítulo 26

118 10 2
                                    

Salí al patio trasero, desafortunadamente la casa se estaba incendiando, no podía ser mucho por salvarla, era demasiado tarde. Pero no me preocupaba eso, absolutamente nada.

Sólo salí tranquila y un poco agotada, aún dolía mi pierna quemada, pero era algo soportable. Estaba completamente llena de ceniza, rasguño escurridos de sangre que comenzaba a secarse.

Caminé con tranquilidad hacia el bosque, parecía un zombie, no por el aspecto, sino porque parecía ser un cuerpo sin alma, sin vida pero de pie.

De alguna manera he inconscientemente, salia de mi una sonrisa coqueta y malvada. Por qué razón? No lo sé, sólo lo hacía. Me sentía poderosa, me sentía renovada con mucha sed de torturar a una y otra y otra persona.

Como dije ya una vez; he matado ya a mucha, mucha gente que, ya no siento nada en hacerlo, ya no me preocupa su miserable vida, si es o no es bueno... Para mi es absolutamente satisfactorio hacerlo y muy fácil.

Llegué al oculto y misterioso sótano donde ya una vez estuve con estos idiotas. -Ya pueden salir!- Grité al asomar sólo mi cabeza.

Me senté en un trozo de tronco viejo que estaba por ahí, necesitaba hacer un torniquete con algo para parar la sangre de mi pierna.

Mierda, se ve asquerosa.

-No tardaste mucho- Alex dijo al salir del absurdo sótano. -Cómo supiste que estábamos aquí?- Sebastian me miraba extraño.

-No lo sé- Me encoji de hombros indiferente. Él seguía mirándome cada vez más extraño como si no supiera quien soy.

-Dejame ver- Alex se acercó a mi en cuclillas, se quito el cinturón de su pantalón para ajustarlo a mi pierna. -Esos hombres, no venían con intensiones de matar a un millonario y robar un poco de dinero, sino que saben quién eres en realidad; por qué?- Frunci el seño al mirar a McCoy.

Trataba de evadir mi mirada. Sabía que no quería decirme nada. -Escuchen ambos! Mientras más cosas me ocultan, más cosas extrañas pasan y cada vez me involucran más. No creen que es justo que sepa lo que sucede?- Me levante furiosa.

-Wir müssen ihm die Wahrheit sagen- (tenemos que decirle la verdad). Sebastian dijo cambiando el tono de voz, como si fuera de otra maldita época.

-unmöglich, Sie sollten es nicht wissen, wir wissen nicht, wie es dauern wird- (imposible, no debe saberlo, no sabemos cómo lo tomará). Alex hizo exactamente lo mismo que ese imbécil.

Ambos me miraban sin ninguna expresión mientras seguían hablando. No entendí nada de lo que dijeron, pero era obvio que Sebastian sí quería hablar.

Tendré que hacerlo después, sin que esté presente McCoy ya que es quien impide que yo sepa lo que está sucediendo.

-Como sea; por cierto, tu casa, dala por perdida, se está incendiando en estos momentos. Lo siento- Claro que no lo sentía, quería reír ya que era una de sus más preciadas.

-Eso es lo de menos, lo importante es que estás viva, mal, pero viva- El intento de risa de mi parte se borro al escuchar eso. Bien, ahora me ha devuelto la maldad.

Lo odio.

Regresamos a la entrada principal de la casa que se seguía incendiando, ya nos esperaban camionetas color negro blindadas y polarizadas con los otros guardias de McCoy que por cierto....

EN DÓNDE CARAJOS ESTUVIERON MIENTRAS LOS TIPEJOS ENTRARON A QUERER MATARNOS??!!

Sebastian y Alex rieron en silencio, lo cual note de inmediato. Claro, han leído mi mente. Los odio par de imbéciles. Espero que hayan leído eso.

Trabajando Para Belial [ TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora