Rayos! He estado encerrada en la habitación de mi casa desde ayer que volví de estar con McCoy. Trato de analizar lo que hice una y mil veces, no me arrepiento, pero, no dejo de pensar en lo sucedido.
Ni siquiera fui al club hacer vigilancia como todos los días, apagué mi celular, no quiero hablar con nadie, excepto con Sebastian ya que me prometió decirme la verdad de todo lo que ha pasado desde que los conocí.
Mientras espero a que llegue Sebastian, estoy en la barra de la cocina con la portátil averiguando si hay noticias sobre el auto y el tipo quemados de ayer.
No hay nada en absoluto, será que nadie pasa por esa carretera? Es extraño. Mientras me concentro en la portátil pensando mil motivos sobre eso, cuando sentí la mirada pesada de alguien sobre mi.
Giré rápidamente y Sebastian estaba a muy pocos centímetros de mi rostro. -Qué haces?- Preguntó tranquilo con esa sonrisa coqueta acorralandome poniendo ambas manos sobre la barra a mis costados.
-Qué haces tú aquí?- Trate de relajar mi pequeño susto he impresión ya que no me había dado cuenta de su presencia. Diablos! No hace ningún ruido en absoluto.
-Veía las noticias- Dije indiferente haciendo a un lado su brazo para alejarme de él. -Ah- Me miraba raro. -Y entonces, me dirás la verdad?- Me siento ansiosa de lo que me puede decir.
-En estos momentos no, esperaremos a media noche en tu oficina- Por qué tiene que hacer esto tan largo. -Entonces qué haces aquí?- Pregunté desanimada.
-Sólo vine a molestar- Miraba la casa por completo. Es raro que él esté aquí después de evadirme días. -Podría pasar al sanitario?- Volvió su mirada a mi.
-Claro...- Dije un poco incómoda he indiferente. Mientras él se iba el timbre de la puerta sonó. Ahora quien será?.
Me acerque y sin pensar y preguntar abrí la puerta. Mi corazón se detuvo a punto salirse por mi boca al ver que era Dylan.
No dije nada, no podían salir las palabras, no tenía fuerza y valor, sentía con cosquilleo en todo mi cuerpo.
-Hola, te he estado buscando y llamando al celular- Dijo entrando a mi casa mientras me hacía hacía atrás lentamente. Su rostro seguía siendo extraño, como si fuera un lunático.
-Fuera de aquí- Me atreví a decir. Estaba por tartamudear. -Quiero hablar contigo solamente- Me dedico una sonrisa falsa.
-Yo no, largate de mi casa- Le señalé la puerta. -Christian se ha ido cierto?- Miró alrededor de la casa para confirmar que no había nadie.
-En serio Dylan, no te quiero volver a Ver!- Grité molesta pero se vino encima de mi para rodearme entre sus brazos.
-Por qué Amber? Estoy arrepentido- Es más que obvio que está fingiendo eso, lo conozco totalmente. -Que me sueltes!- Comencé a forcejear con él como loca.
-Es suficiente Amber! Entiende que no puedes ser de nadie más! Sólo mía!- Me tiró al suelo, quedando él encima de mi acorralandome entre sus piernas y sosteniendome por ambas manos.
-No soy tuya, ya dejame!- Miré hacia las escaleras con la esperanza de que apareciera Sebastian y me ayudara con Dylan, pero no había rastros de él.
-Si no eres mía, no eres de nadie más y tendré que hacerlo a la fuerza- Dijo a pocos centímetros de mi rostro. -Estás seguro?- La voz de Alex llamó la atención de ambos.
Tomó a Dylan por los hombros y lo alejó de mi con un jalón ligero que lo hizo casi volar al otro lado de la habitación de la sala.
Con un rostro tranquilo me levantó del suelo. -Estás bien?- Preguntó en un tono bajo. Asentí con la cabeza como respuesta.
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Trabajando Para Belial [ TERMINADA]
Acción"Su propio demonio" Cuentan que el diablo una vez se enamoró y no supo qué demonios hacer con ese vacío en el estómago. Cuentan que la miraba con ojos de ángel y que al tocar su piel se quemaba de pasión. Cuentan que Belial conoció su propio infiern...