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El cabello de Jimin perdió color, volviéndose de un tono gris. Además de su sonrisa, el brillo de sus ojos había desaparecido. Habían sido reemplazados por un labio partido y orbes azules. Se había vuelto más pálido de lo que debería ser normalmente, bajó mucho de peso, comía cuando podía. Se estaba desapareciendo lentamente.

Y por si fuera poco, sus hijas también. En específico Hani.

Tal vez había nacido sin ningún problema encima, pero se metía con muchas cosas. Por ejemplo, la causa de sus aberturas en la espalda. Y sí, fue Chanyeol. Tras haber peleado por él por su preocupación por la salud de Jimin y reprochándole con que el tal "Min Yoongi" hubiera sido mejor padre empezó a tirarle agua bendita, casi matándola, pero lo único que pudo conseguir fue crearle heridas profundas en su espalda. Que no sanarían tan fácilmente.

Todas detestaban a Chanyeol aunque no se notara, pero sabían todo por lo que había pasado Jimin y que debía haber alguien que las cuidara a todas. Por eso aún no lo mataban.

Seolhyun no se sorprendía de que no hubiera ningún príncipe que quisiera desposarla. Además de que todos se enteraron de la tragedia, era más porque ahora en ese palacio estaba mandando uno de los reyes con más mala reputación en Transilvania.

Era la mala vida para su rey Park Jimin, las princesas Min y las princesas Park.

Ellos no saldrían vivos de aquí. Sus habitantes tampoco. Era la ruina. Ya no había esperanza.

—¡Niñas!— llamó Chanyeol, todas asustadas fueron hacia él colocándose en fila. Sabían que era algo malo. Pues Jimin tenía una gran herida en su mejilla. —¿Quién fue la insolente, maldita rata de dos patas arrastrada inmunda de alcantarilla que se comió toda la puta reserva de sangre?— toda la sala se inundó de un silencio sepulcral. El hombre pasó por cada una de las niñas, todas respondían que no. Gahyeon notó la expresión asustadiza de su padre-madre... No sé como expresarlo... Disculpen me desvié.

Gahyeon notó la expresión asustadiza de su padre. Sospechaba algo acerca de él a lo que empezó a soplarle palabras.

Fuiste tú

No le digas.

¿Por qué comes tanto?

No lo se.

Al momento de interrogar a Gahyeon, Jimin negaba suplicante porque no lo delatara. La niña conocía las consecuencias que sufría su padre. No quería que terminara llorando mientras sangraba en algún rincón del palacio.

—¡Contesta!— dijo sobresaltando a su hija. La pequeña miró a todos lados buscando excusas para incubrir a su padre.

—Yo...— miró a la derecha.— Fue Jisoo.— dijo sonando seria para ser incubierta.

—¿¡Qué!? Yo no...

—¿Fuiste tú Jisoo?— miró a su hermana y también empezó a inculparla.

—Fue...— Si fuiste tú, dijo su hermana en susurro mientras hacía un movimiento rápido con sus ojos apuntando a Jimin quien temblaba desenfrenado imaginándose el dolor de las golpizas que le daría Chanyeol. Jisoo no tuvo más nada que hacer. Suspiró y mintió. —Sí, fui yo.

—Veo que no quieres a tus hermanas.— dijo mirando a cada una de ellas. Y luego a Jimin.

—Ni a tu madre.— suspiraron las niñas al ver que su esfuerzo no sirvió de nada. —Van a ir a recolectar cada gota de sangre humana hasta completar el frasco.— lanzó un frasco grande de vidrio haciéndolo sonar asustando a las niñas.

No tuvieron más opción que obedecer. Mientras avanzaban hacía adelante, miraban atrás como Chanyeol le dio una cachetada a Jimin.

—Gracias Gahyeon.— dijo Jiwoo mirándola seria. —Eres muy buena culpando a la gente. Para eso si sirves ¿no?— Jisoo se acercó corriendo hasta su hermana.

—Fue mamá.— dijo con lágrimas en sus ojitos cafés. Empezó a soltarlas en gritos agudos mientras cubría su rostro con sus manos. Jiwoo la abrazó y acarició sus cabellos lentamente.

Sana caminaba junto a Soojin, Hani y Mina. Empezó a ver a su alrededor, cada vez que veía los arboles secos, los caminos desiertos, las fuentes sin agua, sentía miles de cuchillas atravesar su corazón. Esa no era la Transilvania que reconocía. Y ese no era el palacio de su infancia.

¿Quién se comió tres kilos de molida, dos de cordero y cinco de res?— preguntó el peliblanco caminando de un lado a otro mirando a cada una de las niñas. Soojin vio a Jimin con los labios fruncidos, asustado. —Respondan, no tengo todo el día.— el rubio tragó saliva y respondió.

—¡Fuí yo!— dijo en alto, Yoongi se volteó a ver a su esposo. Notó un pequeño manchón de sangre a lo que lo limpió con su dedo y se lo llevó a la boca. Jimin aún estremecido por los actos de Yoongi esperó lo peor.

—Lo sabía.— su tono no reflejaba rencor, más bien algo de gracia. Yoongi conocía perfectamente a su hermoso esposo. Llamó a Jungkook y empezó a acariciar la cabeza de Jimin. —¿Aún tienes hambre?— negó. —No me mientas.

—¿Cómo es que me conoces tan bien?— fue depositado en su cabeza un beso del más pálido. Todas las niñas rieron ante el gesto de su padre. Jungkook llegó en ese momento y vio a las pequeñas reír. Jimin sonrió dejando ver el resto de sangre en sus labios.

—¡No jodas Jimin!— dijo también riendo junto a las vampiritas. —Ya voy a hacer mi labor.

—Yo te acompaño.— dijo la pequeña Soojin seguida de Sana. y Amber. Jungkook rió y asintió.

—Cuidalas Jeon.— dijo Yoongi apuntando a Jungkook.

—Sí, mi capitán.— hizo un saludo militar.

—No las perderemos.— Amber hizo lo mismo.

Lamentablemente esos tiempos habían terminado.

Cuando volvieron al palacio se encontraron al chico peligris acostado en el suelo dormido con unas cuantas cicatrices en su cuerpo. Al escuchar una puerta abrirse todas corrieron a su habitación y dejaron el frasco completo hasta la tapa junto al cuerpo lastimado de Jimin. Chanyeol salió a recoger la sangre.

—¿No irás al cuarto?— preguntó con su típico tono de reproche.

—Prefiero pudrirme aquí.— Apenas dijo eso recibió una patada que lo hizo chocar contra unas estatuillas de cristal. Empezó a toser mientras escupía sangre y su heridas se abrían mucho más. Chanyeol dejó de prestarle atención y lo dejó sufrir en aquel lugar.

De pronto una estatuilla cayó junto a él. La tomó y se llenó de la sangre que caía de su mano. Estaba fría, tenía la forma de un dragón. Era de Yoongi. Según Namjoon, era la representación de su alma y de su ser. Se levantó como pudo y empezó a buscar una en específico. Tomó un pegaso entre sus manos y este se pintó de rojo. La representación de su ser y la de su esposo no habían desaparecido.

Que bueno que Chanyeol no sabía su significado.

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*Se pega un letrero que dice "Soy una fracasada" en la frente mientras suena Bartier Cardi de fondo*

Creanme, escribir esto me duele más que a ustedes :'v

Ten un buen día, tarde, noche 💟 Si ven algún error es que estaba escribiendo esto en UN AUTO EN MOVIMIENTO 💜💟

💜💧Stephy💧💜


Se que debí haber subido esto ayer pero estuve todo el día fuera de mi casa y cuando llegué no me dio chance, ya ahorita subo otro :D

Are Tears | Yoonmin [Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora