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Abrió la carta con la cuchilla y empezó a leerla. Era de una reina que preguntaba por la princesa Min Seolhyun para ser desposada por su hijo. Todo bien hasta que vio ese lugar escrito.

Inglaterra.

¿Cómo sería que lo hubieran matado? Estaba muy bien de salud no pudo haber muerto de forma natural. En eso una de las niñas se puso a su lado.

—¿Algo nuevo?— preguntó Mina viendo a su hermana releer la carta de arriba hacia abajo. Le sorprendía que llamaran de ese lugar. Todos se habían enterado de esa muerte.

—Dile a Seolhyun que esto es para ella.— dijo Jiwoo entregándole la carta. Esta asintió y fue hasta donde estaba ella. De lejos vio un estante con estatuillas de cristal. Abandonó su puesto y vio los pedazos de cristal. Dos de ellos tenían manchones rojos, el dragón y el pegaso.

Observó como una mano pequeña tomó el dragón y lo sostuvo entre sus manos. Eran las  de su madre. Jimin miró a la niña esbozandole una bella sonrisa. Jiwoo rió al ver esa faceta de su madre. Nunca antes la había visto.

—Te ves lindo cuando sonríes.— A Jiwoo le fascinaba ver aquella expresión en su madre. Se había vuelto su favorita. Jimin sintió una calidez en su pecho, hace mucho no le decían cosas así.

—G-gracias.— rascó su nuca y llegó al punto de su sonrisa en el que sus ojitos se cerraban. Lo más adorable de ver.

Se escuchó un fuerte estruendo en la puerta. Ambos corrieron dispersados y entró un Chanyeol con la ira hasta la cabeza. Jiwoo y Jimin se escondieron para evitar consecuencias. En eso salió Seolhyun y vio el escondite de su hermana y padre.

—Para ti.— dijo la chica extendiéndole la carta a su padrastro. Chanyeol la miró confundido y se la arrebató para leerla.

—¿Y esto que tiene que ver conmigo?— preguntó el hombre consumido por la cólera que agarró de quien sabe donde. Seolhyun chasqueó la lengua antes de responder.

—Como ahora eres quien se encarga del trono, también debes hacerlo de la princesa Min Seolhyun, quien ya cumplió la edad suficiente para conseguir pretendientes y ser coronada. Si rechazas no tengo problema...— fue interrumpida bruscamente por un carraspeo super forzado con intensión de callarla.

—¿Y que debo hacer con esto.— Seolhyun aguantó la risa como nunca antes en su vida. Ni siquiera cuando Taehyung intentó alcanzar una taza y terminó cayéndose junto a toda la alacena.

—La rechazas o la aceptas, es tu decisión.— se miró las uñas y Chanyeol rodó los ojos. Fue hasta el escritorio donde estaba anteriormente Jiwoo quien estaba ahora en una habitación escondida junto a su madre.

—¿Si acepto puedo deshacerme de ti?— Seolhyun alzó la mirada con todo el orgullo del mundo y la clavó en Chanyeol haciendo una línea recta con sus labios.

—¿Crees que a papá Jimin le guste eso?

—¿Cómo es que tu padre te soportaba?— tomó la pluma y empezó a escribir. —Eres una total rata de alcantarilla, fastidiosa, molestosa y...— Esta vez fue la chica quien interrumpió.

—A él le gustaban las ratas.— miró la vitrina y empezó a acercarse a ella. —Se las comía y quedaba con hambre... Como Jimin.— Chanyeol alzó la cabeza de inmediato. —Puedes darle toda la sangre que tengas pero no quedará satisfecho.— el hombre pestañeo unas cuantas veces analizando algunas cosas. Seolhyun tomó la estatuilla del dragón cubierta de sangre.

—Con razón siempre las reservas no duran.— selló la carta y fue hasta el piso de arriba. —¡Park Jimin!— gritó aterrando incluso al murciélago que estaba al lado de Seolhyun.

Are Tears | Yoonmin [Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora