Are Tears | Yoonmin [Segunda Parte]

Epilogue

Seokjin cosía tranquilamente mientras las niñas jugaban, sin ningún problema de por medio, terminando de hacer los últimos arreglos al vestido color azul marino con detalles blancos, empezó a leer de nuevo el cuento para que las niñas estuvieran entretenidas mientras confeccionaba sus respectivos trajes.

Las distintas expresiones de las niñas eran algo graciosas, mientras que Mina sonreía con cada palabra que decía el cuento, Jiwoo estaba asustada por lo que pudiese pasar.

—¡Oh piadosa princesa! Sólo un beso de amor verdadero romperá el hechizo— relataba Seokjin dramatizando cada escena, volviendo con el listón rojo que adornaba un vestido color vino siguió leyendo. —La princesa tomó a la viscosa criatura entre sus manos, la levantó, la acercó hasta sus labios— Jiwoo negaba rápidamente y Mina sonreía mientras asentía. —¡Y le dió un tierno beso!— finalizó viendo las distintas expresiones de asco y ternura de las cinco princesas presentes. —El sapo se transformó en un apuesto príncipe, se casaron y vivieron felices para siempre. El fin.

—¡Sí!— dijo Mina cayéndose hacia atrás y empezando a mover sus piernas. —Léelo otra vez— dijo, siendo seguida por Jisoo.

—Perdón, perdón— respondió Seokjin terminando el último vestido que era el más pequeño de todos. —Sus padres vendrán pronto y deben probarse los vestidos— las niñas se pusieron tristes al escuchar aquello, cada una tomó su respectivo vestido yéndose al probador. Pocos minutos después se escucharon unos balbuceos, Seokjin vio una cabecita castaña oscura, la bebé resopló y empezó a correr hacia su amado tío alzando sus bracitos para que la cargara.

Las niñas al escuchar los balbuceos de su hermana salieron rápido a ver, algunas aún con el vestido a medias, la más pequeña asustada por los miles de gritos se refugió en el cuello de su tío. Al escuchar unos sollozos se callaron y vieron los ojos rojo brillante como rubíes de Seokjin. Se devolvieron a los probadores y se encargó de tranquilizar a Jihyo.

Jimin accedió a la sala junto a Namjoon viendo una escena que le derritió el corazón, veía al pelinegro haciéndole cariños en el cabello a su pequeña hija mientras ella secaba sus lágrimas y se acurrucaba en el hombro de su tío. Jisoo se asomó para ver a su madre, fue saliendo y les hizo una seña a las otras para que salieran. Silenciosas cada una con un encantador vestido fueron dándose a mostrar.

—Hiciste un gran trabajo— felicitó Jimin inspeccionando de pies a cabeza a cada niña, dio la vuelta asintiendo al ver que cumplía más que sus expectativas. Al no escucharse ningún otro llanto, Jin bajó a la niña y está se dirigió hasta Hani y la abrazó a la altura de su cadera.

Mientras las niñas conversaban con Jimin acerca de los vestidos, Seokjin vio a Namjoon quien tenía una expresión algo decaída, se acercó para averiguar que pasaba con él. Al tocar su hombro Namjoon volteó a ver que se trataba de su esposo, Jin masajeó el hombro de Namjoon antes de poder hablar con él.

—Te veo algo decaído ¿Sucede algo?— preguntó rodeando sus brazos en su cuello para verlo directamente a los ojos, al volverse rosas, Jin se acercó más.

—Recordé cuando cargabas a Jeonghan y lo mimabas— Los ojos de Jin perdieron ese color y se volvieron azules. —Era tan hermoso ver ese tipo de escenas.

La voz de Seokjin se hizo menos comprensible. —Te puedo concebir otro hijo si quieres— Jin bajó la mirada y sintió la cálida mano de Namjoon acariciando su mejilla, la cual se volvió rosa después.

—Sería encantador— respondió al poco tiempo. —Pero no quiero hacerte pasar trabajo— Jin lo miró fijo. —Sé lo que debe conllevar todo eso y eso sería mucho para ti en estos momentos, así que no te preocupes— besó su frente. —Con solo tenerte aquí ya es suficiente— Jin sin pensarlo dos veces unió sus labios con los de su esposo en un beso. Estuvieron en su burbuja hasta que escucharon los sonidos de asco de las niñas, se separaron a lo que Seokjin ocultó su rostro en el cuello de su esposo apenado por la escena que había hecho, y Jimin a pesar de haber hecho lo mismo conmigo unas cuantas veces también se estuvo riendo junto a las niñas.