¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
c a p i t u l o : d i e z
“v u e l t a s d e l a v i d a”
LUNA.
Dos semanas después.
Mi día en la facultad terminaba, cosa que agradecía, quería llegar a casa y acostarme pero sabía que siendo jueves eso no pasaría no cuando mi amiga, Valeria anda muy liberal sin novio que la aceche para no salir.
Últimamente pasábamos más tiempos juntas y sabía que era porque estaba alejándose de su novio, lo que era bueno y malo.
Bueno porque ella pasaba más tiempo conmigo y malo porque ellos se veían tan lindos juntos. Aunque sabía que no terminaron, pero sabía por ella que estaban tomándose un tiempo.
—Hoy te salvas porque voy a comer con Augusto. —soltó, bueno, ahí va mi alegria.
Me gire a mirarla con los ojos entre cerrado, porque ella justo una hora antes me decía que estaba bien así y que no lo necesitaba.
—Es para hablar de lo que vamos a hacer con nosotros. —explica mi amiga, aunque no le creo, seguro mañana vuelve diciéndome que lo del tiempo quedo olvidado y que están juntos de nuevo.
—Clarooo...
A lo lejos pude ver como el cheto mayor se acercaba canchero, admitía me encantaba como se vestía, no por nada era cheto ¿no?
—Hola chicas. —saluda, Valeria le devuelve el saludo y él me mira—. ¿Vas a tu casa, si queres puedo llevarte?
Sonreí, sí.
Bueno.
—Sí. —respondí, él asintió con su sonrisa ganadora que poco a poco no me parecía tan estúpida y arrogante.
—Saco el auto del estacionamiento y te espero en la entrada ¿te parece?
—Dale, ahí te veo. —dije.
—Dale, nos vemos Valeria.
—Chau tincho. —lo saludo mi amiga y se giro a mirarme—. ¿Me podes explicar en que momento el cheto mayor, tincho de los tinchos insoportable según vos, dejó de ser un poco persona para que dejes que te lleve a tu casa?
Viré mis ojos.
Sí, sabía todo lo que dije.
Pero cambió.
Sí, el tincho cheto era un tincho cheto y no iba a dejar de serlo, pero era lindo, y me había ganado, no era gede pero con lo poco me hablo logro que yo pudiera responder sus mensajes sin cortarme.
Era lindo, simple.
Para pasar el rato, tampoco era que me iba a poner de novia.
—Se lo que dije pero es lindo. Me gusta, me puede un poco su onda de pendejo malo ganador.... Creo. —me quede pensando.