¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
c a p i t u l o :
d i e c i n u e v e.
“ c o m i e n z o ”
LUNA.
Francisco sigue mirándome en espera de una respuesta, pero su sonrisa se va desvaneciendo al ver que yo no hablo ni reacciono, bajo mi cabeza sintiendo que gane por dentro.
—¿Lu? —murmura él, rápidamente levanto mi cabeza y lo miro con una sonrisa.
Creo que me había emocionado un poco, mucho.
—Si, si quiero Apaolaza. —suelto y la sonrisa vuelve aparecer en su cara.
El suelta una mini carcajada para acercarse agarrar mi mejilla y besarme. Un beso lento y tierno, mientras que lo beso pienso en que de alguna o otra forma siempre quise esto, desde la primera vez que me di cuenta que me gustaba.
Y porque él era una persona muy querible, resumiendo un amor.
—Bueno. —murmura Fran separándose y se limpia los labios, me doy cuenta que lo manche así que me acerco a limpiarlo mientras el me sigue mirando con una sonrisa abierta—. ¿Dónde querés ir?
Cuando terminó de limpiarlo me alejo acomodandome mejor en el asiento y miro nuevamente el ramo, era casi igual al que me había dado la primera vez.
—Donde quieras, no tengo problemas. —respondí.
Menos mal que Francisco no sigue con ese juego “no, decime vos” y demás porque me iba a morir del embole, en cambio solo asiente y enciende el auto.
Los primeros minutos son raros, en silencio. Yo pienso en los últimos minutos y no creo bien que ya estoy de nuevo de novia... Más con él. Y por unos momentos creo que no lo merezco, creía que el era un poco mucho para mí.
Pero recuerdo lo que me hizo dar vueltas con “ser amigos” y ese pensamiento se me va.
Capaz los dos nos merecíamos....
Aunque después iba a quedar claro quién no merecía al otro.
—¿Ya te arrepentiste de decirme que si? —rompe él silencio.
Me río y me giró a mirarlo, se veía tan lindo de ese perfil con esa media sonrisa, que creo que me engancho desde la primera vez que lo ví.
—No. —respondí con humor—. Todavía.
El que ríe un poco más es Francisco.
—Espero que rompas conmigo después de la cena por lo menos. —sigue el juego para mirarme rápidamente y después llevar su mirada a la calle.
—Voy a hacer un esfuerzo.
Al terminar la frase mi celular empieza a vibrar, porque no para sé que es una llamada y lo saco viendo la llamada de mi amiga, me extraña porque Valeria casi nunca me llamaba, exepto que esté en apuros o algo, así que lo atiendo después del silencio en el auto.
—¿Valeria?
—Hola rubia, ¿Salimos? —es directa y creo que intenta ponerle ganas porque la escucho como forzada—. Me dejé con Augusto y quiero salir porque sino me voy a quedar a llorar toda la noche.
Rápidamente me sorprendo y a la vez me siento mal por tener que decirle no.
—¿En serio? —pregunto para asegurarme—. ¿Qué pasó? ¿Estás bien vos?
—Si, recién peleamos, nos dejamos y eso. —dice como si fuera normal—. Y estoy bien, creo, solo necesito salir y tomar y volver a casa en peda o más.
Sonrío y lo pienso.
—¿Vos estás ocupada o se me hace?
Aclaro mi garganta.
—Algo. —respondo incómoda.
—¿Estás con el tincho, no? —su voz suena más pícara y se que ella está bien después de todo.
—Si y no es eso. —viro mis ojos.
—Claro amiga, los que no son nunca lo admiten y vos tampoco vas a hacerlo si estás enamorada de él. —termina por decir y me río—. Bueno ya sé que no podés, cualquier cosa si termino en un hospital te llamo a vos, sabes que mi mamá no me va a dar bola....
—Valeria. —la regaño y escucho su risa.
—Era joda Lunita, te dejó, pásala bien con el tincho, ojalá de la cara y te pida ser su novia de una vez.
—Ya lo hizo. —contesto con una sonrisa.
—¡¿En serio!? —chilla más feliz que yo, se escucha y se nota—. Ay dios, los amo ahora, bueno con más razón te dejo, me voy, cuidense por favor bebés tempranos ya no, aunque van a salir lindos, pero solo por vos...
Ante eso último viro los ojos pero terminó sonriendo cuando me dice que me quiere.
—Yo a vos, no hagas locuras. —le aconsejo y escucho un “si” por ella—. Chau, Val.
Corto y bloqueó mi celular, aunque me quedo pensando en que ella muy pocas veces salía sin mi con el grupo de la facultad por lo que me daba algo de miedo que haga algo mal, pero confío en ella y olvido eso por un momento.
Y hago un comentario para volver a hablar con Fran.
—Pense, sinceramente, que nunca lo ibas a hacer. —comento mirándolo.
—¿Te soy sincero? —comenta y sigue—. Lo quería hacer como hace dos semanas, pero primero quería saber si seguíamos igual y también para no apresurarme, porque lo obvio ya lo sabía, me gustabas y no hace dos semanas...
Por más que me lo dijo muchas veces me hace poner roja y más porque me comentaba de sus pensamientos.
No sé a qué responder, por lo que solo sonrío a medias. Me sorprende cuando Apaolaza pone su mano encima de la mía y me mira para regalarme una sonrisa sin mostrar los dientes pero que es igual de hermosa.
La cena es bastante normal, él esta como siempre y casi no encuentro diferencia entre cuando éramos amigos cenando a esto, pero quiero creer que nuestra relación capaz sea así, más de amigos porque nos habíamos conocido así y no me gusta, es más me encanta. Y aunque Apaolaza quiera preguntarme miles de veces sobre Joaquín con la intensión que necesita saber si eramos algo, termina aclarando que era solo un chiste.
Al llegar afuera de mi casa lo miro apagar el auto y quiero que se quede.
—Te invitaros a que duermas conmigo, peroooo... —hago una pausa y el me presta atención—. Solo tengo una cama de plaza y media, no creo que entremos bien.
Al hacer una mueca río y Francisco también acercándose y agarrando mi cara para besarme la mejilla.
Me muero de amor y no creo que el realmente sea tan lindo, o si.
—Luna, si es por dormir con vos dormiría hasta en el piso, aunque al día siguiente me levanté totalmente duro para ir a entrenar. —dice y me sonrío como una pelotuda sin contenerme.
Aprovecho yo para agarrar una de sus mejillas mirándolo bien.
—Entonces quédate. —pido.
El me sonríe y me besa por última vez para después bajarnos del auto.