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c a p i t u l o :
v e i n t e.
“ f a c e t a n u e v a ”
LUNA.
La primera cosa que veo cuando me despierto es el brazo de Francisco apoyada en mi pierna izquierda. Es donde no me acuerdo en que momento de la noche me dormí.
Podía sentir su respiración como chocaba apenas en mi cuello, ya que su cara estaba en mi nuca un poco más. Muevo mi manos apenas para tocar la suya, y notó que estaba algo fria y supongo que es porque había prendido el aire, razón por la cual el no quiso sacarse la remera o por vergüenza... Aunque parezca raro, porque ya somos novios y esta era la primera vez que dormíamos juntos como tal, no había pasado nada, aunque yo quería no paso más que unos besos. Igualmente me había dado cuenta que Apaolaza estaba cansado y que seguramente también le daba cosa hacer algo después de que le comente que mi mamá dormía en la habitación de alado.
Y me quedaría pensando en más si no fuera porque mi celular empezaba a vibrar debajo de mi almohada, quiero no moverme porque no quería despertar a Francisco, pero creo que el me facilita la cosa, porque lo siento moverse o despertarse, aunque solo se gira a espaldas mías, larga una respiración profunda y sigue durmiendo.
Sonrío cuando veo que sigue durmiendo como si nada, es donde agarro mi celular porque seguía sonando y aparecía el nombre de mi amiga, me parece extraño que me llame a estas horas.
Me da cosa atenderlo con Francisco durmiendo a lado así que atiendo y me levanto para salir de la habitación.
—¿Valeria? —atiendo confundida, mientras que abría la puerta para salir.
—¡Luna! —grita sorprendiendome, cierro la puerta detrás mí y me dirigo al baño para poder lavarme la cara después—. ¡No sabes lo que me pasó!
Fruncí mi ceño y me doy cuenta que mamá ya no estaba porque había mucho silencio así que miro rápidamente la hora en mi celular, 8:45.
—¿Valeria estás en peda? —pregunto, bajo la tapa del inodoro y me siento para bostezar una vez más—. ¿Qué haces llamándome tan temprano?
—Casi me muero. —me cuenta con gracia y no entiendo—. Me fui del boliche con un chico, que al parecer tenía todos los problemitas.
Me siento más confundida todavía y es dónde me acuerdo de su llamada ayer a la noche para salir y de su ruptura con el ex.
—Me di cuenta que no quería eso y me quise ir y el pibe ¡No me dejaba salir! —rapidamente levanta su voz y cualquier rastro o tono de estar jugando sale de ella.
—Para, Val... —cierro mis ojos comprendiendo—. ¿Estás bien vos? ¿Dónde estás? ¿Te paso algo?
—Si, Lunita, ya estoy bien, me salvé. —explica y respiro aliviada—. Mejor dicho me salvaron...