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c a p i t u l o :

v e i n t i t r e s.

“ a l e j a m i e n t o  ”

Después de la charla con su hermana y darse cuenta que tal vez estaba poniendo mucho drama al alejamiento decidió después del entrenamiento por la tarde pasar por ella de sorpresa a su facultad.

La espero afuera de su auto como la última vez y se sorprendió que lo primero que vio en ella fue una sonrisa en su cara, de lejos podía ver cómo se reía mientras que caminaba con su amiga, la cual ya la había visto y con el chico que no era de su agrado.

Y menos mucho menos después de darse cuenta que el le decía algo en donde ella se ría más pero esa sonrisa fue desapareciendo cuando ella se percató que Francisco estaba en frente esperándolo. Se sorprendió pero sonrío a medias, se despidió de Valeria y de Joaquín para cruzar la calle corriendo por el auto que se venía.

—¿Por qué no me avisaste que venías? —pregunto la rubia ya cerca.

Francisco se encogió de hombros y puso sus manos en la cintura de ella cuando se acercó para darle un beso corto en los labios.

—Queria que fuera sorpresa. —sonrío Francisco mirándola a los ojos, la había extrañado y rápidamente notó sus ojeras, como también que estaba un poco palida—. ¿Andas comiendo?

Luna se alejó para virar los ojos y observarlo de pies a cabeza como casi siempre lo hacía y recién se dió cuenta que su novio se había cortado el pelo.

—Te queda lindo. —murmuro la chica mirándolo, sonrío y se acerco para demostrarle más cariño poniendo sus manos en la mejilla del chico y darle un beso más largo.

Al alejarse Francisco sonrío y olvido todo lo que había inventado en su cabeza, al menos por esos minutos, Luna estaba igual de siempre.

—Te extrañé. —dijo mirándola para después ponerse el cinturón de seguridad.

Luna sonrío y levanto su cabeza para mirarlo después de imitar la acción de el.

—Yo también. —contesto con una sonrisa apretada.

Francisco solo asintió para sacar el auto del cordón de la vereda y comentarle que podían ir a merendar algo o qué ella eligiera algún lugar, pero la respuesta de ella la freno en seco.

—Fran, no quiero ser mala. —dijo bajo, entonces el se giró a verla—. Prefiero ir a casa, además de que tengo muchas cosas por hacer y leer...

Aunque no estaba conforme Francisco solo asintió y contesto bajo después de aclararse la garganta.

—Bueno. —musito y así como si nada su ánimo nuevamente cambio.

Había notado la forma en que lo había dicho su novia y pensaba que tal vez haber ido por ella no sirvió mucho, porque tampoco hablaron mucho en el camino. Luna iba concentrada en las calles y contestando algunos mensajes y Francisco solo iba pensando si intentar hablar un poco más o quedarse callado.

Flores | Francisco Apaolaza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora