Capitulo 19

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ASTRID

Los juegos que me hace Justin son provocadores y eróticos, me ha hecho salir luego de comer la pizza.
Una chica nueva -creo- me dijo que me buscaban, solo me dijo que eran dos chicos pero no sabía quienes eran. Tal vez Richard o Zabdiel, de seguro luego me dirán que querían.

Me ha tocado responder las llamadas para servicio a la habitación, jugaba con mi celular nuevo esperando que pasen las horas lo más rápido posible, Justin se pasa de rato en rato viendo si necesito algo.
Mi mente todavia maquinea al cien porciento, por que Nina ha sido despedida?  Entiendo que fue por que se metio con Joel. Pero en verdad lo hizo? No lo sé. Tengo algo de miedo que se enteren de mi aventura con Joel. 
Tal vez no solo se ha metido con Joel, yo creo que hizo algo peor. Meterse con alguien no es un delito, en absoluto no es un delito.

"Te buscan" la mano de Justin se posa en mi brazo y doy un pequeño brinco.  Me buscan? 

"Quien es? " interrogo, no espero a nadie. Marcela ya debe estar en el depa y Gary sabe que no quiero verlo.

"Pimentel" mi ceño se frunce como si fuera algo automático.

Salgo sin responder.  Que quiere? Maldición ese hombre se está volviendo un metiche. Tiene chica, deberia estar con ella y no venir aquí.

Apenas paso el pasillo veo a ese hombre que me trae algo alocada por su actitud. El hombre que debería ser racional y más calculador se está volviendo un fiel seguidor mío. Mis labios se curvan un poco ante el pensamiento, un fiel seguidor.

"Por que sonríes?" me doy cuenta de mi arrebato y pongo expresión seria. Está bien vestido, su corbata algo floja y su cabello desordenado le hacen dar un aspecto más juvenil y más excitante.

"Por que estás aquí?" me mira algo incomodo. Por primera vez veo una expresión en su rostro, algo de incomodidad, al menos no es un robot inescrupuloso como yo creí.

"Amm... Una habitación" mi ceja derecha se levanta y él vuelve a ser el mismo hombre inexpresivo.

"Dila a la muchacha que está en recepción, hoy no estoy a cargo. Ahora deja de molestar y ve a esperar alguna de tus mujeres de mala muerte" no sé por que pero parezco una mujer que está celosa. La chispa de diversión que brilla en sus ojos cafés me confirma que he sonado como una mujer celosa. Que mierda...

"Tranquila bebé" esa simple palabra hace que mi garganta se empiece a secar y mi vulva vibrar. Bebé, maldito sea este hombre que irradia perfección y caballerosidad, cuando en verdad es un cabrón, un sensual y perfecto cabrón.

"No me diga así " parece que se da cuenta del apodo que ha salido de sus labios, la expresión seria se vuelve fría y la mandíbula se le apreta.

"Lo siento, no debería estar aquí" y sin más, sale con paso calmado pero con sus musculos tensos.

Me quedo como una estúpida esperando que vuelva, que pase por esas puertas de nuevo y me lleve a una habitacion con él. Pero no vuelve, no sé cuánto tiempo me quedo ahí parada esperando que vuelva. Ni siquiera se por que espero, no va ha volver. No debería esperar pero lo hago y, eso me irrita. Nunca he esperado que vuelvan, por que lo espero a él? Tal vez solo quiero una cojida rápida y ruda, sí, solo es deseo carnal. Suelto una carcajada amarga en media recepción y veo como varias personas me miran extrañadas, me estoy volviendo algo loca.

El trabajo vuela lejos de mi mente y no hago más que ser un robot en las horas que me faltan para acabar la jornada.

El departamento está en silencio cuando entro, todo oscuro y por las ventanas se filtran las luces de la ciudad. Me acerco al gran ventanal que da a la calle, las luces de varios colores me hacen pensar en cuantos pecados se están haciendo en éste mismo instante. De seguro muchos, muchísimos pecados están siendo anotados en la lista negra, pero nadie los cobrará.
Corro a mi habitacion y me grito mentalmente por lo que haré, lo más estupido de mi vida se llevará a cabo.

El jean negro y el top blanco con la chaqueta de cuero me quedan de lujo. Salgo disparada a mi auto y arranco haciendo chillar las llantas. Mis nervios crecen con cada kilometro que avanzo, las luces de colores van disminuyendo y la zona se empieza a volver más vacía.

No debería ir, pero el deseo de tenerlo, a él exactamente, crece con intensidad mientras más me acerco al antiguo edificio.

Treinta, treinta condenados minutos razono si lo que estoy haciendo está bien, todo me lleva a que ésto es una mala idea. Salgo de mi auto y lo dejo con alarma encendida.

El antiguo edifício me recibe con un olor agradable y un ambiente calientito. El recepcionista varón me mira y me da el asentimiento para subir, al final, hasta él y la otra perra arrastrada me conocen.

El lujoso living me recibe calmado, es de madrugada y de seguro ha de estar durmiendo. Con paso cansino pero con mis nervios a flor de piel me dirijo a su habitación. Habro la puerta con calma y el frío ambiente me recibe, él está dormido pero su ceño fruncido me hace preguntarme que se estará soñando. Me siento a su lado y mis dedos como si supieran que hacer, viajan a su cabello, masajeo un poco el cabello y lo cepillo con mis delicados dedos. El ceño fruncido desaparece y ahora parece tranquilo. Sus ojos se habren derrepente y me mira como si fuera una persona importante para él, el cariño y la confusión se posa en el brillo de sus ojos. No deberia estar aquí. Quiero levantarme de la cama pero su mano se envuelve en mi muñeca con tranquilidad, como si esperara que mi mano fuera arrebatada de la suya. No puedo, simplemente no puedo levantar o empujar lejos su mano de mi muñeca.
Jala de mí y hace que me siente a horcajadas sobre sus caderas, yo no pongo resistencia. Sus frias manos se posan en mi desnuda cintura, ahora me arrepiento de haberme puesto algo tan provocativo.
Las manos morenas y callosas viajan de mi cintura a mis piernas, luego sube otra vez y llega a mi cara, me toca con tanta calma que hace mis nervios aumenten. Nadie me ha tocado con tanta curiosidad y con tanta timidez -como si fuera un sueño del cual no quiere despertar- los hombres que me han tocado fueron bruscos, algunos juegos fueron lastimeros, pero aún así, ésto está siendo muy extraño para mí.

Ninguno tiene el valor de hablar, pero se acerca a mí con mucha calma, empieza a besar mi hombro que está descubierto, no sé en que momento mi chaqueta y mi polera desaparecieron, lo único que tapa la parte de arriba de mi fisionomía es el sostén de encaje negro. Los besos llegan a la comisura de mis labios y por segunda vez, puedo sentir esos labios que saben a gloria, el aliento a menta me recibe haciéndome suspirar, el beso lento y cargado de algo que no puedo decifrar no sube de tono. Sus manos exploran todo mi cuerpo otra vez hasta que llega al botón de mi jean. En cuestión de segundos todo a mi alrededor desaparece, solo somos él y yo. La penetración tiene un vaivén lento, mis gemidos salen sin ser reprimidos, sus caderas impactan contra las mías con calma total. Toma su tiempo, los gruñidos que salen de su boca roja por la mordida que le he dado me llama. Lo beso, mucho, lo beso hasta que por mi columna vertebral pasa una corriente eléctrica potente y empiezo a gemir su nombre mientras tiemblo por el orgasmo. Él embiste un corto tiempo más, su gruñido potente, el sentir como se vacía en mí me dicen que su orgasmo ha sido tan bueno como el mío. Cae deshuesado sobre mí y besa mi boca de nuevo. Nos besamos hasta que mi labio inferior revienta y sale un poco de sangre, el sabor metálico no me importa.
No dejo de besarlo hasta que me canso, él se acurruca en mi pecho y yo vuelvo a masajear el cuero cabelludo del moreno.

El sentimiento de haber hecho algo malo se instala en mi pecho, no debería haber dejado que me bese. No deberia haber dejado que me haga el amor.  Amor, jodida mierda, el hombre que no me agrada me ha hecho el amor, el único hombre que me ha hecho el amor.

Espero hasta que se duerme por completo, me safo de su agarre y voy por mis pertenencias. Recojo lo más rápido que puedo todo y salgo disparada, no debería haber venido, ha sido una jodida idea que no debió pasar por mi cabeza.

Salgo corriendo del edificio y voy a ocultarme a mi departamento, el camino se me hace interminable. Mis pensamientos solo viajan al hombre moreno y arrogante. Un hombre al cual critico de ser un patán me ha hecho el amor. El vértigo que me da pensar en que justamente él se ha metido en lo más profundo de mi ser causa algo extraño en mi pecho, algo inexplicable.

Yo no había ido por querer que me de cariño, yo solo quería una jodida ruda y fugaz. Algo que no me dejara pensando que quiero besarlo por mucho tiempo.

No hables,gemir es mejor // #1 Saga No HablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora