Capítulo 30

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JOEL

"No seas cobarde" me regaña Franco.

"No me molestes" respondo con una mueca y aparto la mirada. Mi departamento a tenido unos cuantos cambios estas últimas semanas, los muebles fueron cambiados de lugar y las vitrinas con platos de cerámica china han desaparecido por culpa del alcohol.
Me estremezco al recordar mi última borrachera, había llamado a Astrid y no me contestó, ese simple acto fue culpable de una botella entera de whisky, la segunda botella fue en nombre a mis estúpidos actos y luego todo se puso borroso.

Me paso mi mano por mi cabello desordenado y grasiento, frustrado levanto el celular para ver si me ha mandado algún mensaje o me ha devuelto la llamada <<Olvídate de Astrid! >> me regaña mi lado racional.

"Ya carajo! " grita mi primo. Por un segundo me habia olvidado que parece mi niñera. Desde el accidente de la señorita, Franco viene a verme y a requisar todo mi departamento en busca de alguna botella de alcohol. Idiota. Yo no bebo en mi casa, bebo en un bar.

"Franco "

"Que? "

"Saca tu culo de mi sillón y lárgate" él suelta un suspiro cansado y me saca el dedo corazón. Le tiro un cojín decorativo y él se va carcajeando.

La primera hora la mato viendo una película.
La segunda hora mis manos pican por levantar mi celular y llamar a la señorita desaparecida.

Alrededor de unas dos horas aparto cada pensamiento absurdo y voy por un trago.

El bar de siempre esta calmado, una cantidad normal de gente y la música de fondo. Pido un whisky con cola y lo bebo con mucha calma.
Varios vasos después la valentía me llega y llamo a la señorita desaparecida. Me manda directo al buzón de voz.
Le dejo por lo menos seis mensajes de voz pidiendo que me conteste. Pero no da ninguna señal de vida.

Tomo un taxi para que me lleve de vuelta a mi casa. El corto trayecto pienso en como podría volver a verla. No fue una buena idea ir al hotel con otra mujer a la cual tuve que darle una pastilla para dormir y que deje de insinuarse. Así que el hotel queda descartado de plano.
No puedo ir a su departamento por que su amiga me niega la entrada a toda costa diciendo que no esta cuando en verdad está y ni sabe que yo estoy ahí afuera.

"Llegamos" anuncia el chófer. Saco un billete cualquiera de mi billetera y se la entrego sin mirar. Salgo del auto tambaleandome y entro al edifício. La recepcionista de turno me mira extraño pero ignoro a cada uno de sus llamados.

La caja de metal se abre en mi adorado -cof, sarcasmo, cof- departamento y puedo apreciar que todas las luces estan encendidas.
Mi ceño se frunce y tomo un palo de la escoba que hay en el pequeño cuarto de al lado de la caja de metal,donde todo esta destinado a limpieza, aún tambaleando entro cuarto por cuarto. Por último entro a mi habitacion y doy un brinco al verla.

"Estas son las horas de aparecer?"el yeso de su brazo le impide cruzar ambos brazos y solo uno está en su regazo mientras el otro está en el velador haciendo traquetear sus uñas de color rojo intenso.
Pestañeo unos cuantos segundo o minutos tal vez y me acerco. Toco su mejilla y compruebo que Astrid está frente a mi, no es ninguna jugada de mi cabeza o un espejismo por el alcohol que hay en mis venas.

"Estás aquí..." digo en un susurro antes de que ella aparte mi mano que seguia en su mejilla y me mira con decepción.

"Si estoy aquí"

"Como recordaste el camino?" intento ocultar la emoción, pero no puedo.
Intento hablar lo más normal pero las emes quieren escaparse de mis cuerdas vocales.

Luego me enfoco en ella, sus ojos están algo abiertos y su boca se mueve pero ningúna palabra sale de esta.

"No lo sé..."

Una pequeña luz se enciende en mi pecho. No recuerda como llegó, pero vino, sin importar que no me recuerde como antes, ella sabe que de alguna manera soy parte de su vida. Tal vez no como quisiera pero ya hicimos un avance enorme con esto.
De alguna manera me preocupa que haya venido así de la nada, por ahí se perdía? O si se olvidaba en medio camino como llegar?

"Tu celularrr... Hip" me tapó la boca luego de mi arrebato involuntario y ella intenta reprimir una risita. Con ese simple hecho vuelvo al mismísimo cielo.

"Lo dejé en casa" ahí la cereza del pastel.

"Por eso no contestabas... " afirmo.

Sus ojos se amplían notablemente y siento que se pone algo nerviosa.

"Me llamaste?"

Un sonrojo sube desde mi cuello hasta mis mejillas y orejas "si"afirmo con voz fuerte y clara.

No puedo negar que todo esto es diferente. Todavía me siento algo incomodo a pesar de el alcohol en mi sangre -que en vez de darme valor, me hace más marica-

Una parte de mi -la menos racional- quiere besarla hasta que recuerde que ha pasado entre nosotros antes de su accidente. Pero la otra -la más racional- dice a gritos que no debo forzar nada y dejar que todo siga su curso normal.
No me siento comodo dejando que nada sea forzado ¿si termina por no acordarse de mi? Bueno eso en parte es bueno. Arreglaría los errores antes del accidente... Pero no! Marcela ha estado presionandonos a Richard y a mi para contarle toda la verdad y nosotros intentamos a toda costa evitarla y dejar de lado.

Nada es fácil.

"Joel?" Levanto la mirada y sus ojos pardos están atentos a mis acciones.
Estaba tan desviado de la vida en mi entorno que no me fijé en que momento me senté en la cama y ella se puso de pie delante mio.
Su pálida mano acariciando mi mejilla y la mia aferrándose a su cadera. Me inclino y apoyo mi cabeza en su abdomen mientras ella sigue acariciando mi mejilla y luego va ha mi cabello.
El mundo está consiente que en el solo me veo a ella y a mi, en nuestro pequeño mundo de cuatro paredes.

"Que sucede?" su voz quiere transmitir calma. No lo logra al cien porciento pero la mayoria del peso de culpa por mentir mi aparicion en su vida se esfuma.

"Nada" el intento de sonar firme termina mal. Ella se remueve incomoda y se libera de mi agarre. Levanto la mirada y siento un pequeño vacío en el pecho. Se está yendo.

Veo como con cada paso que da desaparece de mi campo visual.

Ella es como el viento y yo un cometa, ella está siempre ahí, su presencia se siente con fuerza o con calma. Mientras que yo -para ser un empresario de renombre- me siento inutil sin el viento, ambos hacemos algo bonito, pero el cometa solo sale para hacer feliz a alguien por unos minutos y luego vuelve a un armario. Encerrado de una realidad e intentando estar en un mundo donde solo seamos dos personas, intentando creer que yo no puedo vivir sin ella. Es así, yo no puedo vivir sin ella, un cometa no puede vivir sin el viento, pero el viento puede seguir sin una cometa, al final, no soy la única cometa en un mundo, en su mundo.

No hables,gemir es mejor // #1 Saga No HablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora