No hables,gemir es mejor // #1 Saga No Hables

Capítulo 33

Dedicado a lesirg2704924 *inserte carita pervertida *

JOEL

La sonrisa en mi rostro aparece cada cierto tiempo. Como un maldito idota enamorado salgo del supermercado y vuelvo a mi auto.

Nosé si estoy llevando todo lo necesario para poder cocinar algo decente. Pero me estará valiendo un rábano.

Rábanos! Me olvidaba de los rábanos.

Vuelvo a salir del auto, apenas vuelvo a entrar al recinto me dirijo a la zona de verduras.
En el camino veo una niña. Pequeña y con rulos, sus ojos verdes...

Se parecen a los ojos de ella...está sujeta de la mano de un chico. Alto y delgado, mi mirada los sigue por unos momentos, ambos tienen una buena coneccion.

La pequeña niña con unos cinco o seis años me mira curiosa. Es pequeña y demuestra inocencia pura. La piel canela que carga es encantadora, sus pequeños labios rosas en forma de corazón, ojos verdes hipnóticos y su cabello con rulos.

El chico que la sujeta de la mano da la vuelta. Lo conozco.

Salgo disparado con las verduras en mis manos temblorosas. Era Erick.

Dios era Erick!

El pánico de ser encontrado me invade. Que hace aquí? <<comprar idiota>>

Apenas pago los rábanos no espero a mi cambio y salgo disparado. Unos gritos de la cajera para que vuelva por el dinero me resbala.

Mi auto se siente pequeño, diminuto en verdad.

Vuelvo al departamento con rapidez, pasándome cada semáforo que se ponía en rojo.
Salgo de mi auto con bolsas en mis manos, la recepcionista exhibicionista esta y no hago el mínimo esfuerzo por responder su saludo. Subo al ascensor y al llegar a mi departamento lo primero que escucho sin risas.

En el sofá están sentados Richard y Astrid. Ambos dan la vuelta al verme entrar.

No sé la cara que me cargo pero de seguro no es buena. Ash da un salto del sofá y me quita todas las bolsas con una sola mano. Las tira a un lado.

"Estás bien? "

"Si... "

Ella me mira con mucho detenimiento, enchina sus ojos y luego calma sus facciones.

"Okay... " suelta no tan convencida y luego dirige su mirada a Richard que está intentando hacerse el loco. Le falta el silbido para acabar con su fatal actuación "Richard llegó apenas te fuiste. Pensé que se habían cruzado en recepción o algo" vuelve a hablar más animada. Richard vuelve la mirada y choca con la mia.

"Joel " saluda con un leve asentimiento de cabeza. Yo hago el mismo gesto.

Estar en la misma habitación que mi informante y la persona a la que él seguía es incómodo.
No puedo negar que al enterarme que ellos dos se acostaban me dio rabia. Había golpeado a Richard y luego me había disculpado. No estuvo bien de mi parte haberle dado una paliza ,pero tenía motivos de sobra. Yo lo había mandado a vigilarla de cerca pero no tan cerca como para abrirle las piernas.

"Iré a cocinar algo. Ya va ha ser hora del almuerzo" Astrid camina con dirección a la cocina sin esperar que alguno de los dos diga algo.

Espero unos minutos y luego miro a Richard. Él ya tiene su vista en mí.

"Que haces aquí? "

"Marcela quiere contarle todo. Le dije que nos diera un tiempo y me mandó a volar. Esta noche le va ha contar "

Cierro los ojos.
Esa mujer no puede dejar de meter sus narices donde no la llaman?

Sabía que en algún momento nos jodería, pero no pensé que fuera tan pronto.

"Yo lo solucionaré"

"Zabdiel tal parece está con una mujercita detrás suyo"

"Y eso a mi que me importa? "

"Averigüe sobre la mujer"

"Y? "

"Yionne Leonardini"

Mis ojos se abren de golpe y la emoción llega.

"Pero... " quiere continuar.

"Pero que?! "Lo animo.

Yionne está aquí! Una felicidad embriagadora llega a mis sentidos.

"Cambio su identidad"

Que?

"A que te refieres? "

"Luego de los acontecimentos en su pasado ha querido mantener a su hija fuera de todo esto. Por eso el cambio"

"Dond..."

"La comida está lista! " Astrid interrumpe mi pregunta. La sonrisa que lleva y el mandil blanco que cubre parte de su cuerpo.

"Ya vamos muñeca " sonrió y le doy una última mirada a Richard.
Seguiremos con esta conversación luego. Debo saber que ha pasado con Yio todo el tiempo que pasamos separados. Algo de felicidad se instala en mi pecho, el bebé que han esperado con Jay es una niña. Mi amigo hubiera estado saltando en un pie.

Con Richard nos sentamos en la mesa. El plato que ha hecho Ash no es nada extravagante, con razón la rapidez.

Los tres acabamos de comer, ninguno a tenido la suficiente valentía como para entablar una conversación. Richard es el primero en levantarse.

"Debo irme. Cuídate Joel. Ash, tu también" agradece la comida luego de unos minutos y se va. Con Astrid nos vemos extrañados por su cambio repentino.

Mentalmente me anoto llamarlo para que me diga todo sobre Yio y la niña.

"Tu limpias" me ordena de la nada. Se lavanta y camina por el pasillo que dirije a mi habitación.

Hace unos minutos estaba rebosante de alegría. Sonriendo, y luego me deja solo. Bueno.

Mientras limpio los trastes mi cabeza vuela a Yionne. Estoy feliz de volver a tener información de ella, pero hay un problema enorme. Está detrás de Zabdiel. Como puede estar tras de él? Admito que con Jay no le contamos, tampoco sabía quién había estado involucrado en el supuesto choque que mató a su esposo.

Suelto un suspiro cansado. No entiendo que está pasando.

Luego el tema de la bocazas de Marcela. Esta más que decidida a contarle a Astrid que Richard no ha sido su amigo. Sino que ha sido mi empleado por mucho tiempo. Joder.

"Desde que llegaste estuviste muy extraño"

Levanto la mirada y los ojos color miel me miran curiosos. Está apoyada en una de las sillas, una ceja elevada. Intenta parecer amenazante pero no lo logra. La curiosidad la esta matando.

"Anoche fue agotador. También está mañana" sus mejillas se ponen rojas.

"Algo"

"Algo? " ella suelta una carcajada. Recorro su cuerpo con la mirada. Ya no está con mi polera, ahora está con su ropa. Maldición, no puedo dejar que se vaya.

Internamente me pregunto cómo es que no me ha dado un ataque cuando estaba con Richard. Ella estaba con una polera mía que le llegaba hasta los muslos.

"Ahí vamos de nuevo" me reprende.

Una idea pasa por mi cabeza.

"Te necesito" suelto de la nada.
<<imbécil!!! >> grita mi cerebro.

Sus mejillas llegan a un color tomate. Abre la boca para hablar pero de esta no sale ruido alguno. Parpadea un par de veces antes de que yo me acerque.

Nosé si esas dos palabras son parte de mi plan o solo las dije para que se quede.

Paso frente a ella y tomo sus caderas con fuerza, no dejo que diga nada y la silencio con un beso. La falta de aire me hace separar la conección.

"Vive aquí" junto mi frente con la suya. Ella sonríe y asiente.

"Viviré aquí" asegura.