No hables,gemir es mejor // #1 Saga No Hables

Capitulo 5

ASTRID

Nuestras miradas siguen conectadas, intentando descubrirnos el uno al otro, pero volvemos al mundo cuando su celular suena.
Mira el nombre del celular y contesta con rapidez.

"Ya lo tienes?" Es lo primero que dice apenas contesta y sé que es Joel.
Frunce su ceño y sus dedos hacen un traqueteo algo irritante en la mesa. Cuelga luego de un corto gracias y me hace una señal para seguirlo.

Salimos y él se monta en su moto, yo entro a mi auto y ambos salimos pitando de ahí, va rápido y creo que sabe donde está mi hermano. No paramos el recorrido para nada, una hora estoy sentada en mi auto y mi culo me duele por lo de anoche. Veo que salimos del centro y las casas cada vez se vuelven más pequeñas ,la ciudad del pecado parece otro mundo comparado a éste lugar, cada vez más humilde.
Paramos frente a un edificio grande y algo tétrico, su fachada me gusta, parece de la época colonial, es tan salido de lo común, estar acostumbrada a las luces de neón me ha hecho volverme algo loca, esto me gusta, yo feliz podría mudarme a ésta parte de la Ciudad.

Sigo a Franco hasta adentro, es más bonito por dentro todavía, el piso es de madera y hay un candelabro colgado, la mayoría de los adornos son dorados,  la luz a pesar del sol que hace afuera es algo tenue y relajante, el recepcionista pregunta a Joel por llamada si espera a alguien, cuando nos da para pasar el visto bueno —al menos a Franco— vamos al ascensor del cual sus puertas igual son doradas y brillantes.
Sin decir nada subimos a un ascensor, es de color oscuro y el espejo que hay puedo ver a miles de Astrid, hasta esta mini caja de metal es bonita e impresionante.

Bajamos en el último piso que si no me equivoco es el número cuarenta. No bajamos directo a un pasillo lleno de puertas, bajamos en una sala grande y lujosa, dos hombres de traje negro nos revisan todo y al ver que no tenemos nada nos dejan pasar.

Todo es de madera y puedo ver en el balcón dos gargolas negras a cada lado de éste, hay floreros de color marfil con rosas rojas y blancas, sillones de cuero cafés e igual que todo lo demás,grandes. Analizo todo y veo que hay cámaras en cada punta de los pasillos, seguimos caminando y llegamos a una habitación, Franco la abre sin tocar y veo a mi hermano sentado en una silla de madera, está viendo atento una computadora frente a él, mi corazón da un vuelco y salgo a su encuentro, lo abrazo y siento como se tensa, lo suelto un momento para que se calme y me vea, apenas hace esto mi estomago se contrae, está con un ojo morado y parte de su mejilla hinchada.

" ya lo revisaron, está bien" la voz de Joel me sobresalta y al mismo tiempo me irrita.

"Como rayos crees que está bien! Está lastimado!" En éste mismo instante me olvido todo y mi rabia crece en mi interior, volteo a ver a mi hermano y él desvía su mirada de la mía "donde estabas!" Siento como se pone nervioso e intenta salir corriendo de la habitación al ver la puerta abierta, me pongo delante de él y le cierro el paso, mejor dicho, lo tumbo al suelo y mis piernas lo envuelven impidiendo que se levante "dímelo!" Exijo mientras forcejea contra mí.

"Fui donde los prestamistas!" Grita y yo me detengo en seco, que fue a donde!?

"A caso estás loco!?" Quiero golpear algo, quiero desahogar ésta ira que crece, gritarle todo lo que pasé yo para que no haga esto otra vez.
Me levanto y salgo corriendo, tomo es ascensor y el recepcionista me mira con curiosidad, subo a mi auto y arranco haciendo chillar los neumáticos. Escucho mi celular sonar, no miro quién es y lo apago, mi corazón se quiere romper de solo imaginar a mi hermano siendo golpeado por alguien, rogando...
Necesito golpear algo, opto por lo más conveniente.
Voy a la pelea clandestina, golpeare a alguien, ganare algo de dinero, y me relajare.

Antes iba todo el tiempo, siempre ganaba, bueno, al menos la mayoría de las veces.

Llego y veo que Jacobo está en la puerta,se impresiona al verme, nos abrazamos y me habla sobre todo lo que pasó en el tiempo que no vine, me pone en la lista y doy un vistazo a ver con quién me ha tocado.
Una novata me presta sus implementos y entro Díez minutos después de la última pelea, varios me reconocen y escucho gritos de euforia, la adrenalina empieza a correr por mis venas. Una tipa rubia y acuerpada es mi contrincante.

No tiene buenos reflejos, solo sabe dar ganchos pero no sabe esquivarlos, siento como todo lo malo desaparece en este tiempo, apenas acaba el primer round yo ya estoy con el labio partido y mi costado derecho me duele, pero ella ya tiene la ceja sangrando al igual que su labio.

Gano por mucho y salgo casi sin nada de hematomas o heridas, ella sí salió mal de ésto.

Vuelvo al departamento de madrugada y de nuevo, ebria.