Capítulo 44

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JOEL

Pensamos normalmente que la vida se nos va cuando morimos.
Es mentira. La vida se nos va cuando la persona más importante para nosotros se lleva nuestras ganas de vivir con ella. Sea algún familiar:un hermano, un padre, una madre. O quizá peor, la vida se nos va cuando la única persona que hemos amado se ha ido de nuestro lado.

Mis ganas de vivir se fueron con ella.

Hace dos días nació la pequeña Aaliyah.

Había venido aquí con la intención de poder enmendar mi error. Rogaba que ella esté aquí, pero no.

Absolutamente nadie sabe de su paradero.

Marcela me había dicho que ella se fue a Manhattan con su hermana, joder eso fue hace meses.

Fui, Jhoanna me abrió la puerta y sin preguntar entré. No estaba, no había nada allí.

La busqué por toda la ciudad y el único rastro que encontré fue que dejó el país.

Cuando regresé a Las Vegas terminé públicamente mi relación con Ariadne, ya luego de eso busqué un trabajo lejos de las garras de mi padre.

El tiempo que pasaba con Josefina había mejorado mi vacío un poco. La niña tenía asma igual que yo, y ese simple y absurdo hecho me recordó como mi madre me usaba a su antojo,usando la excusa de que un niño enfermo no podría jugar, los demás niños lo verían raro o simplemente por que no quería alejarme de ella cuando en realidad ella logró que me fuera por ser toda una manipuladora.

A pesar de no haber visto a la niña cuatro años ella y yo creamos un bonito vínculo.

Lo malo de la pequeña: siempre me preguntaba por Astrid. Lo cual no era más que pinchar la reciente herida y volverla a dejar sangrando.

Las noches en las cuales la pequeña volvía al lado de Erick me sentía mal.

Todo este tiempo había evitado dormir en la habitación que compartía con ella.

Su olor, su presencia, su risa: faltaba ella. El único consuelo que tenía era el arbol que ella había pintado cuando llegó. Las fotos y el árbol.

No podía, simplemente no podía quedarme alli dentro sin llorar.

El anillo que respesentaba el amor que le tengo está guardado en lo más recóndito de mi armario.

Simplemente todo fue rápido y más que doloroso para mí. No podía hacer nada sin terminar llorando por el simple hecho de que algo, por más mínimo que sea, me recordaba a ella.

Parecía como si ella nunca hubiera pisado mi vida, sinó fuera por ese árbol pensaría que todo fue un sueño o una simple mala pasada de mi imaginación.

"Joey" muevo mi cabeza de un lado al otro para poder pisar tierra. Los ojos verdes de Josefina me miran atentos.

La película que veíamos a llegado a su fin hace ya un corto lapso de tiempo.

Mi celular está sonando en mi mano y con rapidez cojo la llamada.

"Estoy aquí abajo" la voz de la rubia sale finita.

"Sube al último piso" aviso.

"Bien"

Instantes después cuelgo.

Los ojos verdes de mi hija me miran acusadores y la bilis empieza a subir por mi garganta.

"Cariño, conocerás una chica. No te asustes por favor" su ceño se frunce y sale directo a su cuarto.

No hables,gemir es mejor // #1 Saga No HablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora