Capítulo 31

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ASTRID

La opresión en mi pecho se niega a desaparecer mientras camino con dirección a su sofá. No entiendo por que esa opresión sin sentido se ha apoderado de mi. Todo parece estar de cabeza, además, siento que mi cabeza va ha explotar. Hay algo ahí que quiere ocultarse de mi mecanismo, algo importante y al mismo tiempo incomprensible.

Me había sentido... Bien con él. Estaba comoda acariciando la piel de su mejilla, tersa y sin ninguna imperfeccion. Él estaba igual de comodo que yo, ambos nos creamos una burbuja invisible alrededor de nosotros dos, una burbuja muy frágil y que se había roto con tal facilidad y rapidez que me asustaba.

Me siento en su sofa y prendo la televisión, díganme loca pero no puedo dejarlo. Siento como algo me ata a él, como una soga al cuello, si me alejo mucho o no sé nada de él siento como si el aire abandonara mis pulmones y, al acercarme a él estuviese respirando con normalidad.

Me levanto del sofa y voy por algo de comer. Reviso todo lo que puedo y no encuentro nada hecho, todo está desparramado y algunas cosas frescas me llaman para cocinarlas.
Pongo las verduras en una olla para que empiecen a cocinarse a fuego lento, saco la única carne que hay en el refrigerador y la condimento con sal y pimienta.
Cuando la carne está en el sartén veo si hay algo más en la cajita metálica, pollo. Me encojo de hombros y de igual manera lo meto al sarten.
Mientras escucho como el señor Darcy le declara su amor a Elizabeth suelto un suspiro y sirvo un plato de mi comida improvisada. Huele bien y no se ve mal.

Por unos cortos minutos pienso si Joel quiere que le lleve comida. Termino por servirle un plato y llevarlo a su habitación. Él está despierto y hechado, mira el techo blanco como si fuera lo más impresionante del mundo.

"Toma" le extiendo el plato y el moreno se levanga de golpe.

"No te fuiste" sus ojos brillan y el rubor se quiere instalar en mis mejillas.

"No idiota" mi voz intenta sonar lo más seca y tosca posible. Quiero que sepa que su forma de alejarme no funcionará con facilidad, bueno tal vez si, pero me niego a dejarle el camino fácil.

"Gracias" parece un niño regañado por su madre.
Salgo de su cuarto sin decir palabra alguna y vuelvo a su sala. Empiezo a comer con mi mano buena y el plato en mi regazo.
Si sabe bien.

Suelto un suspiro al finalizar de ver Orgullo y Prejuicio.

El señor Darcy hace soltar suspiros por doquier en la vida real, un hombre que inconscientemente deja a la luz un amor por Elizabeth, quien al principio asegura odiarlo por poco gritando a los cuatro vientos el poco aprecio que le tiene al hombre y con el cual se termina casando. Que ilógico.

Empiezo a buscar otra película y termino por ver El conjuro .
Dejo el plato vacío en la pequeña mesita central.

La muñeca (como siempre) me hace remover en el asiento. Anabell, un nombre que me encanta, pero luego de ver que esa bendita -cof,sarcasmo,cof-muñeca con nombre de ángel hace todas esas cosas, descarto la idea de llamar alguna futura hija así.

"Ash... " doy un salto y un grito al escuchar el susurro.

"Joder!" me levanto del asiento y doy vuelta. Joel intenta suprimir una carcajada, intento fallido pues termina riéndose con ganas.

"Lo siento" dice luego de un lapso de tiempo lleno de carcajadas por su parte y una mirada fulminante por la mía.

"Que quieres?" pregunto algo enojada.

"No puedo dormir"

"Y?  Quieres que te cante una canción de cuna o qué? "

"Puedo quedarme contigo? "

No hables,gemir es mejor // #1 Saga No HablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora