Rest Precious

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-No quiero dormir contigo Kol-
-Cuida que la salvia no se apague, no podremos hablar libremente-
-¿Me has escuchado Mikaelson? ¡No dormiré contigo!-
-No hay más camas ni habitaciones aquí, como ves hay muchas personas en esta casa-
¡Era verdad! Y obviamente Kol no dormiría en el suelo y yo tampoco. Pero si no quería compartir cama con el debía hacerlo.
Me acerqué a la cama rápidamente y tomé una almohada, después me acomodé a un costado de la cama y me tiré al suelo a tratar de dormir.
-Valentina por favor-
-Buenas noches-
El suelo era demasiado incómodo.
Estaba cerrando los ojos cuando sentí como Kol me levantó del suelo riendo.
-¡Ya me iba a dormir!-
-No soy tan estúpido como para dejar que te duermas en el suelo-
-Pero tampoco lo eres como para cederme la cama-
Por primera vez lo vi reírse, fue extraño pero tan emocionante a la vez.
Ya estaba encima de la cama riendo levemente, Kol había logrado levantarme del suelo y dejarme sonriendo en la cama en un instante.
-No sabía que te reías-
-Y yo no sabía que eras tan terca-
-Eres imposible-
La sonrisa había desaparecido, que estúpida fui por pensar que un vampiro egocéntrico podía llevársela bien conmigo.
Ya estaba levantándome cuando Kol tomó mi mentón y dirigió mi mirada a la suya.
-Lo siento. Duerme conmigo, te prometo que no haré nada-
Había puesto una almohada a la mitad de la cama de separación entre los dos.
Ahora la que reía era yo, se veía tan tierno cuando hacia cara de niño regañado.
Creí que los vampiros ya no hacían eso.
-Está bien Mikaelson, pero ya déjame dormir-
-Como lo ordene, su majestad-
Empecé a sentir mis párpados muy pesados, era señal de que ya me quedaría dormida pronto.
Antes de hacerlo completamente logré escuchar algo suavemente.
-Descansa preciosa-
Después de eso todo estaba oscuro y silencioso.
Quien iría a pensar que tras esa fachada de chico malo habría una parte capaz de llevarse bien con el mundo, si tan solo no tuviera a sus hermanos tras el siempre.
Ahora entiendo porque pasó toda su vida tratando de separarse de ellos.

She Is Also A PetrovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora