The Worts Day Of Their Lives

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Después de la larga noche nuestra madre entró a la habitación a despertarnos, cuando me acercó a mi cama y notó mis ojos hinchados me dedicó una de sus hermosas sonrisas tranquilizadoras y me entregó el hermoso vestido dorado que con tanto amor y esfuerzo había hecho junto con mi abuela y mi tía para mi.
Me detuve a admirarlo un momento mientras despertaba a mi hermana,  no pude evitar soltar unas últimas lágrimas sobre el hermoso vestido que tenía en las manos.
En cuanto mi madre salió de la habitación mi hermana se levantó y empezó a guardar lo más que pudo antes de vestirse rápidamente.
Se dio cuenta de que yo aún no me vestía y aprovechó para dirigirme lo que yo llamé sus últimas palabras.
-¿Me dejarás darte un último abrazo al menos pequeña?-
-Ya me lo diste anoche y viste lo destrozada que me dejaste, no me derrumbaré de nuevo por ti. Hasta pronto Amara-
Hice énfasis en la última palabra para ponerme el vestido rápidamente y salir de la pequeña habitación antes de que pudiera decir algo más.
Si yo fui dura con ella, ella lo fue más al elegir el amor sobre su familia.
No podemos morir por su culpa.

EN EL TRANSCURSO DE LA CEREMONIA

Duramos más de media hora esperando a Silas, todos ya estaban desesperados de que la ceremonia empezara y los dos aquelarres se unieran de una vez.
Si solo supieran que en ese mismo momento el novio estaba desesperado no por llegar a la boda, si no por salir de Grecia lo más pronto posible y con él, la persona que jamás volví a ver y todo porque se enamoró del hombre equivocado.
Si es que a eso le podemos llamar amor.
Después de un largo tiempo de espera, todos volvimos a nuestras casas al apreciar como la antes hermosa Qetsiyah,  se convirtió en un monstruo todo porque la dejaron plantada en el altar minutos antes.
-Hija, ¿tienes idea de dónde se encuentra tu hermana?-
Mis padres me miraron con la esperanza de que sólo haya sido una coincidencia y ella no fuera la culpable de que la boda no pudiera llevarse a cabo.
-No, de seguro está con Qetsiyah, no me imagino como se ha sentir por todo lo que pasó-
Mis padres no hicieron más que aumentar mis nervios al ver como miraban con desesperación la puerta deseando con toda su fuerza que mi hermana llegara pronto.
Sentí una cálida mano entrelazada a la mía y sonreí levemente cuando me encontré con los ojos más hermosos que había visto en toda mi vida, los cuales en ese momento no hacían más que transmitir emoción en medio de una situación trágica.
-Quiero casarme con su hija-
Soltó Diego de repente, como si llevara mucho tiempo queriendo decirlo.
Mi padre se levantó hacia él, mientras mi madre sólo analizaba sus movimientos con mucho miedo en su mirada.
Mi padre a pesar de las miradas de miedo en las personas que más amaba, continuó  su camino hasta abrazar fuertemente a Diego como si mi vida dependiera de ello.
-Noto cuanto la amas chico y sé que darías lo que fuera por verla feliz, sólo recuerda que si le pasa algo a mi pequeña...-
La puerta se cayó provocando un ruido aterrador mientras entraba una Qetsiyah molesta arrasando con todo a su paso.
-Su hija arruinó mi vida, ahora yo acabaré con la suya-
Después de sus palabras amenazadoras, Diego tomó mi mano y me colocó detrás de él con una mirada que yo ya conocía muy bien; estaba dispuesto a morir con tal de que mi familia y yo siguiéramos juntos.
Qetsiyah gritó unas palabras que no logré entender, o quizá no quise escuchar, mi mente estaba en lo que esas palabras habían provocado.
Antes de que mi padre pudiera hacer algo, su cuello se había roto de una manera tan horrible que podía jurar que alguien lo había hecho con una fuerza inhumana.
Después de mi padre, vi a mi madre caer con el mismo destino que el de mi padre dejándome en un horrible trance del que no fui capaz de salir por el miedo que sentía.
En cuanto regresé a la realidad sólo distinguí que iba corriendo con alguien tomado de la mano hacia mi habitación con una Qetsiyah muy molesta detrás de nosotros.
En cuanto estábamos a pocos centímetros de la ventana, Diego trató de abrirla con la mayor fuerza posible, incluso creí haber escuchado un hechizo o algo por el estilo, pero, desgraciadamente nada funcionó.
De un momento a otro transformó su desesperación y miedo en un lindo beso con unas cuantas lágrimas de despedida.
-Pase lo que pase mi amor, recuerda siempre esto, te he amado con todo mi corazón desde que te conocí y no me arrepiento de nada, contigo todo fue maravilloso, fue perfecto, aunque me hubiera gustado que durara para siempre-
Me abrazó por última vez sin darnos cuenta que la bruja ya estaba ahí.
Los vidrios de la ventana se rompieron en dirección a mi y con la única fuerza que le quedaba a el amor de mi vida, me puso detrás de él salvándome.
-¡¡No!!-
Sus ojos se empezaron a cerrar lentamente mientras susurraba lo que nunca se cansó de decirme...
-Te amo Valentina-
Sentí como Qetsiyah tiró de mi cabello muy enojada sacándome a rastras de el lugar en el que más feliz fui, mi hogar.
Las lágrimas no dejaban de rodar por mis mejillas mientras salíamos de la casa y me detuvo frente a ella para ver como terminaba de destruir todo lo que amaba.
-INCENDIA-
Qetsiyah gritó a todo pulmón mientras vi como mi hogar se llenaba de llamas, que desde cualquier punto de vista parecieron ser imposibles de apaciguar.
Mientras observaba la escena horrorizada Qetsiyah golpeó mi cabeza contra el suelo dejándome inconsciente.

She Is Also A PetrovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora