19. Revelaciones

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Nami me trajo algo para comer y me propuso un día de distracción. Cambió mis vendas, por lo menos mis heridas estaban un poco más sanas, no así mi corazón.

- Robin... Llevas una semana aquí... Te hará bien tomar aire... Casi no comes... Afuera hay sol, te hace falta... -

- Siento darte tanto trabajo Nami... -

- Otra vez con eso... Vamos... Arréglate... - Miré el clóset, cada cosa de ahí me la había regalado él.

- No tengo que ponerme... -

- ¡De qué hablas! Mira éste es precioso... - Me mostraba el vestido rojo y lo único que ví era su rostro cuando me lo compró. Se lo arrebaté de las manos para romperlo en jirones pero me arrepentí.

- Mi descanso se termina mañana y debo volver a verlo en el instituto... Pronto comienza el receso de verano... Menos mal... -

- Entonces... Con mayor razón debes salir hoy... Renovar energía... Enfrentarlo... - Había pasado estos días con las cortinas cerradas para no ver hacia su departamento.

- Bien... - Salí de la cama y tomé una ducha. En el agua se diluía un poco mi pena.

Salimos a eso del mediodía. Nami tenía razón, era un día precioso pero el sol no lograba calentar mi piel. A pesar de los esfuerzos de mi amiga yo no sonreí ni por un momento. Parece que a parte de mi corazón, Zoro se había llevado lo que me quedaba de alegría.

- Oye... Te estoy hablando... - Nami chasqueba los dedos llamando mi atención. - Ya deja de llorar... -

- No estoy llorando... -

- No por fuera al menos... - Para variar daba en el clavo. - Escucha... Tienes que... - Algo llamó su atención y cortó la frase. - Mira... Allá... -

Me giré, pude reconocer a unos cuantos metros a Pudding paseando con Tashigi. Ellas no nos habían visto. Estábamos bastante lejos pero podíamos ver que morían de risa, me dieron ganas de vomitar.

- Ésta es nuestra oportunidad... -

- Que dices... Vámonos de aquí... - Dejé dinero por la cuenta y me puse de pie. Nami me tomó de la muñeca para detenerme.

- De prisa... Por acá... - De malas ganas me dejé llevar hasta estar lo bastante cerca para escuchar lo que hablaban, escondidas detrás de unas decoraciones de la cafetería donde se encontraban.

- ¿Y en qué quedó la discusión? - Hizo un pedido al camarero que las atendía. - Entonces... ¿Terminaron? - La peliazul le preguntaba a la rubia desabrida.

- No... Pero está molesto... Creo que sospecha algo de mí desde la semana pasada... -

- Mmm... Puede ser... Pero tenías que distraerlo para llevar a cabo mi plan... - Con eso logró captar toda mi atención.

- Trafalgar espera para hacer su movimiento... Ahora el chico está débil... Qué patético... Por fin hará justicia... -

- No entiendo qué le vió a esa vieja... Yo soy mejor que ella... -

- Aquí no importa lo que sientas... Recuerda para quien trabajas... - Pudding probaba su helado. - La vida de esa familia cayó en desgracia hace mucho tiempo... Se supone que nadie debía sobrevivir en ese accidente... Pero quedaron huérfanos... -

- Sí... Pero al final yo quiero quedarme con Zoro... Siempre lo he querido... -

- Trafalgar debe cumplir con la voluntad de su familia... Por culpa de los padres del peliverde perdieron mucho dinero, eso es algo que la mafia no perdona... Por eso mataron a su hermana... ¿Acaso crees que fue un robo al azar? -

Déjame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora