~ Casi dos años después... ~
- ¿Por qué tardaste tanto? - Le pregunté mientras él tiraba las llaves en la mesa y dejaba también ahí las bolsas de compras.
- Me perdí... - Dijo apenado con una mano rascando su cabeza.
- Aprende a usar el GPS de una vez... ¿Que pasó con tu sentido de la orientación? - Reí disimuladamente, ya conocía la respuesta.
- Tsk... No preguntes... - Me contesta arrugando la frente. Tomó algunas bolsas y las llevó a lo que él creyó que era la cocina.
- Por el otro lado Zoro... - Señalé a la puerta en la derecha. - Pero sigues conduciendo como un loco... El otro día me asusté... Creí que íbamos a morir ahí... - Le dije cuando volvió a la sala.
- ¡El otro imbécil tuvo la culpa! Frenó de pronto y cambió de carril sin avisar... ¿Que se supone que...? - Le puse graciosamente un dedo en los labios para que guardara silencio.
- Zoro... - Sonriendo aún, lo besé y lo abracé acercándonos al ventanal. - Debemos preparar todo... Están por llegar... Son la una y media... -
- No lo creo... - El gesto de su rostro, me indicó que había hecho una travesura. - Les dije que empezaba después de las siete... -
- Pero Zoro... Los invitamos a almorzar, no a cenar... ¿Por qué les dijiste eso? -
- Porque quiero tenerte solo para mí... El mayor tiempo posible... - Puso una mirada pícara que combinó con la sonrisa que me conquistó.
- Pero eso ya es así... - Me quedé embelesada mirándolo. - ¿Te dije alguna vez que amo tu sonrisa? -
- No... La verdad es que no lo has hecho... Yo ya lo sabía... -
- Roronoa... - Sonrío con ese aire altivo que tanto me gusta.
- Debimos hacer esto hace tiempo... Cuándo te lo pedí... En ese lugar... - Me decía mientras me abrazaba desde atrás, contemplando las olas que rompían contra las rocas, en la base de la colina donde estaba ubicada nuestra casa.
- Tienes razón... Si hubiese dicho que sí... nuestro bebé... - La vista se me perdió en el horizonte algo melancólica.
- Robin... - Tomó mi rostro girándolo para que lo mirara. - No quise decir eso... No lo dije para que recordaras... Perdón... -
- Lo sé... -
- No... soy un idiota... Perdón... -
- Algo así... - Me reí ante su expresión de asombro. - Pero uno total e irresistiblemente adorable... -
- ¿Qué tan adorable maestra? - Cambió el matiz de su voz.
- Así de adorable... - Me giré completa para abrazarlo y besarlo con ganas. Me colgué de su cuello y dando un pequeño salto, rodeé su cintura con las piernas.
- ¿A pesar de esto? - Señaló su cicatriz en el ojo y me mordí el labio.
- Te hace ver más rudo... - Le dije al oído al mismo tiempo que mi lengua recorría sus sexys pendientes y su lóbulo de la oreja izquierda. - Y todavía más sexy Roronoa... - Yo sé cómo provocarlo, volví a reír.
Nos desplazamos hasta el sofá. No había ninguna prisa, pero los besos, las caricias y las cosas sucias que empezaba a susurrarme comenzaron a causar su efecto al mismo tiempo que con sus manos se concentraba, principalmente, deslizándose suaves en mi cintura y mis pechos, mientras con su boca y la punta de la lengua recorría mi cuello, lo noté muy excitado haciendo presión sobre mí con su miembro ya más que listo.
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Déjame Amarte
FanfictionMaestra de historia, soltera, 28 años, tímida, reservada y solitaria. Aprenderá a sacar las garras para defender lo suyo y aceptar la llegada del amor. Un amor indómito, un amor salvaje. ¡Viva el Zorobin! Los personajes son del Master Eiichiro Oda...