4. Conocerse

1.4K 93 11
                                    

Me quedé recibiendo el abrazo sin mover ni un dedo para impedirlo, sus manos recorrían mi cintura. Su toque me paralizaba. Los vellos de mis brazos se erizaban con cada caricia. No sentía en mi abdomen ésta sensación extraña hace muchísimo tiempo.

Me tomó en brazos y me depositó en la cama con suavidad. Salió de la habitación, llevándose la bandeja y volvió con un vaso con agua y dos píldoras.

- Tómalas... - Las miré en su mano extendida con algo de recelo. - No voy a drogarte mujer... Tómalas son analgésicos, debes estar adolorida.

Me tomé las dos pastillas con un poco de agua, él tenía razón, me dolía hasta el pelo. Se acostó a mi lado y apoyó su cabeza con ambas manos mirándome.

- Qué hay de tu vida maestra... Cuéntame de tí... -

- ¿Siempre eres así? -

- Así cómo... -

- Tan directo, al grano... Algo tosco pero educado... Así... - Sonrió.

- Te hice una pregunta sólo responde... -

- No nos conocemos... -

- Por eso mismo, cuéntame quién eres maestra Nico Robin... - Parecía interesado realmente. - Eres joven... Soltera... ¿Novio? -

- ¿Joven? No inventes... Por otra parte no hay novio y no pienso tener uno. Adoro mi libertad... -

- Mmm ya veo... - Se colocó de lado y continuó. - Le temes al compromiso... -

- No, te equivocas. Simplemente no es mi prioridad. Quiero ser reconocida y llegar a dirigir algún museo de prestigio, esa es mi meta... -

- Que aburrido... Eso no significa que no puedas divertirte en el proceso ¿Sabes? - Sonrió con la mirada pervertida.

- No quiero distracciones... - Dije algo nerviosa. - Basta de mí, que hay de tí... ¿Vas por la vida rescatando damiselas? -

- No... Eres la primera a la que rescato. - Sin perder la sonrisa agregó. - Las demás se me entregan solas... -

- Y por eso te metes en líos como el de recién... -

- Que aguda, maestra... - Lo miré arqueando una ceja. - ¿Qué piensas que soy? - Se estiró y bostezó.

- No te sabría decir. -

- Mírame entonces... Qué ves en mí... - Me quedé mirándolo pero después de un minuto preferí guardar mi respuesta. - Ya que no me vas a contestar... - Tomó su celular y cambió el tema. - ¿Tienes hambre? Puedo ordenar comida... -

- ¿No cocinas? -

- No, aquí el chef es Sanji... Ese es su territorio. Yo me dedico a comer lo que prepara y a beber sake. - Soltó una risa cantarina sin dejar de ver su móvil.

- ¿Son amigos hace tiempo? -

- Sí... ¿Te interesa él? Por que te lo advierto... El tipo es un Don Juan. Le gustan todas... - Despegó su mirada del teléfono para ver mi cara.

- ¿¡Que!? No... De ninguna manera... - Sentí calor en mis mejillas. - Ya te dije que no me interesa nadie... Además no es mi tipo... -

- ¡Vaya! ¿Con quién hablo ahora... Con la maestra o la mujer? - Me dió una mirada inquisidora dejando de lado el celular.

- Me dijiste que aquí no soy tu maestra... -

- Me gusta... Tienes buena memoria... - Se acercó a centímetros de mi rostro. - Y que hombre es tu tipo Robin... Dímelo... - Su voz se convirtió en un susurro, un sexy susurro.

Déjame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora