20. Incertidumbre

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Si alguien me hubiese dicho que todo se terminaría ahí, lo hubiera tachado de mentiroso. Si hubiese sabido que esa noche iba a ser la última vez que vería sus ojos, la última vez que escucharía su voz y sentiría su aroma, me hubiera aferrado a él con uñas y dientes, pero no lo hice, y eso, está matando mi alma. Qué alma, de qué alma hablo, al final no quedó nada de mí.

Las cosas sucedieron en un abrir y cerrar de ojos, demasiado rápido, demasiado crueles. La venganza, fraguada desde las sombras, desde hace mucho tiempo, desde la impunidad, se dejó caer sobre nosotros, el daño de una sucesión de malas decisiones.

Mi relato tiene lagunas que, por los momentos vividos, preferí suprimir de mi memoria para mantener la cordura. Pero hago el esfuerzo de contarlo como parte de mi terapia.

Law nos tenía donde quería con la amenaza de arrebatar nuestras vidas, pero a Zoro, parecía no afectarle en lo más mínimo, si hay algo que siempre admiré de él, era esa capacidad infinita de nadar contra la corriente, romper con lo establecido, vivir a su manera, con carácter, con decisión y por sobretodo valentía. Sus ojos implacables, analizaban cada una de las posibilidades.

Esa noche escuchamos todo lo que Trafalgar tenía que decir.

- ¿Serás capaz de salvarlos a todos Roronoa? - Se adelantó unos metros hacia nosotros. - No pudiste hacer nada por tu hermana, sólo la vengaste... Y debido a eso es que estamos aquí... -

- Pero que tedioso eres... Estás aburriéndome... -

- Pero nuestra reunión necesita una explicación para los presentes. ¿No crees? - Su sonrisa me causaba disgusto, lucía muy seguro. - Oye Robin... -

- No la mires... No le hables... - Zoro gruñó y reafirmó su gesto protector.

- Pero ella merece saber porqué mataron a Yuji... - Me apuntó con el índice. Abrí mis ojos ante su mención.

Empezó por relatarnos cómo los padres de Zoro, se habían involucrado en negocios turbios con la mafia para amasar fortuna. Los Roronoa prosperaban con la ayuda de dinero sucio.

Con el pasar del tiempo y ante la llegada de los hijos, la madre de Zoro, temiendo por la seguridad de su familia, convenció a su esposo de traicionar a la mafia entregando información a la justicia. Fue por ello que perdieron un dominio importante de varios puntos de comercio ilegal.

Para resumir el origen de todo el problema, quisieron enmendar el camino y huir, pero fueron asesinados en un viaje que pretendía cumplir con la meta de cambiar de identidad e iniciar de cero. Con lo que no contaban, era con que los niños del matrimonio no iban en ese viaje dejando dos cabos sueltos que, los jefes de la mafia, consideraron un error imperdonable que tenía que ser corregido con el tiempo, puntualmente asesinando a Yuji y tratando de reclutar a Zoro para convertirlo en un sicario a su servicio.

Yo fui sólo daño colateral pero también una conexión entre los hermanos Roronoa. Empecé a cuestionar incluso, si mi encuentro con Zoro fue casual. Sea como sea, el objetivo era simple. Vengar la muerte del primo de Law que participó en el crimen de Yuji y apoderarse del patrimonio de mi novio una vez muerto para recuperar en parte el control de la cuidad.

- ¿Así que es por esa alimaña de tu primo que estás aquí? - Zoro soltó una risa burlesca. - Lloraba implorando clemencia... Además, yo no tuve nada que ver con mis padres, ni siquiera los recuerdo... Pero se metieron con mi hermana... Grave error... No te preocupes... Prometo que lo verás pronto en el infierno... -

- ¡Libera a mis amigos! - Grité de pronto porque no podía soportar ver a Nami en esas condiciones.

- Sólo si vienes conmigo preciosa... - Ante mi cara de desconcierto agregó - Con el tiempo te volviste una belleza... Siempre te tuve ganas ¿Sabes? - Escupió al suelo. - Pero nunca me diste lo que a él... Y eso que lo intenté miles de veces... Qué dices Roronoa... Podríamos compartirla... No soy celoso... Es más hasta olvidaría tu deuda... -

Déjame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora